Capitulo 4

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Bill no sabía dónde meterse, todas las miradas estaban dirigidas a él por su metedura de pata. Seguía a David como un perrito faldero sin atreverse a levantar la mirada del suelo, escuchando a su paso murmullos y alguna risita tonta.

Cogió aire y siguió caminando como si la cosa no fuera con él, se dirigían al despacho de Oliver para dar una buena explicación de lo ocurrido.

¿Qué podía decir que no le pusiera de patitas en la calle su primer día de trabajo?

—Vamos Bill—le apremió David.

Se había rezagado, aceleró el paso y entró en el despacho de Oliver donde Tom y Andreas también esperaban ambos con gesto serio y cruzados de brazos.

Nada más entrar el David cerró la puerta y se preparó para la reprimenda.

— ¿Puede alguien explicarme que ha pasado?—preguntó Oliver sin dirigirse a nadie en particular.

—Ha sido culpa mía, vi a Tom y corrí a saludarle sin pensar—contestó Andreas.

—Estaba vestido de macarra y esposado, no había mucho que pensar—gruñó Tom—Y la culpa es toda suya.

Señalo a Bill con la cabeza, quien solo pudo morderse el labio inferior como respuesta.

—Es un novato, no debería ir solo—gruñó Tom de nuevo, dirigiendo su ira esa vez a David—Ocho meses de trabajo tirados a la mierda por un maldito novato....

—Yo solo hacia mi trabajo—saltó Bill cansado de que Tom le hablase en ese tono—Coincidía con la descripción del sospechoso, tuve que detenerle.

—Te dije que no lo hicieras, que te estabas equivocando—murmuró Tom resoplando.

—Eso lo dicen todos—resoplo Bill a su vez— ¿Qué quieres que haga? ¿Qué me fie de cada sospechoso que me diga que me estoy equivocando y no le detenga?

—En eso lleva razón—murmuró Andreas carraspeando.

Bill esbozó una tímida sonrisa, que borró de inmediato al ver la fulminante mirada que Tom le dirigió.

—Tom, ha sido un error—dijo Oliver poniendo punto final a la discusión—Bill solo hacía su trabajo, nadie le avisó que estabas de incognito.

Tom gruñó como respuesta y salió del despacho con paso firme. Bill cogió aire y lo soltó en un honde suspiro, Tom le hacía sentirse como un niño pequeño reñido por una travesura.

—Venga, volved al trabajo—pidió Oliver.

David asintió y haciéndole una señal a Bill salieron los dos del despacho. Tenían que hacer un informe sobre lo sucedido y se dirigieron hacia una de las mesas de la comisaria. Se sentaron ante ella y cada uno ocupó un ordenador.

—Bill, no le des más vuelta—murmuró David.

— ¿Cómo quieres que no lo haga?—preguntó Bill resoplando—No he podido empezar peor mi primer día, deteniendo a otro agente de policía.

—A Tom se le pasará, dale tiempo—dijo David tratando de levantarle el ánimo.

— ¿Tú también sabías que estaba de incognito?—preguntó Bill, viéndole asentir con la cabeza— ¿Entonces porque me dijiste que estaba de baja?

—Porque...bueno, es la palabra que usamos para cuando alguien está de incognito—explicó David sonriendo—Para no hablar del tema tan claramente, decimos que está de baja.

—Pero... ¿y si está de baja de verdad?—insistió Bill.

—Vamos, te queda mucho por aprender—dijo David señalándole su ordenador y dando por zanjado el tema—Redacta tu informe, procura explicarlo todo claramente y...bueno, sobretodo la detención de Tom. Deja bien claro que en ningún momento eras consciente de que estabas deteniendo a otro agente de policía de incognito, que hacías tu trabajo tal y como te habían enseñado.

Rookie BillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora