Preparatoria Westeros (+16)

26 - Catelyn: Hermana

Habían pasado horas desde que los chicos se habían ido a la escuela. Catelyn había empezado a ordenar un poco el estudio donde Ned pasaría las tardes realizando papeleo para mejorar la escuela. Limpiar era lo único que podía mantenerla un poco más tranquila en esos momentos.

Todavía tenía en su bolso la pistola de su esposo. Recordaba los ojos grises del skinhead, similares a otros que había visto en la televisión algunos años atrás, era como ver una versión más joven de Charles Manson, hasta la sonrisa era similar.

El teléfono sonó. Aún con algo de temor latente hizo lo posible para que el auricular no se cayera de sus manos:

-¿Bueno?

-¿Cat?

Ella conocía perfectamente esa voz.

-¡¿Lysa?!- jaló una silla y se acomodó el teléfono- ¿Cómo estás?

A pesar de haberse peleado años atrás, Catelyn aún se preocupaba por su hermana.

-T-tienen que salir de Westeros.- chilló Lysa.

-Pero acabamos de mudarnos...

-No no, es una trampa.- la voz de su hermana apenas se hacía entender entre sollozos.- Cersei y su familia... Todos ustedes tienen que irse.

-Lysa por favor, tenemos que vernos...- pero antes de poder seguir hablando con ella la llamada se cortó.

Catelyn colgó. Sin más, tomó su bolso, cerró todas las puertas con llave y detuvo a un taxi. Una vez más iba en camino hacia la oficina de Ned, si lo que había dicho su hermana era cierto, lo mejor era que su esposo supiera. Tal vez todavía tenían tiempo para volver a su verdadero hogar, incluso para que Ned tomase su antiguo trabajo.

-Calma Cat, calma...-pensaba mientras apretaba aún más las asas del bolso. Tan pronto llegó a la escuela y le pagó al chofer por el viaje, se adentró en las instalaciones de la escuela.

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-Te he traído té del que te gusta.- dijo Petyr mientras le acercaba la humeante taza.- Lamento que Ned esté ocupado, tuvimos algunos problemas con Arya hoy.

-Necesito ver a mi esposo, sabes bien que no vendría a armar un escándalo sin razón.- respondió Cat sin siquiera prestarle atención a su bebida.

-Cat necesito saber qué es lo que te ha alterado de así, sabes que puedes confiar en mí, somos amigos desde niños.

Por unos instantes Catelyn dudó si debía de sincerarse con Baelish, Lysa le había dicho que todo era una trampa. Recordó entonces que había sido gracias a Lysa y Jon Arryn que Petyr estuviese trabajando en el instituto, en cierto modo debían de confiar plenamente en él como para haberle confiado el puesto de orientador.

-Lysa me llamó y me dijo que debía irme de Westeros porque no es un lugar seguro...

-Cat, Lysa no sabe lo que dice. - Petyr tomó sus manos- Estoy convencido que el haber quedado viuda le causó un terrible impacto, en ocasiones tuve que llevarla en la madrugada al hospital por lesiones que ella se había provocado. Fue por eso, y por el afecto que les tengo, que me encargué de que ella y su hijo volviesen a Kansas.

-Entiendo pero de todas formas necesito hablar con Ned. Urgentemente.

Petyr se limitó a asentir, se alejó de ella y comenzó a llamar por el teléfono a la asistente de Ned.

-Gladys ¿podrías avisarle al director Stark que es preciso que venga a mi despacho?...Ajá, yo sé pero aquí está su esposa... Perfecto, gracias eres un tesoro Gladys, hasta luego.

No tomó más de diez minutos para que apareciera Ned en la oficina de Baelish.

-¿Cat qué pasó?

Su esposa volteó a ver a Petyr.

-Agradezco mucho tu apoyo pero esta conversación necesito que sea solo entre Ned y yo.

La sonrisa de Baelish se borró, una vez más solo asintió, esta vez con pesadez.

-Entiendo, los dejaré solos.- rápidamente su amigo salió y desapareció por el pasillo.

-Ned, Lysa habló por teléfono conmigo ¿sabías que Jon Arryn había muerto?

-Me enteré hace poco, murió ahogado...

-No.- Le interrumpió Catelyn- Lysa jura que lo asesinó Cersei y su familia.

El rostro de su marido pasó de estar relativamente calmado a un pésimo intento por disimular el shock.

-Tenemos que huir...

-No,- musitó él- si nos vamos sería demasiado evidente que algo escondemos. Además Robert me necesita más que nunca, sobre todo si está rodeado de la familia de su esposa.

-Ned estás poniendo a todos tus hijos en riesgo, al menos permite que regresen a Philadelphia.

-Se que es difícil de entender pero primero necesitaré pruebas de que la acusación de Lysa es real y en ese preciso instante enviaremos a los chicos de vuelta a Winterfell.- concluyó su esposo.

Con resignación, Catelyn selló su destino.