Real (Una Historia Pre-Epílogo)

Capítulo 16

La tarde pasó rápido, todos dejamos a un lado el motivo por el cual nos encontramos aquí y nos pusimos al día de la vida en los distritos. Annie vive de la pensión que se le entrega por ser vencedora y por la muerte de Finnick y se dedica a su hijo por completo. Johanna sigue con su tratamiento psicológico pero viaja constantemente a ver a Annie y al pequeño Finnick, ellas se han hecho muy amigas, y puedo ver cómo Johanna adoro al niño. Estoy bastante contenta de que Johanna haya encontrado algo a lo que aferrarse. Beete aún trabaja para el gobierno en el área seguridad y tecnología, pero al igual que nosotros no sabía nada de lo que estaba pasando.
Peeta se lleva Finnick con él a la cocina para que este le ayude a preparar galletas Haymitch se fue por Effie para llevarla a cenar, Johanna y Annie aprovechan para desempacar y dormir un rato, mi madre se acerca a mí y decidimos caminar un rato. Le cuento lo que está pasando y no esta tan afectada como yo pensé, el dolor debe de haberla fortalecido, algo bueno...
-Pero para ser sincera lo que más me preocupa de todo esto, no es el hecho de que vuelva a haber una revolución porque sé que nos mantendrían a salvo, Peeta es el que me preocupa.
-Él está bien querida, se ve seguro de sí mismo, y si algo nos ha enseñado todo lo que ha pasado es a ser más fuertes y enfrentar todo lo que venga ¿no crees?
-bueno eso espero, mejor vamos adentro, y está anocheciendo y hace un poco de frío.
Mi madre me toma la mano y me acerca a ella en un abrazo, y por primera vez desde la muerte de mi padre de verdad siento la necesidad de que no se aleje de mí, la necesito. Aunque ahora no es un tema de responsabilidad o supervivencia, necesito que mi madre me dé ánimos y me apoye como solo una madre puede hacerlo.
Cenamos todos juntos y luego nos vamos a dormir. Peeta está durmiendo pero lo siento bastante inquieto, después de un rato se tranquiliza y yo me duermo.
Cuando me despierto aún es de noche y tengo muchas ganas de ir al baño. Al levantarme me mareo y casi me caigo, de pronto siento unas enormes ganas de vomitar así que voy al baño y devuelvo todo, algo debe de haberme hecho mal. Voy a volver a la cama me vuelven las náuseas y cuando ya no me queda nada más por vomitar vuelvo a la cama, ya casi amanece pero al menos no he despertado a Peeta. Me acuesto e intento dormir unas cuantas horas, para no parecer un estropajo por la mañana.
-Katniss, ¡pero que te ha pasado!, ¿te sientes bien?- me pregunta Effie mientras Peeta y Annie preparan el desayuno, yo bajo a Finnick de mis brazos y este camina hasta donde está su madre, yo le doy un sorbo mi taza de Café y me siento a la mesa donde me espera Effie.
-No dormí muy bien y lo peor de todo es que me enfermé del estómago y vomite toda la noche, ni si quiera sé si podré comer algo sin devolverlo.
-si te sentías tan mal deberías haberme despertado- me dice Peeta desde la cocina.
-no lo creí necesario, al fin y al cabo hubieses amanecido igual que yo de cansado y eso no me haría sentir mucho mejor.
-a veces tienes que dejar que otras personas cuiden de ti Katniss- me dice mi madre mientras me pone la mano en la frente para verificar si tengo fiebre.
-al menos no tienes fiebre, debes avisarme si vuelves a sentirte mal hija, ¿está bien?
-si, solo fueron náuseas, no es el fin del mundo.

Luego de eso, todos nos sentamos a la mesa y desayunamos. Effie y Haymitch nos cuentan los detalles de su al parecer "muy muy muy hermosa velada". Estamos terminando de comer cuando aparecen, mi antiguo equipo de preparación, se ven bastante bien y al igual que Effie ya no llevan tacones altos -o al menos no tan altos- y su ropa ya no es de colores tan chillones ni extravagantes, pero cada uno conserva el toque del capitolio, se acercan y uno a uno me abrazan, lo mismo con Peeta y luego saludan al resto del grupo, nos cuentan que es de su vida en el Capitolio, trabajan en un respetado salón de belleza y también maquillan a las personas que trabajan en televisión con Effie y Plutarch o al menos hasta hace poco lo hacían, ya que desde hoy se dedicarán únicamente a nuestra presentación personal, nos acompañarán a los distritos para preparar las propos y todo lo demás.
Pasan toda la mañana maquillándonos uno por uno hasta a Finnick le ponen un poco más de rubor en las mejillas, aunque todo de una forma bastante más natural a lo que todos estábamos acostumbrados, el no deja de hacer preguntas y tocar todo, aún así es encantador y nos embauca a todos con su sonrisa. En lo personal, este día ha sido de lo peor. No he podido comer casi nada, y las fragancias y cosas que nos aplican me dan un asco horrible, pero no quiero que se preocupen por mí así que me aguanto y dejo que terminen su trabajo en paz.
Cuando estamos listos, salimos y nos esperan varios coches que nos llevan al estudio de televisión donde nos entrevistarán. Luego de eso volveremos para empacar y nos iremos a una gira por los distritos de los vencedores que quedamos, el 3 donde vive Betee, el 4 Donde Vive Annie, el 7 donde vive Johanna y finalmente el 12. Mi madre decidió acompañarnos, por no dejarme sola y porque así de a poco se ira acostumbrando al nuevo distrito doce y todos los recuerdos que este conlleva. Nos montamos en los coches y nos ponemos en marcha, Acción- pienso.
A pesar de que el capitolio ha cambiado en muchos aspectos el estudio de televisión es igual de despampanante que en el vasallaje, aunque lo que más me sorprende no es eso sino Caesar, el antiguo animador del Capitolio, su rostro esta igual de joven si es que no más, eso es un poco inquietante, pero su pelo, cejas y labios ya no tienen ningún color tan extravagante, solo un color castaño aunque se ve bastante artificial no me parece tan inquietante cono antes. Siento un poco de rechazo por el tipo, despues de todo el y claudius se encargaron de la propaganda del capitolio y nos trataron de la peor forma cuando éramos prófugos y rebeldes. Cuando le comento esto a Effie ella asiente comprendiendo totalmente la situación, y me comenta que el había sido de los primeros en abandonar.el barco cuando se enteró de que Snow daría un paso al costado. Que en ese momento había entendido el porque de mi has cosas y cambiado su parecer respecto a ellas. Yo aún estaba escéptica al respecto, pero Effie me dió la mano y me dijo que ella también había tenido un momento difícil en su momento y que la comprensión de su entorno había hecho la diferencia. En ese momento me di cuenta de que era cierto, yo también había tenido actitudes cuestionables a lo largo de los años, desde que era una niña poco tratable. Él solo era la cara visible del pensamiento de todos los capitolianos. Y así como les había dado a todos ellos el beneficio de la duda, no podía hacerlo de forma diferente con el solo porque había dicho cosas de mi que por cierto le habian mandado decir.
Nos reúnen a todos en el centro del plató, y Caesar nos pregunta sobre nuestra nuevas vidas y que tan prósperos se han vuelto nuestros respectivos distritos, la verdad es la primera vez que no me siento incomoda contestando a las preguntas de este hombre, así que le hablo sobre las personas que han vuelto con el tiempo, la construcción de nuevas casas y la fábrica de medicinas que esta pronta a inaugurarse. Peeta le habla de la nueva panadería que construyo en el mismo sitio donde se encontraba la de sus padres, se siente muy orgulloso de este logro y el entrevistador muestra real interés, parece que de verdad se alegra por nosotros y por los demás. Realmente debe haber cambiado o entrado en razón. Así se desarrolla la entrevista hasta que comienza a contarle al público que haremos una gira para que vean con sus propios ojos lo prospera que es nuestra nueva vida. De pronto me siento muy mareada, así que me recuesto en el brazo de Peeta, este me mira y de inmediato se da cuenta de que no me siento bien, pero comprende que no es un buen momento, la entrevista debe estar por terminar así que será mejor esperar.
Caesar se despide del público y de nosotros yo me pongo de pie y con todo el entusiasmo del que soy capaz me despido con un gesto de la mano. Todo me da vueltas, empiezo a ver borroso y cuando escucho la palabra <corten> dejo de resistirme y siento como caigo al suelo, escucho el grito ahogado de Peeta y me dejo llevar por la oscuridad.