A veces, una visión puede ser tan real, que deja de ser una mera ilusión; ¿Qué pasaría si nada de lo que ves es completamente real, y todo lo que has creído imaginar tiene algo de verdad?
Porque no todo es lo que parece, y donde hay luz siempre hay...
No sabría decir si mis recuerdos desde ese preciso instante fueron totalmente reales, o una simple ilusión creada por mi mente; desperté encima de un suelo mullido y blanco inmaculado, semejante a una nube. La diferencia era que, por mucho que mirase o caminase de un lado a otro, aquel paisaje nunca cambiaba, aquel níveo manto se mantenía sin final visible.
Justo cuando caí rendida y sin esperanzas de encontrar una pista para averiguar dónde me encontraba, Tapuku, el misterioso animalito que siempre rondaba a la reina Beatrice, apareció frente a mi como si nada. Su pelaje era tan blanco que me había costado reconocerlo, solo su penetrante y rojiza mirada posada sobre mí delató su presencia... aunque quizás él ya estuviera allí desde un principio.
De repente, el escurridizo zorro echó a correr, justo como la primera vez que nos encontramos. Aquello no podía ser sino otra de sus señales que solían llevarme a algo importante, así que sin pensarlo un instante, me levanté dispuesta a seguirlo a donde me quisiera llevar. Para mi sorpresa y aunque llevábamos largo rato caminando, aquel paisaje seguía sin cambiar un ápice, y ya estaba empezando a aburrirme.
- ¡Tapuku, espera! No lo entiendo, ¿dónde quieres llevarme exactamente? Aquí no hay nada... - dije aminorando la marcha, mis fuerzas estaban empezando a flaquear y me sentía cada vez más adormilada.
Tapuku se detuvo tan solo unos metros delante de mí, y saltó a los brazos de una chica que no entiendo cuándo ni cómo, apareció allí, envuelta en un halo negro que iba extendiéndose poco a poco por el lugar; Era de una belleza deslumbrante, con una larga cabellera castaña que llegaba hasta su cadera y de piel pálida, aunque de mirada triste, como si hubiera perdido su propia alma.
- ¿Quien...quién eres tú? ¿Cómo has...llegado a aquí? - sentía como si todo mi cuerpo fuera apagándose poco a poco, dificultándome incluso el articular las palabras.
- Dime, ¿tienes a alguien en quien confiar? - preguntó con una voz apagada, aunque firme en sus palabras.
- ¿Quién eres? - insistí en mi pregunta - ¿de qué conoces a Tapuku? ¿Eres amiga de la reina Beatrice acaso?
Aunque solo fuese por un segundo, pude ver como en su rostro se dibujó una pequeña mueca de disgusto e irritación al oír la última pregunta. Tras ello retornó a un inexpresivo primer semblante, y como una ráfaga de viento, sin apenas notarlo, se posicionó frente a mí:
- No te preocupes por eso, lo sabrás llegado el momento - contestó la misteriosa muchacha con una voz tenue, mientras sellaba mis labios con su dedo índice - No tengas prisa por conocer este lado, llegado el momento volverás a el... para siempre
Parecía que ella recuperaba la energía cuanto mayor era mi fatiga, todo aquel paisaje, antes blanquecino como un copo de nieve, iba corrompiéndose lentamente cual manzana podrida.
Esto eres tú, resígnate a ello
''¿Quien ha dicho eso?'' dije entre mí; Me estaba costando respirar, a duras penas lograba distinguir algo entre aquel oscuro escenario que se había formado alrededor nuestro. Solo había una explicación; Tapuku se encontraba unos metros delante mía, y seguía mirando fijamente, como si estuviera analizando toda aquella situación desde aquella posición, inerte e impasible. Ciertamente, que un animal hablara no sería algo tan raro en Itya, de hecho sería lo más normal. Lo cual hizo que me plantearse la razón de la existencia de una criatura tan mundana en un mundo tan mágico.
'' ¡Ayúdame! sácame de aquí...''
La extraña flojera que se había apoderado de mí desde hacía rato, impidiéndome cualquier movimiento, llegaba a su culmen; Tapuku le entregó algo a aquella chica, y esta rodeó mi cuello con él. Se trataba del collar que Denia me dio... el cual rompí para poder liberarme...
''¿Quien eres?'' no dejaba de hacer esa pregunta una y otra vez en mi cabeza, mientras los ojos me pesaban cada vez más, y su rostro se iba desfigurando poco a poco en la penumbra.
- Pero... cómo has...
Aquella tétrica, a la vez que burlona sonrisa que esbozó en su rostro, fue lo ultimo que recordé antes de que mi vista se nublase por completo.
[...]
- ¡¿Qué vamos a hacer ahora?!
- ¿Y me lo preguntas a mí? para empezar, ¿¡para qué metes a esa humana en todo esto?!
''Esa voz... me suena de algo...''
- ¡No lo entiendes!, a esta tía le pasaba algo raro, no es normal que pudiera usar el círculo de invocación así por la buenas y...
- Ya da igual, por esa inmadura imprudencia tuya, ahora no solo se ha llevado el secreto a la tumba, sino que también tenemos que lidiar con su familia terrestre, esos humanos armarán una buena cuando descubran que se ha ido al otro barrio.
''¿Círculo... de invocación? ¿de qué hablan?''
Abrí los ojos poco a poco, y me encontré con dos caras conocidas; eran Denia y su hermano mayor Astion, estaban discutiendo... ¿sobre mí? No tardaron en darse cuenta que estaba despierta, pero sus reacciones al verlo fueron exageradamente atónitas.
- ¿Me he perdido algo? - dije sin inmutarme mucho
En un impulso impropio de ella, Denia se abalanzó sobre mí y me rodeó con sus brazos tan fuertemente que no me dejaba ni respirar.
- ¿Eh? ¿Denia, eres tú de verdad?
- No te acostumbres - soltó apartándose un poco - te habías perdido tú, Elina. Y Estabas tan lejos que nadie podía alcanzarte.
***
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¡Buenas tardes a mis queridos lectores!
¿Qué os ha parecido el capítulo de hoy? ¿Quien creéis que es esa chica tan enigmática? La verdad es que me gusta el ritmo que está tomando la historia, y espero que vosotros la disfrutéis tanto como yo al escribirla ^^
Y Tapuku... ¡qué mono es! >.<
Si tenéis teorías o dudas (que puedan ser resueltas jeje) podéis ponerlas en los comentarios, y os prometo que os contestaré en cuanto pueda :)
Una pregunta, ¿cual es el personaje que más os llama la atención hasta ahora?
Sin nada más que decir, me despido que tengo que ir a clases, ¡arrivederci!
