Mundana,
la vida de Hoseok ahora mismo podría ser descrita como mundana.
Consiste en vivir en un departamento que es en realidad un estudio, muy pocas viviendas rodean el área pero en lugar de todo eso, hay algunos rayos de verdes colinas. Es básicamente vivir de la fortuna que tu abuelo dejó atrás porque, tú lo necesitarás más que todos mi muchacho. Tu hermana, ella tiene todo resuelto. Ella es exitosa. Él se la había pasado meses amargo por ello, y Dawon le había dicho que no se preocupe por eso. Su abuelo nunca había sido de palabras dulces, incluso a veces escupía veneno. Pero ahora, cuatro años después, ese dinero se había vuelto su nido de seguridad. Él ha estado manteniendo su trasero al borde de todo mientras que se la pasaba alejado de todo en la comodidad de su habitación, con una sábana envuelta alrededor de su figura y sus dedos pinchando la máquina de escribir. Eso era todo lo que hacía, día y noche. Sin embargo, no cree escribir nada sustancial.
Él es un escritor, al menos, así se presenta ante todos. Pero ahora se vuelve más un chiste, algo que él murmura con una sonrisa nerviosa por temor a que alguien descubra su farsa. Le han dicho que tiene un talento innato, que es en serio muy talentoso. Pero si es así, ¿por qué está tan asustado de publicar algo? Para poder encontrar recursos él necesita que su voz sea escuchada, y así poder llegar a sentirse tan valioso como un engranaje de máquina. Él se había aislado tanto para poder probar ese hecho que no había visto a sus amigos por tantos días, hasta se podría decir semanas. Probablemente eso se convierta en meses si no es cuidadoso.
Aunque Jimin es diferente, él es un amigo algo persistente. A veces le dejaba platos de comida recalentada o comida rápida, Hoseok regresaba de sus caminatas con Mickey solo para encontrar dichos platos sobre la mesa de centro , junto con una nota bien doblada que contenía una letra delicada y legible, no podía ser nadie más que Jimin.
Come, esta vez es algo de Bulgogi. Te veré pronto, hyung.
La nota de hoy decía eso, y Hoseok la observa sin expresión alguna mientras que Mickey corre alrededor de la casa. Se escucha el sonido de su collar retumbar en el piso. Te veré pronto, Jimin dijo. Incluso cuando ni siquiera se habían visto cara a cara en casi una semana.
Cuando Hoseok termina de quitarse la chaqueta, y también sus botas, arruga el papel y lo tira por ahí. Su estómago comienza a rugir. Tiene hambre, y es fastidioso que Jimin haya dado justo en el clavo esta vez.
Hoseok duerme esa noche con Mickey junto a él, hecho una bolita y cubierto por unas sábanas blancas. Él mantiene una mano acariciando el pelaje de Mickey, la otra sostiene su móvil. Él no sabe qué es lo que busca exactamente, pero lo hace todas las noches. A veces él espera, espera a que algo llegue hacia él. A que haya cierto tipo de requerimiento de su nombre, una editora que de alguna forma se haya enterado de su trabajo y que desesperadamente necesite tener una reunión con él. Pero ¿cómo podría ser todo eso posible si es tan cobarde como para si quiera mostrarle sus obras a sus amigos? Taehyung lo había hecho una vez, Hoseok había salido de la cocina con dos vasos de whiskey para encontrarse con la escena, fue entonces que dejó caer un vaso rompiéndolo por completo. Taehyung quedó estático cuando le arrancharon los papeles de sus manos, Hoseok golpeando su brazo mientras que le gritaba a la cara. Él aún se odia por eso, pero eso fue hace meses y Taehyung le había asegurado a Hoseok que estaba bien, que él era quien había cometido el error.
Pero no era cierto.
Hoseok es un amigo quien no había tenido intención alguna de ver a sus amigos y saber qué es de sus vidas, solo por haberse mantenido ocupado envolviéndose entre sus sábanas con libros y papeles. Hoseok era un bastardo inseguro, así de simple.
Su hogar era como su bóveda, era su serenidad. Las paredes estaban cubiertas de pósters rotos, de polaroids con sus amigos a quienes no había visto hace un tiempo. Y luego, para llegar a la parte favorita de Hoseok está la montaña de papeles y notas adhesivas. Todas ellas tienen algo en común, o mejor dicho, una persona. Un chico, un chico con cabellos suaves y negros cual noche estrellada. Pestañas que desafían el viento, una sonrisa que es pequeña al principio y que florece con la salida del sol por las mañanas. Él no sabe quién es, no tiene nombre, tiene un rostro, una risa, una sonrisa. Pero no tiene nombre. Hoseok decidió llamarlo Cariño porque es el único sonido que se acomoda a sus labios. Entre sus notas hay palabras que han sido tachadas por líneas gruesas horizontales, en un intento de encontrar una mejor palabra para describirlo, hay también signos de interrogación, así como también hay pequeñas flores dibujadas alrededor. Todo aquello le recuerda a Cariño.
Tal vez, está loco. Esa persona no es real, este chico no es suyo y no pertenece a este mundo. Está en un universo el cual Hoseok no puede alcanzar, uno que él crea pero verdaderamente no controla. Él había estado contento con eso al principio, pero ahora cada noche sin falta, se encuentra a sí mismo leyendo y releyendo sus notas, es entonces que ilusionarse con algo que no existe se vuelve más una agonía que una alegría.
Hoseok, quien se encuentra en su tan preciada propia bóveda está aterrado,
Está aterrorizado porque no hay nada más que él quiera en esta vida que estar aquí con Cariño.
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cariño. yoonseok |m.yg x j.hs|
RandomHoseok es un aspirante a escritor quien guarda apuntes sobre cierto chico de cabellos suaves y negros, pestañas que desafían el viento y una nariz que se arruga cuando se molesta. Hoseok se despierta un día para encontrar que ese mismo chico, al qu...