Un Desamor Complicado

Conociéndola por segunda vez

Ella me hablaba, como si fueramos dos personas más en este mundo irrelevante. Me fijé en aquellos ojos, esos ojos marrones únicos, que sin darme cuenta hacían que me adentrara en su alma, entonces recordé aquella segunda vez que la vi en mi vida, la primera vez fuimos simples niños que solo querían divertirse un rato en el salón de Danza, pero esta segunda vez fue la que importó, la que cambiaría mi vida hasta ahora.

Todo empezó hace 2 años, terminaron las vacaciones, y el bus del colegio venía a recogerme a mi casa como todos los años. Al subir noté que había una chica que no había estado anteriormente en el bus, pero no logré verla bien porque no quería que sintiera que la estaba observando.

Terminó mi día de clase, mi primer día de clase, e iba a esperar a mi movilidad al paradero como todos los años. Estaba tranquilo, cuando aparece Rafaella.
-¿Aquí esperamos a la movilidad?
-Hola Rafaella, ¿por qué preguntas?
-¿Acaso no me viste? Estuve en la mañana a dos asientos de ti.
Entonces entendí que ella era la nueva chica del bus. Esperamos a que llegara el bus y fuimos cada uno a nuestras casas. Rafaella era una chica con quien había hablado una que otra vez hace un par de años en el colegio, pero no éramos amigos como tal. A la mañana siguiente, ahí estaba nuevamente, esta vez la saludé. No solía hablar mucho, mucho menos en el bus, pero quería conocer mejor a Rafaella, y quien sabe, quizás entablar una linda amistad.

Día tras día fuimos hablando cada vez más, como nuestras casas eran las que quedaban más lejos del colegio, nos quedábamos solos y conversábamos de lo que sea, nos reíamos como dos simples chicos que querían tener un momento agradable.

Llegó su cumpleaños, le deseé feliz cumpleaños a través de Facebook porque no la vi aquel día. Días después, me dijo para salir entre amigos, celebrando su cumpleaños, y pues, yo no había salido antes solo sin padres, igualmente fue una decisión que debía tomar en algún momento de mi vida, eso quiere decir que acepté. Quién diría que lo que pasaría después me convertiría en otra persona...