Underwater <H.S J.B y TN>

Especial Capitulo Perdido (Pueden leerlo o no, opcional) "Night With Justin"

Él comenzó a sacar mi remera.

Yo también le saqué la suya, dejando ver la marcada anatomía de Justin. Lo observé por

unos minutos.

Luego el siguió besándome, todo el cuerpo, desde mi cuello hasta mi vientre, una y otra vez.

Comenzó a jugar con el broche de mi sostén y cuando lo estuvo por sacar, yo en un solo movimiento lo deje bajo de mí.

 Sonreí y comencé a besarlo yo.

Él me sacó los shorts que yo llevaba, dejándome en ropa interior.

Yo me acerqué a su rostro y cuando me iba a besar, me alejé y comencé a sacar sus jeans.

Los dos quedamos en ropa interior, besándonos.

De un momento a otro, salí corriendo hacia mi habitación, dejándolo allí a Justin.

Él reacciono y me siguió, alcanzándome antes de que yo pudiera salir de la habitación, me tiro sobre mi cama dejándome a mí abajo otra vez.

-Qué traviesa- Susurró. Los dos reímos.

 Me sacó el sostén rápidamente y me miró. Me sonroje, me dio pena.

Luego de unos minutos, yo estaba desnuda.

-Ash, esto no es justo- Le susurré al oído.

El rió y yo comencé a jugar con el elástico de su bóxer, lentamente.

El comenzó a desesperarse, podía notarlo en sus ojos y en cómo su respiración se entrecortaba.

-_______-       Me susurró, impaciente. Yo rápidamente me deshice de su bóxer.

El volvió a besarme, lentamente, haciéndome sufrir.

Sus manos recorrían mi anatomía mientras las mías recorrían su musculosa espalda. 

Lo miré. El me sonrió.

Se acomodo entre mis piernas y me volvió a mirar. Yo le sonreí.

De pronto sentí como Justin entraba en mí.

Lo abracé, uniendo su cuerpo más al mío para que no parara.

Ya había hecho esto, pero no con alguien a quien en verdad amara.

Esto era distinto, era como si la electricidad que sentíamos cuando nos besábamos se magnificara, como un rayo o una fuerte tormenta eléctrica.

 El placer que sentíamos era indescriptible.

De pronto, llegamos al máximo éxtasis y el cuerpo de Justin salió del mío.

-Te amo- Me susurró en mi oído, para luego caer a mi lado.

Me aferré a él y lo abracé, prometiéndome a mi misma nunca dejarlo ir.

Los dos caímos en un profundo sueño.