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- ¿Sos estupido? - gritó Carla al escuchar que Bruno se había casado en Nueva York con Micaela. - ¿Cómo te dejaste engañar así? ¿Tan facil les va a salir las cosas a ustedes? - dijo esto último mirando a Ramiro quien se veía notablemente molesto y sorprendido. 

- No sé de que estas hablando - fue lo primero que dijo el castaño después de mucho. Estaba derrotado. Micaela se había casado con Bruno. ¿Será parte de un plan de ella? Nunca le contó nada pero sabía que era extraño, todo paso rápido. 

- No te hagas el idiota. Todo lo planearon los dos. Vos tenías que casarte con Fernanda y ella con Bruno, ¿no? - pinchó Carla. - Para tener libre acceso a todo, son unos desgraciados. 

- Siempre estuviste en lo cierto Carla - reconoció con vehemencia Rama - En todo tuviste razón, decime... ¿te parece que planee que el amor de mi vida se casara con otro hombre? Me da asco y me enfurece el saber que este la besó, la tocó. 

Finalmente se le terminó cayendo la careta a Ramiro dejando expuesto su amor por Micaela. Lo que termino por romper el corazón de Fernanda. Ahora sabía que sus pesadillas se hicieron realidad, Ramiro nunca la quiso, él solo amaba a Micaela, aquella rubia despampanante que no tenía competencia. 

- ¿Podemos anular el matrimonio? ¿Un divorcio tal vez? - pensó Bruno no muy seguro, a pesar de todo lo que vio contra Micaela, él todavía seguía enamorado de ella y aunque la decisión de casarse a dos días de confesarle su amor había sido una locura, no podía evitar amarla como lo hacía. 

- Si el matrimonio es legal solo queda el divorcio, en el cual le corresponde el 50% de todo lo que posee señor Micheli a su nueva esposa. - informó el escribano. 

- Tengo que hablar con Micaela. - dijo finalmente Bruno levantándose y retirándose con rapidez.

Fernanda y Ramiro se miraron. 

- ¿Nunca me amaste ni un poco? - le preguntó ella con la voz quebrada y los ojos llenos de lágrimas. 

- No - respondió con firmeza él. Ya había quedado como una basura, no iba a seguir fingiendo ser bueno y amable cuando no sentía nada y no le importaban los sentimientos de quien fuese su novia por años.  

- Andate Ramiro - ordenó Carla abrazando a su amiga. - Ya destruiste todo. Busca a Micaela y vayanse juntos bien al infierno. 

- Con gusto - se burló él con una sonrisa cínica. 

Porque te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora