Capítulo Único

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Era de día de nuevo, los rayos de sol se colaban por la ventana de la habitación de la joven de cabellos largos que dormía plácidamente en su cama, cuando los incesantes golpes a su puerta la despertaron de su letargo...


-Hinata, levántate ya de una vez- le gritaba su padre furioso 


La chica quería quedarse a dormir más tiempo pero era imposible, se levanto con pesadez, se vistió y bajo las escaleras con mochila al hombro, nada emocionada por nuevo día


-Hola- saludo tímidamente 


Observo el ajetreo del día a día de su "familia", su hermana jugaba con su desayuno, mientras su padre daba vueltas por la cocina discutiendo con alguien por el teléfono, Hinata se sentó a la mesa y tomo de lo que había en el comedor lo que parecía comestible, un pan tostado al que le coloco un poco de mermelada y algo de leche


-bien, me voy, tengo una junta con el consejo, no me esperen- dijo su padre tomando su maletín, revolvió el cabello de su hija la menor y de Hinata solo se despidió con la mirada 


-¿y que tal tu día?- le pregunto a la pequeña sentada frente a ella 


-mejor me voy a arreglar- dijo distraídamente jugando con su celular antes de levantarse y dejar a la chica completamente sola en el comedor 


Hinata observo el calendario a lado del librero de la sala, no estaba atrasado y marcaba perfectamente el día 26 de diciembre, si, era su cumpleaños y nadie se había acordado, suspiro sin ánimos y decidió apurarse para ir a la escuela 


-Feliz cumpleaños- le dijeron sus amigos Kiba y Shino quienes apenas se habían acordado y por eso le habían traído una caja de rollos de canela, sus favoritos 


-gracias, es bueno saber que no paso desapercibida- dijo tomando la caja con melancolía 


-¿lo olvidaron de nuevo?- pregunto el castaño 


-si, como cada año- suspiro caminando hacía su casillero -pero saben que... no importa, dentro de un año estaremos graduados y seremos libres de ir a donde sea que nos lleve el viento- comento emocionada 


Pero su comentario fue ignorado por sus compañeros que hablaban de sus pendientes escolares, tal vez, la escuela no era la mejor opción para olvidar que su familia no le hacía el menor caso, con la salvedad de que todos los días tenía la oportunidad de ver a ese chico rubio con esos ojos tan expresivos tan azules, esa sonrisa que enamoraría a cualquiera y esa personalidad que derretía hasta un iceberg, Uzumaki Naruto, entraba por la puerta principal como cada mañana siendo seguido por el mar de hormonas femeninas encantados de él 


Hinata estaba decidida, ese día le iba a hablar, se encamino hacía el segura de sí y justo cuando iba a saludarlo esa atrevida chica de cabello rubio cenizo se abalanzo sobre el 


-Shion, basta- le pedía el rubio tratando de quitársela de encima 


Mi adorable HinataWhere stories live. Discover now