Capítulo 20

8 1 0
                                    


-Es imposible- me repito a mí misma, pero luego pienso, por supuesto que es posible, de más está decir que he hecho lo necesario y nunca nos hemos protegido, pero aun así... No puede ser posible.

-¿Hija, estás bien?- miro a mi madre y en su cara se ve reflejada la preocupación, sabe perfectamente que no es precisamente un problema físico.
-no lo sé- Un hijo. Un bebe de Peeta y mio...Peeta ¿que pensará el de todo esto? ¿Se pondrá feliz? ¿Lo ayudará a superar los problemas que aquejan su cabeza? ¿O todo lo contrario? ¿ Y si toda esta situación lo confunde o lo estresa más de lo que ya está? ¿Si lo aleja de mí? ¿Si no lo quiere? ¿Aún aa puedo deshacerme de él sin que Peeta se entere...? ¡NO! detengo inmediatamente el hilo de mis pensamientos, no sería capaz de eso ¿o sí?
-Hija por favor di algo, me estas preocupando-mi madre me acaricia el pelo y me mira.
-¿qué voy a hacer?-digo en un susurro, al fin materializando mi mayor temor, yo nunca quise esto. Siempre pensé que Peeta sería un buen padre, pero no conmigo. Y era demasiado egoísta para pensar en el lejos de mí. Aún así nunca estuvo en mis planes el ser madre, la maternidad no es lo mío. Lo más cercano que he visto ha sido mi madre con Prim.-No puedo hacer esto mamá.
-Claro que podrás Katniss, eres muy fuerte y generosa. Serás una estupenda madre, además no estarás sola.-dice mi madre en tono conciliador
-Peeta... -su nombre se escapa de mi boca. No puedo decirle, no aún. Tengo que asimilarlo todo primero, tengo que hacerme creer que podré con esto.
- Hija él se podrá muy feliz, ya sabes lo que le gusta estar con el pequeño Finnick-dice mi madre sonriendo- imagínate como seria de feliz con un hijo propio.
Probablemente mi madre tiene razón, Peeta lleva en instinto paternal en la sangre, siempre lo veo jugar o pasar tiempo con Finnick, llevarlo a la cocina con él y jugar a cocinar.
-creo que Peeta no es problema, al menos no en comparación conmigo.
-Hija sé que más de alguna vez manifestaste tu rechazo a la maternidad, pero las cosas ahora son diferentes. Antes tenías el pretexto de que no querías que tus hijos fueran a los juegos, pero ahora... Sólo ve a Annie, ella salió de su letargo casi en su totalidad, se ha vuelto una mujer activa, que vive y respira por su hijo, el niño es feliz, vive en un mundo más seguro.
-lo de seguro no lo des por hecho mamá. Los juegos ya no existen, pero piensa un momento ¿porqué estamos aquí? ¿Para qué nos trajeron?, eso significa que no necesariamente es un lugar seguro. De cualquier modo creo que ya es demasiado tarde para hablar de riesgos ¿no crees?
Mi madre esboza una media sonrisa pero luego me abraza en aire maternal, creo que nunca antes la había necesitado tanto como ahora.
Ella se tiende a mi lado y me abraza,e envuelve en sus brazos y yo por fin hago lo que he querido hacer todo este tiempo...lloro. Lloro hasta que no me queda voz, mi madre solo se queda ahí, con sus brazos a mi alrededor y trata de tranquilizarme. Después de lo que parece una eternidad las lágrimas cesan y me separo de mi madre.
- Mamá ¿puedo pedirte un favor? -digo sorbiéndome la nariz. Me limpio con la manga como cuando era una niña, mi madre sonríe ante el gesto que le recuerda lo pequeña que era.
-por supuesto hija, todo lo que necesites, quiero estar ahí para ti...para ustedes. -Dice y toca mi vientre, yo miro su mano y poso la mía sobre ella, la miro e intento sonreír.
-Peeta no debe saber nada aún...solo quiero asimilarlo bien primero. Esto es mucho para mí, y Peeta tampoco está en su mejor temporada-digo haciendo memoria de lo que han sido estos últimos meses, los flashback cada vez más presentes y lo ataques cada vez más incontrolables, no. Aún no es tiempo de darle una noticia así. Debo asegurarme de que todo esté en orden, de ordenarme a mí misma, luego pensaré en darle la noticia a él.
-claro hija, solo te pido, que consideres el decírselo pronto. Si no lo haces será peor, y quizá en ese caso Peeta si se altere, y no será por el embarazo, sino que por el hecho de que se lo hayas ocultado. De todas maneras hablé con el médico y me recomendó un ginecólogo, un doctor especialista para que él se encargue de tu embarazo. Me pidió que fueras uno de estos días, para examinarte y saber de cuanto estás, espero que para ese día ya le hayas contado a Peeta y él te acompañe, es una de las experiencias más emocionantes. El tiempo que pasé en el hospital del 4 vi como con una pequeña máquina pueden mostrarte a tu bebé y saber si todo está bien.
-¿hablas en serio?- realmente me parece increíble que puedas ver un bebé cuando aún está dentro del vientre de su madre, debe ser hermoso, pero no hace que deje de tener miedo.

Real (Una Historia Pre-Epílogo)Where stories live. Discover now