Capítulo 1

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Bajó del carruaje con elegancia y caminó a través de la entrada con sus andares de princesa, su expresión era mayormente imperceptible en la penumbra mientras era seguida por "una de las mujeres que trabajan para la familia/en la casa" que en ese preciso instante se encontraba casi vacía.

Ella sólo quería llegar a su cuarto a descansar, por lo tanto declinó la oferta (a la cual ni siquiera puso atención) de la mujer que consistía en llevar algún refrigerio al  "aposento de la señorita", de todas formas tal propuesta no le habría interesado. Aún así, con la gentileza y amabilidad que siempre la habían caracterizado respondió con un sencillo -No, muchas gracias. Deseo descansar-. A sus oídos su propia voz sonó ahogada y muy seca, pero al menos entera, sin quebrarse... esperaba que la mujer pensara que se debía al cansancio y no por grosería o altanería, siempre intentaría ser amable con esas personas. No sabía tampoco que para aquella acompañante momentánea su frase había sonado melodiosa, casi perfecta con un solo tono de sequedad. *A fin de cuentas es un ser humano y debe dormir* pensó la acompañante.

Luego de un pequeño paseo a través de la casa llegaron a su destino, entre ambas la desvistieron y la volvieron a vestir para la cama, se despidieron cada una a su manera y la habitación quedó en silencio unos minutos.

*¿Cómo puede ser que exista una señorita así, tan perfecta?* pensó mientras salía del cuarto de la chica y se dirigía a arreglar la entrada.

Sin saberlo la aludida, todos aquellos que habitaban esa casa incluso muchos fuera de esta habían pensado esto alguna vez... no necesariamente con estas exactas palabras sin embargo.

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Tenemos, por otra parte, una mujer que podrían calificar de expresión terrorífica, estaba cambiada con una ropa atrevida, digo, ajustada... y ligera, pero cómoda y flexible, era toda negra tanto que podría pasar fácilmente por una de las sombras en la noche si no fuera porque se movía con rapidez y agilidad golpeando con fuerza un muñeco de paja .

-¡Estúpidos! murmuraba exaltada mientras una ola de rabia la atravesaba.

-Ninguno de ustedes puede atraerme, ¡no pueden ser ni mis amigos! Es que...- respiraba más rápido por el ejercicio - ¿Cuántos..?-fuuu- ¿Cuántos eran? ¡¿Cuántos estúpidos me estaban asediando en el maldito baile?  Y me miraban con esos ojos, son unos lujuriosos sinvergüenzas... ¡cómo quisiera partirles las caras de idiotas!- Resaltaba las frases con patadas y golpes fuertes de todo tipo.

-Estoy tan molesta que ni puedo dormir, ufff, ni una hora ¡ni cinco minutos dormí!- parecía que la rabia podía con ella, pero no era de esa forma así en realidad, el cansancio amenazaba con tirarla al piso en cualquier momento, por lo que antes de que eso sucediera se sentó en el suelo y empezó a respirar un poco más lento mientras seguía murmurando, aunque más calmada aún bastante enfurecida.

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-Bien equipo, hoy...-

-¿Asaltaremos el banco?- interrumpió la mujer de negro que ahora tenía sobre su rostro una máscara roja que llegaba hasta la mitad de su cara, a juego con sus labios carmín.

-No- resaltó el hombre -e...-

-Entonces a los nobles...?-dijo con algo de entusiasmo. Sentado casi a su lado se encontraba su compañero, que los miraba serio y paciente, aunque por dentro la repetitiva situación lo divertía.

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⏰ Última actualización: May 21, 2018 ⏰

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Frustración (Conjunto Historias Oscuras # 4 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora