Deseo de sangre

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Acostada en su cama, Karina pensaba en lo que habia logrado estos últimos días: la muerte de su madrastra Susana a manos de su difunto novio. Todo su culpa y nadie puede probarlo. Ni siquiera sospechaban que aquella joven quien lloró desesperadamente cuando le informaron que su madrastra y su novio fueron encontrados muertos en una habitación ya sabía lo que había pasado.

Aún recordaba cuando lo vio clavando ese destornillador una y otra vez en el cuerpo de la señora. El lo hacía porque la amaba, lo sabía porque se lo dijo, y ella le dijo que lo probara de esa manera. Odiaba a esa mujer, le decía que tenía problemas mentales, decía que ella la quería muerta, pero nadie le creía. Su padre llegó a pensar que su segunda esposa estaba loca. Por un momento, Karina había cumplido lo que quería: hacerle a su madrastra la vida miserable. Pero cuando se enteró que su padre le había dado el 3% de la fortuna, se molesto tanto que planeó su muerte. Pero ella no era tonta, no lo haría ella, no otra vez. Para eso tenía a Walter.

Días antes del asesitato, el se había entregado en cuerpo y alma en aquel motel. El pensaba que ella estaba enamorada, que ella sentía lo mismo en ese momento. No sabía de su pasado, ni se molesto en preguntar. No sabía que con la mujer que compartió lecho había matado a 8 personas, entre ellos su mejor amiga, y solo tenía 17 años. Pero eso no era lo peor. No se conformaba con solo matar a sus víctimas, si no que lo hacía lentamente, para verlos sufrir y morir. Esta última parte era la que más disfrutaba, verlos morir. Amaba el sonido de la persona ahogándose en su sangre, le encantaba verlos retorcerse, era tan mentalmente enferma que en algunas ocaciones tocaba la sangre de su victima solo para sentir su textura, y el muy enamorado Walter no se sospechaba nada de eso. “Te amo” Fueron las ultimas palabras del cegado novio al terminar el coito, y ella, aprovechando el momento pidio que se lo demostrara.

Se dirigieron a la caja de herramientas de su padre y sacaron el destornillador. Fueron a la habitación y, quitándole la sabana, agarraron a Susana por las manos y los pies, Karina miraba fijamente a los ojos de su madrastra, los cuales demostraban un dolor profundo. Walter no creía lo que habia hecho, y arrodillándose en el piso empezó a llorar. En cambio Karina, con una psicópata sonrisa en sus labios agarro la sabana manchada de sangre y ató el cuello de su novio y con ella, viendo como se dilataban sus pupilas por la falta de aire. Amarrando la punta de la sabana al ventilador roto que colgaba del techo, para hacer parecer que Walter habia causado su propia muerte, Karina salio del lugar.

Actualmente, hay muchas versiones sobre donde esta Karina, muchos dicen que la perdida de su pareja y su querida madrastra la dejo traumada, mientras otros dicen que su padre la envio a un internado para menores, para ser libre y poder casarse con su actual esposa, en verdad el destinio de Karina se desconoce, puede estar buscando una nueva mejor amiga, o un nuevo novio, pero algo si se, Karina siempre buscara una proxima victima.

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⏰ Última actualización: Sep 04, 2014 ⏰

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