–¡Vamos JiHoonie! – Grito un niño de 7 años.
–¡Esperame Cheol! – Contestó el pequeño castaño de 6 años.
–¡Nos van a quitar las hamacas!
Ese era el lugar favorito de el pelinegro, y desde que tenia uso de razón no tuvo ningún acompañante, hasta ese entonces.
JiHoon llevaba un mes o más, en Seúl y apenas SeungCheol lo vio se hicieron mejores amigos. Tenían muchas cosas en común, a ambos le gustaban el helado de chocolate.
–Cheollie no corras, vamos a llegar de todas formas, ¡no hay nadie! – Grito JiHoon con su último aliento, frenando para tomar aire.
–¡Llegue! ¡Apurate JiHoonie! – A lo lejos vio un niño de su edad acercarse. – ¡JiHoon Apurate que viene MinGyu.
JiHoon empezó a correr a toda velocidad. MinGyu era un niño caprichoso, que tenia todo lo que quiera. Los molestaba en la escuela y no los dejaba jugar.
Cuando llegó se sentó enseguida, MinGyu estaba mirándolo con rabia.
–¡Hey! ¡Esa es mi hamaca! – Grito MinGyu enojado.
–Pero él llego primero. – Dijo SeungCheol, echando la lengua.
–¡Pero es mía!
–¿Donde tiene tu nombre? – Dijo SeungCheol en tono burlón.
Y, esa fue la gota que derramo el vaso, MinGyu empujó de la hamaca a SeungCheol, haciendo que cayera. JiHoon pego un grito que hizo asustar a MinGyu.
–¿¡Que te pasa!? – Grito JiHoon exasperado, tratando de ayudar a SeungCheol.
–Yo... Lo... Lo siento – Se disculpo MinGyu sonrojado.
–¿¡Y ahora lo dices!? – Grito JiHoon apunto del llanto.
–JiHoonie estoy bien – Dijo SeungCheol, abrazando a JiHoon.
JiHoon escondió su cabeza en su pecho de SeungCheol. SeungCheol levantó la vista, y sonrió triunfante al ver como MinGyu lo miraba con rabia en sus ojos, cerró los puños y se fue.