Capítulo 23

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Alec sintió que se sonrojaba de nuevo. ¡Mierda! ¡¿De dónde salieron estos pensamientos?!

-"No tienes idea de lo sexi que te ves cuando te sonrojas así, Alexander. Si continúas haciéndolo, no va a importar que uses una de estas cosas. Vamos a poner esto sobre ti para que puedas estar dentro de mí, ¿de acuerdo?"

Alec lo miró, sorprendido. En serio que no tenía vergüenza cuando se trataba de este tipo de cosas, ¿verdad? Antes de que pudiera pensar en algo que decir, Magnus había tomado su duro miembro en la mano y estaba rodando lentamente el fino látex sobre este. Era una sensación nueva para él, nunca antes había usado un condón y se estremeció un poco, nada acostumbrado a la opresión sobre su sensible carne.

-"¿Está bien, cariño? Te ves un poco incómodo. ¿Quieres que te lo quite?"- Magnus parecía demasiado ansioso porque eso sucediera.

-"No, está bien, simplemente no estoy acostumbrado, eso es todo"- dijo Alec, bajando los ojos. Odiaba esto. Odiaba tener que admitir su ingenuidad ante Magnus.

Magnus puso un dedo debajo de su barbilla y levantó su rostro hacia él- "No seas tímido conmigo, Alexander. Entiendo. Todo esto es nuevo para ti. Pero, ¿adivina que? También es nuevo para mí, mi amor. Nunca he estado con nadie en esta edad moderna. Siento que todo mi conocimiento está desactualizado o es irrelevante. Lo resolveremos juntos, estoy seguro. Ven acuéstate conmigo"

Se recostó y jaló a Alec hacia abajo para que su peludo pecho se frotara contra el suyo; tomó su boca con besos lentos y fáciles. La inocencia de Alexander era una de sus características más entrañables y cuanto más pensaba que esta era su primera vez con alguien, más excitado se ponía.

No pasó mucho tiempo antes de que los besos lentos se volvieran duros y cargados, las lenguas bailando juntas en el calor húmedo y los suaves empujes comenzaron a ser más contundentes. Ya era hora, tenía que tenerlo, ahora.

-"Alex... Alexander... cariño... yo creo... creo que será mejor que apliques algo de esa cosa que tienes... en ese tubo antes... antes de que explote... Dios mío, me pones tan duro, ven, siénteme, mira lo que has hecho"

Agarró una de las manos de Alec y la colocó entre ellos, gimiendo cuando su mano se envolvió alrededor del eje caliente que goteaba en un flujo constante contra su vientre.

Su Salvación - His SalvationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora