10 de Febrero de 2012

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Hoy los encontraré, sé que lo haré. He estado muchos días sin grabar nada, pero ahí va todo lo que ha pasado hasta hoy: 

Cuando desperté en mi cama al siguiente día del ataque, sentí rabia, mucha rabia. Y en un rincón muy escondido de mi corazón, sentí miedo. Quería acabar con esas cosas y pronto empecé a planear la manera de cazarlos. La verdad es que estoy sorprendida de lo organizada y fría que puedo llegar a ser, pero eso no viene al caso... La cosa es que estuve mucho tiempo pensando que debía hacer. Primero pensé que lo mejor sería ir al gimnasio y entrenarme un poco, ya que los hombres-lobo sólo se podían transformar durante la luna llena, pero luego recordé que los lobos son lobos todo el rato y pueden atacarme en cualquier momento, así que decidí quedarme un poco más en mi apartamento. Estuve muchos días levantando armarios y lo que encontraba para ponerme en forma y, tengo que reconocer que lo pasé muy mal, pero ahora ya estoy fuerte y puedo levantar el sofá con facilidad. Hace dos días, salí a la calle y no me atacó ningún lobo, hasta la noche. Vinieron a buscarme cinco lobos y yo estaba armada con un cuchillo dispuesta a matarlos, pero otra vez, me quedé plantada en el sitio cuando los vi más de cerca. Me resultaba difícil moverme y por los pelos conseguí esquivar un zarpazo, pero me parecía imposible hacerles daño alguno. Volví en mi y salí corriendo como una bala hasta mi piso. Allí me encerré. Estuve pensando y decidí que no tenía porque matar a ningún lobo puro si no estoaba en un enorme peligro. Puede que fuese una decisión absurda, pero no puedo cambiarla, es algo que hay dentro de mi, no puedo remediarlo. Ayer volví a salir para comprar comida, pero volví a mi casa inmediatamente. Hoy vuelve a haber luna llena, y la voy a aprovechar. Todavía es de día, pero el sol pronto se ocultará. Entonces saldré e intentaré pillar a alguno de los dos que quedan. Intentaré que sea Oscar, porque mi instinto me dice que él es el que lo mueve todo más... Pero esto es muy surrealista, no estoy segura de poder aguantarlo, aunque lo intentaré. 

Son las 12 P.M. y quiero decir unas palabras antes de salir a la calle. Me llevaré la grabadora, pero prefiero decirlas aquí: quien sea que se entere de esta historia, que no haga nada y que la olvide. Si por lo que fuese, no es capaz de olvidarse, que se convenza que de que éstos no son más que los pensamientos de una loca (eso es realmente muy creíble), pero que no se le ocurra cazar a ningun lobo. Queda prohibido. Vale, creo que ya he acabado; voy a salir. Estoy bajando las escaleras y no hay nadie en la calle. Todo está muy oscuro y empiezo a inquietarme, pero sé que puedo hacerlo. Ahora ya estoy en la calle y me voy a meter en una callejuela. Espero que piquen. Ahí están, puedo oír sus aullidos. No son los lobos auténticos, estoy segura (aunque no sé como); me parece que es Oscar, pero Naia está por aquí cerca, la... ¿huelo? No lo sé. Vale, ya llegan y tengo mi cuchillo debajo del cinturón, o en el bolsillo, o en la bota... ¿Dónde está? Dios mío, lo olvidé en la mesa del comedor. No, por favor, no por favor. ¡Dejadme en paz!

-¿Qué te pasa, Alyson?

-No, vete, por favor. No quiero haceros daño.

-Shhhht. No debes mentir, ya sé que planeas matarnos. Tengo oídos y creo que tanto tú como yo sabemos que acabas de decirle a la grabadora que no encuentras tu cuchillo ¿no es así?

-No, no, no...

-Por cierto, es muy ridículo que hables con una máquina. Pero claro, supongo que algo cambia cuando matas a un amigo.

-Me estaba defendiendo...

-¡Pobre John! ¿Qué te hizo él? ¡Sólo te miraba con apetito! No me pongas esa cara de cólera, no sé porque te enfadas ahora.

-¿Dónde está Naia?

-¿Naia? Digamos que le caes bien y prefiere que yo haga el trabajo.

-Os voy a matar, tienes razón. 

-O nosotros a ti.

-No creo que lo hagas tu sólo.

-Yo sólo no, con los lobos sí. Y ya vienen.

-¡Maldición! Me había olvidado de ellos.

-¿Oyes?

-Ahuuuuuuu

-Aquí están.

Caperucita, me debes un favorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora