—Toma mi mano, prometo nunca dejarte.
—¿Por qué quieres mentirme? Ya no te tengo aquí ¿Como puedes ser capaz de irte de esta manera?
—No mi amor, solo será un corto momento, iré por ti.
••••
Una vez más amanecía nublado, miré hacia mi lado queriendo que el sueño que recientemente había tenido fuese real y como en el mismo mi novio estaba recostado a mi lado, sonriéndome y prometiéndome, tuve la esperanza de que fuera así, que nunca se hubiera ido, que estaría despertando a mi lado. El blanco techo me hacía compañía, en aquel solitario cuarto solo estaba la cama y uno que otro cuadro con fotografías de él y yo. No deseaba levantarme, quería dormir más, soñar nuevamente con él y quedarme allí, a su lado, pero una voz adormilada invadía mi habitación silenciosa.
—WonSik, debes levantarte ya. — Por momentos se me había olvidado que HakYeon estaba durmiendo en el cuarto pequeño de invitados desde que sucedió todo.
—Solo un momento, ya iré. — Vete, pensé. No lo quería en ese momento a mi lado, necesitaba estar solo, solo yo y mis pensamientos con el. Pero HakYeon temía a que fuera a hacer una locura si me dejaba solo, aún que él no me entendiera, en el fondo, muy en el fondo, se lo agradecía.
El reloj marcaba exactamente las 9:25 Am, HakYeon sonreía con su taza de café y sus tostadas mientras miraba la televisión, en cambio yo veía lo oscuro de mi café, mis tostadas vacías y comenzaba a odiar el ruido de la televisión. De un sorbo largo termine mi café levantándome de la mesa, sin si quiera probar las tostadas para ir a ducharme, no era la primera vez que no comía nada por la mañana, pero en realidad, lo único que deseaba escuchar era la regadera.
—WonSik, hoy iremos al parque, hace días no llevamos a Bu a pasear, será bueno para ambos.— ¿Por qué sonreía así? A veces odiaba aquella perfecta sonrisa de su amigo, demostraba como si nada hubiera pasado.
—No se, no tengo ánimos de salir. Llévalo tú al parque.— Pude verlo en mis pensamientos, agachado, acariciando el rubio pelaje del cachorro quien lamía su frente y a veces su mejilla. Pude verlo y mi sonrisa dolorosamente se asomaba.
—Necesito que me acompañes, es demasiado fuerte para llevarlo yo solo. —Insistió mientras me miraba desde el umbral de mi cuarto, colocándome aquellos ojos de súplica que me convencían en todo.
—Que sea un corto paseo.— Será bueno tomar un poco de aire, aquel parque que iríamos traía a mi mente su rostro.
Arreglado al gusto de mi amigo salimos de la casa en dirección al parque, Bu jalaba mi mano ansioso y juguetón, habían pasado tres meses desde que no lo sacaba de casa, desde la última vez que había ido a visitar a Hyuk, casi obligado por HakYeon.
—Ah~ que hermoso día, no hay sol pero el aire está tan cálido, me gustan los días así. — Ultimamente Yeon había estado bastante alegre, a pesar de que mucho no hablamos en casa, lo había visto suspirar varias veces e incluso cantar y bailar.
—Me gusta que no salga el sol, es más cómodo así.—No tenia ánimos para esto, quería devolverme a casa, estar tranquilo, en silencio, teniéndolo a él en mente.
Nuestros pies estaban cruzando el sendero del parque para mascotas, acercándonos al lago para tener una buena vista y en donde podríamos soltar a aquel precioso golden inquieto que jalaba de mi brazo, sabiendo que no se perdería.
Las nubes tomaban formas extrañas, no podía dejar de mirar esas nubes negras, sabía bien que esta noche llovería, incluso el aire estaba más húmedo de lo normal. HakYeon se había dormido en el césped así que me levante tomando la iniciativa en ir a buscar a Bu.
Casi nunca me invadía la desesperación, pero en ese momento no lo encontraba, era el único recuerdo vivo que tenía de el, no lo podía perder, no ahora que más lo necesitaba. Por algunos momentos tuvo que gritar el nombre del can hasta que pudo verle jugando con un pálido chico que llevaba un libro en su mano.
—Bu...—Dije confiado esperando a que se fijara que había ido por el, pero lo único que obtuve fueron aquellos finos ojos oscuros penetrando los míos.
—¿Es tuyo? Es un buen chico.—Una sonrisa a labios cerrados me regalo haciendo que sus ojos solo se hicieran una línea. Eso me causó gracia así que le devolví la sonrisa.
—Si, es mío. Se llama Bu ¿no te causó problemas?—Pregunté viendo como mi perro se llevaba tan bien con aquel completo extraño, además de que no se quería mover de allí.
—No, para nada. Un libro se puede reemplazar, así que descuida.— Apenado lo vi esconder su libro el cual solo estaba muy babeado.
—Lo siento tanto, podría reemplazarlo.—El pálido chico negó con su cabeza, abrió su boca como si algo quisiera salir de ella pero fue interrumpido por el enojado HakYeon que llegaba gritando mi nombre.
—¡WonSik! ¿Cómo te atreves? No debiste abandonarme...—Callado se quedó en cuanto vio al chico con el que estaba ¿lo conocía acaso? Jamás lo había visto junto a HakYeon y eso que llevamos de amistad más de diez años.—Taek...
—Hak.. —¿que era este incómodo momento?
El pelinegron hizo una reverencia tomando su libro y saliendo de aquel lugar a paso ligero, casi corriendo. En cambio yo solo los observé, aquel rostro ahora pálido de mi moreno amigo comenzaba poco a poco a tomar color dándose la vuelta y caminando fuera del parque, yo siguiéndolo con Bu.
Durante el regreso a casa no hubo palabra alguna, podía verlo caminar cabizbajo, con un aura de tristeza, suspirando de vez en cuando. Realmente estaba confundido, no entendía nada y no me gustaba verlo así.
Al llegar a la casa deje a Bu en el jardín, libre para que descansara a gusto y luego ingrese a la casa junto a HakYeon quien de inmediato me comenzó a realizar una lluvia de preguntas.—¿Por qué estabas con el? ¿De donde lo conoces? ¿No pudiste ser un poco más consciente y haberme despertado? ¿Por qué eres así?—No entendía nada, pero ese tipo de preguntas me estaban incomodando demasiado.
—No lo conozco, fui a buscar a Bu para ya venirnos a casa y me lo hallé jugando con el, es todo. —Respondí viendo aquel rostro enrojecido y con el ceño fruncido, queriendo matarme, no entendía que sucedía o qué pasaba por la mente de HakYeon.
— No me mientas, idiota. El no le habla a cualquier desconocido.— ¿Que tan bien conocía al chico? Me estaba hartando, comenzaba a molestarme, solo debía tratar de mantenerme tranquilo.
—¿Que te pasa? Sabes que desde lo de Hyuk yo no he vuelto a hablar con nadie ni si quiera salgo.—Comenté en un todo de voz casi alto, pero el realmente estaba enojado, no entendía nada ¿quien era el?
—¿Hyuk? ¿Cuando lo vas a superar y aceptar? Te la pasas todo el día aquí, encerrado ¿No crees que estoy aburrido de estar subiendo tu ánimo? Ya pasó un año, WonSik, es tiempo ya de olvidarlo. Tampoco vas al cementerio a verlo, eres egoísta. —Me dolió, HakYeon me estaba hablando con dolor y furia, tanto así que estaba hablando de Hyuk hoy, en el aniversario de su muerte.
—Pudrete HakYeon. — Tome mis llaves y sin decirle más, salí de la casa, escapando de el, escapando de todo. En mi garganta habia un nudo y mi corazón estaba doliendo de la misma manera, velocidad y dolor que el día de su funeral.
La lluvia estaba cubriendo mi cuerpo, estaba todo mojado, mis pensamientos viajaban a todos lados, recordaba todo lo de hace un año. Agradecí que la lluvia cubriera mis lagrimas obvias, estaba enojado, demasiado como para volver hoy a casa, mi teléfono vibraba a cada rato, sabía que era HakYeon. No lo quería ver, no lo quería escuchar ni saber de él. Tomé asiento en una banca, apoye mis cosos en mis rodillas y fregué con fuerza mi rostro, soltando un pequeño grito de frustración.
Las calles estaban vacías, no era muy tarde pero si lo suficiente como para la gente que debía trabajar, cerré mis ojos echando mi cuerpo hacia atrás, no quería volver a casa, no deseaba ver a HakYeon, todo me dolía, mis ojos estaban cansados.
—¿Por qué estás empapado, WonSik?
—Quiero tenerte conmigo de nuevo, Hyuk.
— No estes triste, ya no me extrañes. Pronto estaremos juntos, es una promesa...
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My Memory
Fanfiction... Muchas veces la mente nos hace una mala jugada. Ya sea por amor o por odio. Las ataduras quedan...