LA BELLA Y LA BESTIA
Erase una vez una joven llamada Brittany Pierce. Era una chica muy guapa, con unos ojos azules preciosos, un pelo rubio brillante y una piel pálida con unas pocas pecas en sus mejillas que la hacían parecer muy dulce. Pero era muy solitaria. Le apasionaba bailar y la literatura. Vivía con su padre. Para la joven, su progenitor era la persona más importante de su vida. Lo amaba por encima de todo.
Salió a realizar unas compras, desde la muerte de su madre ella se había encargado de las tareas del hogar, ya que su padre era un desastre para ellas. Mientras paseaba por las calles de su ciudad, se encontró con Dany, una joven muy presuntuosa que tenía enamoradas a todas las chicas lesbianas y todos los chicos heterosexuales de Lima.
– Hola preciosa. Hoy estás muy sexy... ¿Quieres que te invite a un café?
– No, gracias. Tengo cosas que hacer.
– Perdona querida, pero no puedes resistirte a mis encantos siempre. Algún día sucumbirás... ¿Por qué retrasar lo inevitable?
– Ni en tus mejores sueños probarás mis labios.
– Créeme, en mis sueños pruebo más cosas que tus labios...
La ojiazul salió de allí intentando evitar que le siguiera. Por suerte, tres de las fans de la joven se acercaron y comenzaron a entretenerla, ayudando a la menor en su huida. Luego fue a casa a preparar la comida mientras su padre terminaba de trabajar.
Por la tarde, la adolescente fue a pasear al bosque. Allí encontró una casa un tanto extraña. Tenía las ventanas tapadas con madera y todo parecía misterioso. El lugar le llamó la atención así que decidió acercarse. Allí vio a dos personas pelearse en el jardín. Se acercó a ellas, llena de curiosidad.
– Rachel, recoge los tomates. Yo me encargo de las patatas... Como no tengamos la comida lista en una hora la señora nos castigará y créeme, no me gustaría verla enfadada. – Dijo la chica rubia.
– Voy... – La castaña se levantó y vio a Brittany. – ¿Qué haces aquí?
– Perdón... Estaba paseando por el bosque y vi la casa... – Respondió la ojiazul.
– Lárgate, antes de que venga la señora... – Dijo Quinn.
– Berry, Fabrey... ¿Puedo saber por qué no estáis trabajando? – Preguntó una voz.
– E-Esto... Señora... La chica se había perdido... solo le indicaba como volver a la villa. – Dijo la rubia.
– Que pase dentro... Veremos lo que hacemos con ella... – Dijo la bestia. Tenía pelo negro por el cuerpo. Su cara era parecida a la humana, pero con colmillos. Tenía garras en vez de manos y pies.
Una vez dentro la ojiazul pudo percibir que la casa estaba muy bien cuidada, sólo que algo vacía. Apenas unos muebles adornaban la sala que daba la bienvenida a los visitantes. Todo estaba oscuro y la poca luz que había provenía de unas velas encendidas.
– Creo que lo mejor será que te quedes, al fin y al cabo me has visto y no me interesa que alguien se entere de mi existencia. Seguro que todos querrán cazar a la bestia... Así que lo dicho, tienes prohibido salir de la casa. Las chicas se encargarán de alimentarte y proporcionarte lo que necesites. Sobre todo no me molestes o conocerás mi ira... Si intentas escapar te encontraré y pagarás por lo que hayas hecho... Al igual que estas dos inútiles... ¿Os ha quedado claro a las tres? – Ellas asintieron. – Adiós.
Cuando la Bestia salió Brittany comenzó a llorar...
– Te dijimos que te fueras... – Comentó Quinn.
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Once Upon A Time (Brittana girlxgirl)
FanfictionCuentos infantiles adaptados a Brittana pero perdiendo la inocencia, cambiando partes. No son aptos para niños.