{Bubbles}
— ¿Qué tu qué?—pregunto, casi gritando. Bueno, sí, estaba gritando.
Pero mi reacción había sido buena, hubiese gritado a todo pulmón pero no podía, al menos que quiera que nos botaran del avión a patadas. El anciano que estaba a nuestro lado, nos miró con mala cara antes de regresar su atención a si periódico que traía en sus manos.
Justin se ríe, y sostiene la cinta que había estado cubriendo mis ojos hace unos segundos.
—Tu enserio necesitas avisarme cuando vamos a viajar algún lado, es mucho mejor que traerme aquí a escondidas—le digo.
— ¿Qué tiene eso de divertido?
—Tienes razón, como sea, te amo por esto, pero, ¿adónde estamos yendo?—preguntó curiosa.
—Es sorpresa. O algo así.
Sonrió y lo abrazo.
Íbamos a cumplir un año de casados, y en realidad no entendía porque las personas le temían tanto al matrimonio. Porque este había sido un año grandioso. Me atrevería a decir que el mejor año de mi vida entera.
Nos habíamos quedado en Washington un tiempo, hasta que Justin termino su carrera y nos mudamos a Nueva York nuevamente. Pattie y Jake vinieron con nosotros después de haber pasado medio año entero en Canadá. Justin había comprado una casa, y era hermosa, y no exagero cuando digo eso. Me podía imaginar a mí misma y a Justin con niños aquí.
Y hablando de niños, estaba enamorada de Thiago. Mi pequeño hermanito. Ese niño era la persona más adorable que he conocido y probablemente soy la persona que más lo engríe, pero simplemente no puedo no hacerlo. Otra persona que lo engría era Justin, había veces que solo íbamos a casa de Jordan a verlo a él, aunque no se lo digan a mi padre. Pero ese niño era nuestra adoración.
Claro que trajo comentarios de todos, diciéndonos que cuando íbamos a abrir la fábrica de bebes.
No habíamos hablado realmente de ello hasta ahora.
Por otro lado, había logrado conseguir trabajo como reportera en una cadena importante de noticieros de Nueva York, y había salido de vez en cuando unas veces por televisión.
Y Justin…era el mejor esposo que una mujer va a poder tener. Y no es por nada, ni por presumir pero soy la mujer más afortunada del mundo. Porque nuestra relación seguía siendo tan perfecta, como si aun fuéramos adolescentes enamorados. Jamás me voy a apartar de este hombre. Jamás.
Recuesto mi cabeza en su pecho, y paso mis brazos por su cintura. Justin se acomoda mejor en el asiento para estar en una mejor posición.
Cualquiera que sea su sorpresa, no se compara con la que estoy a punto de darle.
{…}
Paris.
Otra vez.
Y esto es asombroso.
Estoy realmente enamorada de esta ciudad, tiene algo en el aire que me hace o bueno, te hace sentir diferente. Paris era la ciudad del amor, y tal vez esa era la razón principal.
Y me estoy muriendo de la emoción.
Pero sé que es algo más que solo un viaje a Paris, porque conozco a Justin y por esa sonrisa que tiene en su rostro sé que aún hay más.
Miles de globos de corazones colgando en las calles, porque hoy es catorce de febrero. Y que mejor lugar para pasarlo que en Paris.
Confirmo mi teoría que hay algo más, porque no vamos directamente al hotel. Justin le da indicaciones al chofer en francés, y desearía que France esté conmigo en éste momento.