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4 meses después...

Narra Juliana

Me desperté de mi bello sueño con One Direction gracias a mi alarma. Me levanté de la cama y fui al baño, hice mis necesidades y me lavé la cara, luego fui a mi ropero y agarré un short deportivo junto a una camisilla y un par de medias, me vestí, me puse mis zapatos deportivos, recogí mi cabello en una cola y me dirigí a la cocina. Comí una pera y al terminar cepillé mis dientes en el baño, agarré mi auricular que se encontraba en mi mesita de noche y fui a correr.

Todo el rato me la pasé escuchando mis músicas favoritas y esquivando personas, muchas personas. Luego de un largo rato volví a mi departamento y me di una merecida ducha. Cuando terminé sequé mi cuerpo, mi cabello y me mi ropa interior, arriba un short de jean, una blusa que tenía parte de la espalda abierta y unas sandalias en mis pies.

Hoy los chicos me habían invitado a su casa para bañarnos en la piscina ya que hace unas semanas comenzó a hacer bastante calor y hoy no era la excepción, por lo cual en un bolso guardé una toalla, mi bronceador, protector solar, lentes de sol, una muda de ropa por si acaso, una chancla (n.a.: me es tan raro decir chancla porque en Paraguay se dice zapatilla:v) y lo más importante, mi bikini. Cuando terminé salí de mi departamento, bajé por las escaleras y tiré mi bolso en mi auto, luego me subí y conduje hasta la casa. Al llegar estacioné, bajé y abrí la puerta, sí, como lo leyeron, abrí la puerta porque los chicos me dieron una llave ya que decían que siempre vengo a la casa y que no se quieren parar para abrir la puerta y bla, bla, bla.

–Llegó por la que lloraban– dije entrando a la casa como toda una diva pero nadie me hizo caso– traje chocolate y helado.

E instantáneamente ya les tenía a todos mirándome.

–¿Y dónde están?– preguntó ansioso Matt.

–Era mentira– respondí– ustedes no me hicieron caso por estar viendo la televisión entonces les dije que traje comida para que lo hicieran.

–Maravillosa jugada– dijo Aaron.

–Gracias– contesté e hice una reverencia.

Luego de eso tiré mi bolso quién sabe donde y me acosté encima de Cameron, Johnson y Gilinsky que estaban en el sillón más grande.

–¿Cómoda?– cuestionó Johnson.

–Demasiado– sonreí– ¿qué haremos hoy aparte de bañarnos en la piscina?

–Verte en bikini– dijo Taylor y yo le mostré mi dedo del medio– ¡¿qué?! Es cierto

Yo solo solté un bufido y rodé mis ojos.

–No haremos nada más, a menos que se te ocurra algo– aclaró Cameron.

–Nop– respondí– ¿y Shawn?

Ahora recién me di cuenta de que él no se encontraba en la sala. Ahora me siento mal por no darme cuenta antes.

–Ehm– dijo nervioso Matt mirando a los chicos pareciendo así que les está pidiendo ayuda.

–¿Me están escondiendo algo?– me paré y me puse enfrente de la televisión para verlos mejor a todos.

–Claro que no– se rascó la nuca Carter.

–Shawn se fue ha...– hizo una pausa Nash– ¡a comprar un nuevo traje de baño nuevo! ¡Sí, eso!

–Está bien– respondí no muy convencida. Se que me están ocultando algo– voy a ponerme el bikini, ya vuelvo.

Les avisé y entré al baño que tenían en el primer piso. Luego de unos siete minutos salí con el bikini puesto, encima tenía un short pero no una remera y en mis pies me puse las chanclas que había traído.

Un Golpe Inesperado (Shawn Mendes) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora