— Hey, Anglaterre. —Al ser mencionado, alzó la mirada.
— ¿Qué?
— ¡Los humanos son increíbles! ¿No lo crees? —con una enorme sonrisa abrió las cortinas de la habitación, como si todo lo que viera fuera nuevo para él. El silencio fue la única respuesta del inglés, por lo que Francia continuó con basta alegría.
—Es decir, ellos nos dieron un nombre, identidad y una importancia. —únicamente le daba la espalda a Inglaterra. Hizo una pausa para luego decir con un poco menos de emoción. Ahora era nostalgia lo que se había expandido por el pecho de Francis.
— Sin embargo. Ellos nos pueden arrebatar todo eso sin el menor remordimiento.La habitación se llenó de un pequeño silencio. Y, entre ese silencio, los trastos de porcelana delataban el temblar de Arthur.
Francia sonrió.
— C'mon. Sabíamos que esto llegaría algú día. Frog. —su contrario rió con sutileza.
— Tienes razón. Lo supimos desde el momento en que aparecimos. ¿Non? —no lo entendía.
Realmente no lo entendía.
Inglaterra no comprendía cómo es que incluso en esos momentos Francia era capaz de otorgarle esa sonrisa, esa hermosa, pícara y segura sonrisa que tanto le hacía retumbar el pecho, enrojecer la cara y estremecer su cuerpo.Pero, es que, ¿cómo puede estar así?
Es cierto. Ambos se lo esperaban, la situación había estado crítica los últimos años, todos peleaban, los humanos exigían y exigían. El egoísmo entre países seguía creciendo.
Todos odiaban que pasara tal cosa.
Pero... ellos tenían alma y cuerpo humano, después de todo.Los humanos decidieron acabar con todo y con todos. Incluso con sus propios países.
¿Qué rayos tenían en la cabeza?
Era un todos contra todos. Los países se habían alejando de esto, los únicos peleando eran las personas.
Pero, esto afectaba a los representantes, altamente.Y bien, esto llevó a que hubiera una guerra más.
Una guerra definitiva.Ahora todos están desapareciendo. Abrazándose, sollozando con una triste sonrisa que no durará mucho antes de que rompan en llanto.
Todos están con sus seres más queridos. Es domingo. Hoy no se trabaja.
Aún hay niños haciendo su tarea apresurados, ellos piensan que mañana van a ir a la escuela.
Mañana no van a ir a la escuela.El francés finalmente le volteó a ver.
— Y bien. ¿Dónde está Amérique? Pensé que estarías con él. —Inglaterra salió de sus pensamientos, miró con pesadez al de rizos y sorbió un poco de su té.
— ¿Eres idiota, verdad? —Francia alzó las cejas en señal de sorpresa. Suspiró con una leve irritación, sin opacar su serenidad.— Anyways. ¿Y Matthew? Deberías estarle dando de esos besos viscosos que tanto me repugnan. —El ojiazul honhoneó intentando suavizar su risa con su mano.
— Le dije que recuperara todos los años que perdió con su hermano, en unas pocas horas. —confesó con una sonrisa, alzando los hombros. Se desplomó en el sofá, haciendo que el té del británico se meneara.
— Ita-chan está con sus amigos del eje. —Arthur intentó preguntarle otra cosa más, pero fue callado al instante.
— Y Espagne et Prusee están con ellos, igual. Bueno, creo que Gilbert se la va a pasar con Austria y Elizabeth.
No lo sé. En todo el mundo se están reuniendo con los que amas. —Aquel que lo escuchaba, repentinamente preguntó.— ¿Y por qué estás aquí? —Francis no entendió. Ladeó la cabeza.— ¿Por qué no estás con ellos?
El inglés se sentía solo. Todos tenían un hombro para llorar, todo tenían una gran unión. Y él, pues...
Él tenía un apodo.
Era "La oveja negra de Europa."Según él, no tenía a nadie.
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Incluso en mis últimos momentos. [OneShot] [FrUk]
Fanfiction◤Hey, Arthur. ¡Los humanos son increíbles! ¿No lo crees?◥ Desastre escrito lleno de redundancia. Favor de tener el clorox cerca, gracias. Cosa que hice en la madrugada, se lamentan faltas ortigráficas, dislexia e ilógica. La ilustración de la portad...