The taste of it

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Antes de nada, me gustaría aclarar que este fanfic no me pertenece. La obra es del autor Mestizo; a mí sólo me pertenece la traducción al español, con su consentimiento, y hecha con la mejor de las intenciones para que seamos más los que podamos disfrutar de esta maravillosa pareja de la que, por desgracia, no hay muchos fanfics.

Os dejo su historia original en italiano ( https://efpfanfic.net/viewstory.php?sid=3653915&i=1 ) y su traducción en inglés ( https://archiveofourown.org/works/11790483 ) por si queréis dejarle algún comentario al autor.

Sin más dilación, os dejo con su pequeño relato. ¡Buena lectura!

*****

Era de madrugada, el sol sobre el horizonte era apenas visible. En un dormitorio, un teléfono móvil estaba sonando.

–¿S-sí? –dijo una voz ronca.

–Ven a mi casa, ahora –respondió la voz al otro lado de la línea.

–¿Cómo? ¿Pero qué...? ¿He Tian? ¿Por qué cojones me estás llamando? ¿Qué hora es?

–Muévete –ordenó, otra vez, antes de cortar la llamada.

Guan Shan tuvo que frotarse los ojos, pegajosos por el sueño, para poder distinguir los números de la pantalla iluminada. Era temprano, apenas las seis y media; podría volver a dormir, ignorarlo todo... y aceptar las consecuencias embarazosas que eso comportaría. La última vez, He Tian se había llevado sus pantalones, incluso los de gimnasia que estaban en el vestuario; había sido terrible. Escondido en el baño y sin la posibilidad de salir sin parecer un pervertido, tuvo que permanecer allí hasta altas horas de la noche cuando fue atrapado por el vigilante que se lo tomó todo como una broma pesada. Movido por la compasión, le había prestado unos pantalones arrugados.

«Maldito He Tian», pensó Guan Shan saliendo de la cama. Cada día la misma historia, ¿qué había hecho esta vez? ¿Por qué siempre le tocaba a él reparar los desperfectos causados por su incompetencia?

He Tian era un experto en muchos aspectos de su vida: los estudios, las relaciones con aquéllos que estaban a su alrededor, el deporte en general... y muchas otras cosas; pero cuando se trataba de mundanos hábitos mortales era un auténtico desastre.

Resopló, pasándose las manos por los ojos y dejándose caer sobre el colchón. Era mejor solucionar el problema lo antes posible.

Cuando He Tian le dio la bienvenida a su casa, Guan Shan tenía todas las intenciones de recibir por lo menos una explicación.

–¡Eres un bastardo por llamarme a estas horas y pretender que venga aquí como un jodido perro!

–Buenos días para ti también.

–¿Qué quieres?

–Tengo entrenamiento de baloncesto de buena mañana –respondió tranquilamente He Tian, dirigiéndose a la cocina–. Necesito un buen desayuno.

«¡Ves a comprártelo!», quería gritar el pelirrojo, pero algo le paró. Olió el aire y tuvo que contenerse para no vomitar.

–¿Qué es este hedor? –dijo Guan Shan, tapándose la nariz y palideciendo.

–Mi tortilla.

–¿Tu... tortilla?

–Sí, encima de la mesa. Tenía prisa e intenté hacer algo con lo primero que encontré... Bueno, puedes verlo por ti mismo.

He Tian, haciendo un gesto con la cabeza, le señaló la barra de la cocina: había una sartén en el medio. De mala gana, Guan Shan se acercó para examinar el contenido: se encontró con una sustancia marrón, grumosa y extrañamente compacta. Había mucha, por lo menos medio kilo.

(TRAD) The taste of it - He Tian/Mo Guan ShanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora