Capítulo veinticinco. "Una nueva amiga"

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Debido al grito de Theresa, los tres; Justin, Thom y la morena despertaron exaltados. Claro, y en plena madrugada la única que despertaba era yo. 

—¿Por qué mierda estas gritando, Theresa?—preguntó Justin, cubriéndose con sus manos sus oídos.

La morena tardó un poco más en despertarse, miró a su alrededor confundida. Hasta que vio a Thom y a Justin a su lado, en la cama. Su cara se tornó totalmente pálida y una mueca de sorpresa y confusión marcaron su rostro.

—Oh, por dios. Oh por dios. ¿¡Que he hecho!?—Sus manos llegaron a su cabeza, y abrió por completo sus ojos.— Mon père va me tuer. 
Y ahí estaba ella, hablando en francés otra vez. Por lo poco que sabía, “père” era padre así que supongo que su oración tuvo algo que ver con él. 

—¿Cómo pude haber tenido una orgía? Soy una sucia perra barata, debí haberle hecho caso a mi padre cuando me dijo que me quedara en Francia, ¡ Je suis mort!

—¿Orgía?—preguntó Theresa, mirando fijamente a Justin.

Él se encogió de hombros y negó con la cabeza antes de decir: —A mí no me digas nada, no recuerdo nada de la noche de ayer.

Eso puede haber roto mi corazón.

Ya que fue la noche anterior la noche en la que más cerca me sentí a Justin desde que nos separamos. Y saber que él ni siquiera lo recordaba, y solo habían sido acciones provocadas por el alcohol, me rompía completamente.

—Espera, no has tenido ninguna orgía ni nada por el estilo—le aclaró Thom—Estabas ebria, ibas a acostarte con un tipo que técnicamente te estaba obligando a ir a una de las habitaciones. No me pareciste que ibas a salir intacta de la fiesta y te traje aquí.

—¿Y dormí con dos hombres?—preguntó ella.

—No, acabo de salir yo de la cama también.—le dije—Gracias por las patadas en el trasero, sacando el tema.

—Debí haberles dicho que pateo, lo siento—se disculpó ella.

—No hay problema, solo, tienes que mejorar eso si te tienes que casar algún día.

Justin levantó la mirada al instante. Su mirada se perdió en mis ojos, y entendí que acababa de decir lo más estúpido en el mundo. Acababa de tomar el tema del matrimonio cuando aún era algo muy delicado para ambos. 

Merecía el premio para la más estúpida del mundo, realmente.

{…}

Después de mucha cafeína dentro de mi sangre había logrado estar completamente despierta y lista para salir de aquí. Aún tenía puesta la ropa de anoche, y tenía que esperar hasta llegar al departamento de Jordan para darme una larga ducha y poder cambiarme de ropa, ya que en este momento no tenía nada de ropa en el departamento.

—¿Eres su novia, o algo por el estilo?—pregunta la morena, sentándose a mi lado con una taza de café entre sus manos.

—De ninguno de los dos.—dije, soltando un suspiro.—De todas maneras, ¿Cómo te llamas? Te sigo llamando “Morena”, así que sería bueno saber tu nombre.

—France.—respondió ella, aun mirando con atención su taza.

—Y eres francés, ¿no te parece irónico?—pregunté con una enorme sonrisa en mis labios.

—Ni lo digas, mis padres son los responsables de haber tenido muchos apodos en tantas escuelas. ¿Cómo sabes que soy francesa? No eres una acosadora o algo por el estilo, ¿verdad?

—Tal vez, la razón sea porque has estado gritando toda la noche frases en francés, y por tu manera de hablar, se nota que era natural. 

—Siento eso, espero no haber gritado cosas inapropiadas—dijo, mientras sus mejillas se tornaban totalmente rojas.

—Nada que yo entendiera.

—Eso es bueno.—afirmó.

—¿Qué paso con el asunto de tu novio anoche? Dijiste algo de mejor amiga, se jodió a tu novio. No es que seas muy entendible ebria—dije, mientras ella se encargaba de darle un largo sorbo a su café.

—Él también es de allí, de Francia, vino aquí a estudiar, lo seguí hasta aquí porque yo realmente lo amaba dejé todo en Francia , llegué a su departamento lista para darle una sorpresa, cuando ¡van! La sorpresa la recibí yo al verlos a los dos en la cama. Mis padres no quieren que vuelva, así que estoy estancada.

—Yo lo sí…

—No lo hagas. Digo, no me voy a poner a llorar por eso. Él es el que se está perdiendo todo esto—dijo señalándose a sí misma—Por una simple tabla. Debería sentirme ofendida de que me haya cambiado por eso, en serio.

Una risa profunda se escapó de mis labios.

Sí, la morena era divertida. Mucho diría yo. 

—¿Y tú? ¿Cuál es tu historia? No me vas a decir que nos has tenido nada con el rubio. 

Solté un pesado suspiro.
Tal vez era momento de obtener la opinión desde un punto de vista femenino y desconocido.

Volver a vernos {tercera temporada RDM} (Terminada)Where stories live. Discover now