Capítulo 28

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El sonido de la bala cruzó toda la habitación. Un leve suspiro se escuchó justo después de que el cilindro de metal destruyera la pulsera que la Capitana llevaba en el tobillo. Fernando levantó la mirada hasta dar con los ojos de Christina y ella simplemente levantó el dedo pulgar de la mano y sonrió dando a entender que lo había hecho excelente.

La Capitana hizo una seña llevándose un dedo a la boca para que guardaran silencio y luego con señas pidió que le dieran la libreta para escribir una nueva nota:

Bien hecho. Lo hicieron parecer muy real. El intercomunicador aun funciona, me lo voy a quitar y ustedes tendrán que crear un dialogo en el que den a entender que estoy muerta. Adelante.

-¡Demonios, Silvia! No creí que llegáramos a esto- . Comenzó a decir Fer CREANDO la farsa perfecta.

-Ni yo... Tenía fe en ella.

-Sabes que no se puede confiar en nadie, será mejor irnos cuanto antes.

-¿Qué haremos con el cuerpo?-. Indagó Silvia.

-Podemos dejarlo, que se pudra como debe-. Soltó con repudio Fernando.

-Yo no creo que eso sea muy inteligente- intervino Isaac llegando a cojas a La Sala de Curación- si dejamos el cuerpo es probable que su grupo lo encuentre y entonces sabrán que hay personas dentro del Muro.

-Pueden creer que se suicidó, ellos no tienen información suficiente que les diga que fue atacada.

-Sí, en eso te doy la razón- admitió el muchacho- pero si nos la llevamos, no la encontrarán y no tendrán que descubrir si se mató o fue atacada. Creerán que perdió su radio o yo que sé.

Fernando calló ante las palabras del joven. Listo, muy listo. Era cierto que las personas de fuera habían escuchado toda la pelea y les hicieron creer que la Capitana estaba muerta, pero si los obligaban a pensar que se llevarían el cuerpo entonces les dejaban menos margen para encontrarlos porque sin un cuerpo en el "refugio de Isaac" entonces habría menos posibilidades de que los soldados tomaran esa área para registrar.

-Sí, me gusta la idea-. Soltó por fin Fernando-. Tomen sus cosas y vámonos.

Aun faltaba para el amanecer y ninguno había descansado para nada. Christina ya había sacado el intercomunicador de su oreja y lo hicieron pedazos con dos disparos directos. Así ya no se podrían enterar de nada. Fernando, que parecía ser el mayor de todos, ordenó que durmieran algo o que al menos lo intentaran, Isaac sobre todo porque estuvo muy agitado durante ese día y eso le afectó. Según Silvia su ritmo cardiaco y su presión se alteraron lo suficiente como para salir de lo "normal".

No era necesario hacer guardia, no esa noche porque estaban seguros bajo el techo del refugio, sin embargo Christina se quedó despierta alegando que quería cuidar por si llegaba a suceder algo, Fernando se encogió de hombros ante la idea de la Capitana aunque no le impidió que lo hiciera.

En el lado sur, a donde se dirigía el resto de los sobrevivientes, era un poco diferente. Viviana había despertado a Karen, la última guardia la haría ella. Claro que era mucho menos peligroso puesto que el alba dejó atrás las oscuras sombras y el cielo nocturno ya comenzaba a aclarar.

Karen sonreía frente a la fogata que daba sus últimas señales de vida, la madera ya escaseaba y Karen no le vio sentido buscar más porque partirían en cuanto saliese el sol. Así que se limitó a observarla. Pensó en Isaac. De alguna forma lo extrañaba. Estaba en buenas manos, eso lo sabía con certeza, sin embargo también temía que no pudiese verlo otra vez.

Si tú vas, yo tambiénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora