🍭Capítulo 3🍭

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Llegamos al supermercado más cerca de la ciudad e ingresamos.

Ella seguía tomada de mi mano.

Tomo unas galletas con chips de chocolate.

—¿Solo eso? —pregunté sorprendido ya que los hombres lobo estamos acostumbrados a comer como bestias, es decir mucho.

—Si —sonrió —Estaré bien.

Fuimos a la caja, pagué por las galletas y volvimos con la manada.

Prepare mi desayuno que era carne carne y más carne y ella comenzó a comer sus galletas.

—¿Duele? —Pregunto casi en un susurro.

—¿Qué cosa Runa?

—La marca ¿Dolerá cuando me la hagas?

Mi cara se tornó como un tomate, ella quería que la marque.

—Solo un poco, creo.

Ella se tensó.

—Me da miedo —susurró.

—Seré lo más suave que pueda, lo prometo —le sonreí.

Ella se quedó pensativa.

—Hay muchas cosas que debes saber antes de eso — habló sería

Me tensé presentí malas noticias.

—Si deseas, después de desayunar, podemos hablar en mi cuarto.

Ella siguió comiendo en silencio, pero nerviosa, su corazón estaba latiendo con rapidez y su respiración acelerada.

—Mejor, vamos a hablar —no me gustaba el clima tenso que había.

Ella se incorporó y comenzó camino a mi habitación.

Ingresamos a mi cuarto, cerré la puerta y ella se sentó sobre mi cama.

Me senté en el suelo frente a ella.

—Ethan, yo —su corazón iba tan rápido que parecía que iba a explotar. — estoy comprometida.

—¿¡Qué!? — grité sorprendido.

—Si, pero no lo amo, lo juro — ella se tiró sobre mi. —Lo juro Ethan, él me golpea y solo está interesado en mi posición en la Luna, no me ama solo es ambicioso, pero piensa que soy un objeto de su propiedad y no me deja hacer nada.

—¿Cómo que te golpea? ¿Por qué no lo detienes?

—No puedo, si le hiciera daño el arruinaría a mi familia, inventariar algo, plantaría evidencia en contra mía.

—Matalo —gruñí, ya era suficiente con que tenga un prometido ahora también la golpea.

—¿Eh?

Ella tenía una expresión de miedo en su rostro.

—¿Algo más para decirme? —hablé entre dientes.

—Si llego a quedarme contigo—tomó aire —Debes saber qué gente mala vendrá por mí, habrá que vigilar más a la manada, ir más lejos, hacer unos muros, tener turnos de vigilancia, algo para proteger a todos.

—No hay problema con eso.— respondí esperanzado.

—La gravedad aquí es más pesada que en la luna, por ese motivo, me ves con esta apariencia ya que siendo pequeña tengo menos peso y me sostengo mejor de pie, pero, al crecer mi peso aumenta y apenas puedo sostenerme en pie. En unos días ya no tendrás que verme con esta apariencia ya que me acostumbraré a la gravedad y podré mantener mi forma actual ¿Se entiende?

—Creo que si.

—Genial —su corazón lentamente se tranquilizó.

—Solo una pregunta—me anime a decir.

—¿Si?

—¿Tuvieron sexo?

Las mejillas de Runa se enrojecieron.

—Si —susurro

Una furia y unos celos innegable empezaron a crecer dentro de mi.

—Voy a matarlo por ti —gruñí

—No, Ethan, tranquilo.

—¡Tranquilo! — Grité — ¿Qué clase de broma es esta? ¿El te maltrata pero tienen sexo? ¡Todo eso es una basura! ¿Estás comprometida? ¡Es una gran broma!

—Ethan —ella tomó mi mano asustada.

—¿Qué? —grité y ella cerró fuerte sus ojos y ladeó su rostro.

En medio de esos gritos alguien entró a la habitación.

—Miranda ¿Qué haces aquí?

—Solo me preguntaba por qué estuviste toda la tarde aquí dentro —miro a Runa. —¿Quién es esa rarita?

—Ella es mía —respondí posesivo.

—Soy Runa un gusto —intentó sonreír.

Miranda la miró con asco y furia.

El sol se ocultaba y runa comenzó a crecer, cayó arrodillada al suelo y me miró.

Me arrodille frente a ella.

—Hasta mañana mi lobito —ella como si no hubiese pasado nada me beso y se evaporó.

Miranda se quedó anonadada, vio la belleza de Runa y su singularidad.

—Me beso —susurré

—Si, no tienes por qué recordarme ese hecho —Miranda me miró molesta y se fué.

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