NOS LLAMAN RARITOS (richard tozier x eddie kaspbrak)

Cajetilla de cigarrillos

Autor: Yo.

Tipo de Fic: Drabble.

Nombre: Richard Tozier y Eddie Kaspbrak: Nos Llaman Raritos.

Capítulo tres: Cajetilla de cigarrillos.

—¡Psst!

—¿Qué? —preguntó Eddie, asustado—. ¿Quién anda allí?

Eddie caminó cerca del arroyo, quebrando las hojas secas bajo las suelas de sus zapatos lustrados. Miraba aquí y allá, pero no había nadie, o eso le hacían creer sus ojos.

—¿Quién anda allí? —volvió a preguntar sin recibir respuesta, incluso creyó escuchar algunas risas... ¿o acaso eran risadas?

—¡Psssst!

—¡Ya sé que eres tú, Richie! —vociferó—. ¡Sal de allí!

Y para sorpresa de Eddie fue levantado por lo aires; unos brazos lo habían tomado por las axilas y lo sentaron en una rama de un frondoso manzano. Eddie miró a su derecha y soltó:

—¿¡Acaso estás demente!? ¿¡Qué estás...!?

—¡Chitón! —siseó Richie, y Eddie Kaspbrak fue acallado. Las risadas de Richard Tozier fueron remplazadas por un par de ojos cristalinos y una ligera mueca torcida hacia abajo; se hallaba algo triste y asustado.

Eddie no comprendía nada sino hasta notar el hematoma que, grotescamente, se hallaba marcado bajo el pómulo izquierdo de su amigo, y Eddie, sin hacer tantas conjeturas o soltar su lengua de más, comprendió y dijo, casi en un susurro: «Bowers».

—No importa.

—¡Sí importa!

—¿¡A quién le importa!?

—¡A mí me importa! —gritó tan fuerte y su voz resonó por todo los Barrens. Eddie se había cruzado de brazos, con el ceño fruncido.

—Eds, no te sulfures, Eds. —dijo, preocupado por la reacción de Eddie. Después tomó la nariz de su amigo y la apretó con sus dedos e imitó un sonido de nariz de payaso—. ¡Mip, mip! —Esto, claramente, hizo reír a Eddie por varios minutos, ya que Richie repitió su acto varias veces más. «¡Mip, mip!»...

Después de rato, ambos bajaron del árbol y Eddie notó otra cosa más: su amigo se hallaba raspado de la rodilla derecha y cojeaba ligeramente, y cuando Eddie preguntó por ello, Richie explicó que se tropezó al huir de Criss y de Bowers, terminando sus palabras con un suspiro:

—... y ya nos llaman «raritos».

—¿Qué? ¿Por qué nos llaman así ahora?

—Porque nos ven juntos todo el tiempo, daaa.

Richie cargó por la cintura a Eddie y giraron varias veces hasta caer al suelo. Después hizo una de sus imitaciones, una muy buena, de hecho, pero Eddie aún seguía distraído; se hallaba pensante y no se rió en ningún momento.

—¿Eds?

—Sigo sin comprender.

—No necesitas comprender nada, capullo. Ven. —Levantó a su amigo del suelo lodoso. Richard notó que ni el lodo en las piernas de Eddie le hicieron apartarse de sus pensamientos. ¡Y Eddie en verdad odiaba tener lodo en sus piernas!...

Eddie seguía pensante.

—¿Eds?

Eddie Kaspbrak miró a su amigo a los ojos, le acomodó sus gafas rotas, le sonrió y le abrazó por la cintura. Y cuando Richie se hallaba relajado por aquel cálido y extraño afecto del niño asmático, Eddie rió, se apartó y se pintó de colores, corriendo a grandes zancadas por el arroyo; Eddie le había robado su cajetilla de cigarrillos que Richie guardaba dentro de su bolsillo trasero, y este último fue tras él, tratando de alcanzarlo mientras le gritaba con una de sus imitaciones, la favorita de Eddie.

«Espero que esto dure toda la tarde», pensó Richie, muy alegre y aminorando el paso para darle ventaja a su amigo. «¡Espero que pronto te des cuenta de lo que siento por ti, Eds!», se gritaba dentro de sí, con entusiasmo, corriendo y corriendo en círculos alrededor de los árboles, a carcajadas; pensando y pensando en sus verdaderos sentimientos mientras sus pies chapoteaban el agua del arroyo.

#GraciasPorLeer ATTE: SYNKRO DESOLATE HIATUS