Microrrelatos

Prostitución

Cómo todas las mañanas me desperté del colchón en el que dormía,más adolorida que antes, el chico que me tocó era un salvaje.Llegue a sangrar ligeramente por las embestidas tan fuertes de parte de el.
Estoy envejeciendo, mi energía ya no es la misma,mi cuerpo ya no es el de antes y eso se está reflejando en mi empleo,¡Ja! ¿Empleo? lo que yo hago no puede ser llamado empleo,no hago otra cosa más que prestar mi cuerpo para que hombres asquerosos,gordos y con fantasías eróticas frustadas me usen como si fuera un juguete,juguete sexual claro.
Mi vida sería distinta si tan solo hubiera tomado decisiones mejores.
Hace diez años se me hacía tan fácil irme con chicos,tener relaciones sexuales sin importarme nada,hasta que llegó "el" ya saben el amor de mi vida,mi príncipe azul,di todo por el,por eso acepté cuando me dijo que me saliera de mi casa y me fuera con el,que el me amaba y me iba a cuidar,se me hizo fácil y lo hice.
Maldita sea una niña pubertad sin idea de la vida o del amor,creyó en un hombre,un hombre que le prometió muchas cosas,pero que ninguna cumplió.Cada día es un maldito infierno en mi vida,por todas aquellas equivocaciones,como me encantaría regresar el tiempo atrás,cuando no valoraba nada,en especial a mis padres que al no tener una vida de lujos al menos no me faltaba dos cosas de suma importancia,que ahora mataría por obténer; amor y respeto.

Mi familia lleva todo este tiempo buscándome lo sé,por qué múltiples clientes me reconocen y dicen que he salido en la TV, e estado encerrada durante diez años en este lugar,dentro uno de los carteles más grandes y poderosos de drogas como también  de trata de blancas,del que me metí y nunca pude ni podré salir.
Tal vez envejecer es el regalo más grande que Dios me puede dar en estos momentos,tal vez así pueda salir de esto,tal vez muerta pero lograré terminar con este infierno.