rehabilitación sin vuelta atrás

Habían pasado las primeras semanas dentro del hospital, y no veía casi ningún cambio, seguía igual a de cuando entré a la sala.

El sonido de la puerta llamó mi atención, pero por un muy corto momento, seguido del ruido de carrito de la comida, "almuerzo", pensé, pero ni ganas tenía de comer lo que sea que fuera.

A pesar de que últimamente el pollo se me hacía muy jugoso...

Tomé asiento en la orilla de la cama, ya no extrañaba mi cama como los otros días al comienzo de la rehabilitación, pero extrañaba a mamá, sus mimos de cuando era niña...

Miré a la enfermera, era la nueva, Lory, era muy simpática, me daba algunos dulces en las noches, no era que me afectara lo suficiente en el proceso, pero me alegraba el día.

- ¿Vas a ver a tus padres hoy? - Asentí.

- Pero vendrán tarde... - Mentí. Mis padres, por capricho tanto de Katy como de mamá se habían ido de vacaciones a otras ciudades, sí, habían dejado a su hija enferma sola para ir a lucir sus trajes de baño por más tiempo. Siempre era igual...

- Ya veo - Me dedicó una sonrisa hermosa, ella sí era linda, no como yo.

Miré la bandeja, era un simple pan con sopa, y de acompañamiento, una ensalada de lechuga y tomate, al lado de todo eso, una taza con agua de pera y un pote con gelatina roja... O eso parecía.

Volví a escuchar la puerta, Lory había salido dejándome sola, momento perfecto para comer tranquila.

No ordené cada pieza, simplemente tomé mi sopa y comí la ensalada de forma lenta, tomando un poco del agua en el proceso.

Dejé la gelatina a un lado.

Tomé una bocanada de aire y la guardé en mis pulmones un tiempo, al empezar a marearme lo dejé salir.

Volví a escuchar la puerta, miré la misma y mis ojos se toparon con un par de chicos, de entre 15 y 17 años... Me parecían perdidos, en cierto modo, mientras que ambos miraban la sala curiosos.

- Ehm...

- Te dije que no era ésta sala, tonto.

- ¿Buscan a alguien? - me atreví a preguntar, llamando la atención de ambos.

- A decir verdad, no

- ¿Entonces?

- Buscábamos dónde escondernos, una enfermera nos pilló...

- No del todo, buscamos la sala donde guardan las cosas, ya sabes, agujas, toallas, mascarillas...

- ¿Los pilló haciendo qué? Y, no, no hay de esas habitaciones aquí, al menos no en ésta zona.

- Genial, ¿Ahora qué?

- ¿Los pilló haciendo qué? - Volví a preguntar, con tono más fuerte pero sin llegar a ser... Acusatoria o molesta, quería saber qué pasaba.

- Robamos unas jeringas - Allí me cuenta que no era buena idea estar cerca de esos chicos, y para eso buscaban la sala de provisiones.

- Ya veo... ¿Pueden irse? Por favor

- Déjanos quedarnos un rato, ¿sí? - Tomó aire y asintió, ¿qué pasaría si se negaba? No quería tener problemas, menos en un estado tan... Deprimente.

Ambos se sentaron a mi lado, sobre la camilla. No se veían como delincuentes, mucho menos como niños de clase baja... ¿Por qué robar jeringas?

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