PARTE 4 "Decisiones difíciles"

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- ¡MAMÁ! -

Tu grito se escuchó no solo dentro de la habitación, sino que hizo un estruendoso eco en las paredes de la ya muy deteriorada casa, los llantos de tu hermano se escuchaban fuerte y claro, desesperado por no saber qué hacer, a un costado de la cama de tu madre, por lo que no dudaste dos veces y tomaste a tu madre de los hombros sin cuidado alguno, estabas asustada, no te imaginabas cuanto tiempo se encontraba asi desde que se había ido.

- ¡Sabia que era mala idea dejarlos solos! lo siento! ¡madre por favor aun no te vallas! ¡por favor! ¡te necesitamos! - decías agitando aun el cuerpo inmóvil de tu madre, los espasmos habían acabado solo quedaba un silencio lleno de lagrimas y lamentos de partetuyo y de tu hermano menor.

Te quedaste mirando al cuerpo inmóvil, no respondía ante tus movimientos, eso poco a poco rompía tu corazón, empezaste a ver una densa neblina la cual te impedía a ver, esos hermosos ojos que poseías se fueron apocando con la tristeza y miedo. Tu hermano no podía contenerse, lloraba a todo pulmón aun lado de su hermana que ya se encontraba acariciando el rostro de su madre, las lagrimas caían en sima de el cuerpo de la mujer inmóvil, mostraste una expresión sin emoción alguna mas que un rostro completamente en shock, los sonidos de la noche hacian eco en tu cabeza. Hasta que escuchaste la hueca voz de tu hermano menor, esto te hizo negar con la cabeza para poner atención a lo que tu hermano decía, pero no lograbas entender palabra alguna, entonces fue ahí donde una calida mano tomo tu mejilla. Tus ojos se dilataron al ver que tu madre te sonreía tan fuerte como siempre, no lo podías creer, parecía un sueño.

- ¡Hermana! esta con vida, ¡mamá esta con vida! - una ola de alegría broto del pequeño el cual se abalanzo a su madre para abrazarla, a pesar que le tenias cargando.

El pequeño no fue el único en abalanzare a su madre, también lo hiciste cual niña pequeña, en ese corto pero alegre momento pensaste que era necesario conseguir el dinero a la de ya, sino... la próxima vez que pasara eso, tu madre no se salvaría para contarlo, eso te perturbo un poco en tus pensamientos, después un nuevo recuerdo broto en tu memoria, aquel príncipe decía que la vida en el palacio era bien monetizada, tu servicio significara mucho para tu familia, vender fruta y verdura (sobretodo en épocas de poca cosecha) no bastaba para sustentar lo que a tu familia necesitaba.

El dia siguiente no trabajaste para nada, la fruta y verdura escaseaba casi el doble que la ultima vez, no solo para ti sino también para otros mercaderes, el pueblo se estaba quedando sin alimento, lo que nos faltaba... sin fruta o verdura ¿que comerían los de clase baja como ustedes? los ricos no tenían problemas pues podían importar la comida de otros países. Esto era un problema, algo raro pasaba y poco a poco se estaban dando cuenta, ahora la mercancía costaba mucho mas, no podrías seguir tu trabajo pues tu amigo llegaba sin nada. Por ahora tenias la comida que consiguiste de la celebración de el día anterior, la suficiente como para alimentar a tu hermano y madre durante una semana aproximadamente. Esto no podía seguir así y lo sabias mejor que nadie.

En la tarde de ese mismo día la joven salio de su morada con miedo que al regresar se encontrara con la horrible escena, con esperanza que el príncipe aceptara su servicio a cambio de un buen doctor y tratamiento para su madre y de paso un sueldo noble que le ajuste para alimentar a su pequeña familia. Esperaba que no fueran a negarse a su oferta... aunque por claras razones habían para negarla, por lo menos ella exigiría su paga, era lo que mas le importaba ya luego se preocuparía por el doctor y tratamiento.

Pasaron los minutos de caminata y al fin te encontraste delante de la imponente puerta de oro que protegía los territorios del palacio. Diste un suspiro y sin dar marcha atrás convenciste a los guardias de dejarla pasar, no sin antes un guardia te escoltara y el otro informara a el príncipe que alguien deseaba verlo. No tardo media hora después de aparecer, se encontraba mas tranquilo que la ultima vez, tal vez la presencia de ese raro hombre (Judal) lo incomodaba. Estaban situados en el segundo jardin que era mucho mas hermoso que el primero, arboles llenos de frutos, al igual que los arbustos, ademas de que las flores hacían una buena combinación con aquellos vivos colores, un lugar perfecto para hablar.

Tan dulce como melocotón (judal x lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora