Cuando el sol dejó de brillar- Borusara

Maratón III

Maldita sea mi conciencia....años de juventud, de vida despreocupada, de fiesta en fiesta y tomando hasta casi perder la cabeza, enrollándose con chicas, sin pensar en las consecuencias, bueno sólo fueron unas cuantas ocasiones pero da igual; justo ahora la conciencia lo golpea y fuerte.

Bueno tampoco iba a aprovecharse de una chica ebria, sólo un bastardo, cobarde haría algo así. Y él podría ser muchas cosas pero no caería tan bajo; sin embargo, si cuando despertara y estuviera sobria, Sarada, quería continuar, él la complacería con mucho gusto.

Sin darse cuenta estaba en medio de la fiesta y Yukiho empezó a arrastrarlo un rincón, se notaba que quería hablar con él.

-hey qué pasó? Te vi con Sarada, dónde está? - Su mirada estrechada por la sospecha.

-en mi cuarto, dormida- respondió con fastidio.

-que rayos!!!! Trabajas rápido!- lo miró asombrado- noté la chispa entre ustedes pero sí que fue rápido.

-ella estaba borracha...- el golpe llegó sin aviso, Yukiho lo tomó del cuello y lo estrelló contra la pared.

-te aprovechaste de ella- las palabras le dolieron más que el brazo en su cuello.

-no! Cómo te atreves! No la toqué- sintió que la presión aflojaba y en cuanto pudo le lanzó un puñetazo directo al estómago a Yukiho, provocando que este callera al suelo.

-lo...lo lamento, no debí pensar eso de ti- los ojos del Uchiha reflejaban culpa y los de Boruto ira.

-Por qué!!! Por qué te importa tanto!! Te sientes atraído por ella-

Yukiho le devolvió una mirada afectada- qué!! No seas imbécil, yo jamás te haría algo así.

La confusión cubrió el rostro de Uzumaki.

-no te hagas, he visto como la vez. Jamás interferiría.

Tan evidente era? Boruto desvió la mirada avergonzado. Se sentía tan atraído por la chica y todo parecía tan natural que no se preocupó en ocultarlo. Tratando de preservar algo de su dignidad trató de articular alguna excusa.

-yo...yo pues, no es....

-ya...ni lo niegues

-cállate y ayúdame a pensar! No puedo llevarla así a su casa... Sasuke-sama me va a matar.

-Sólo déjala arriba y mandamos una nota diciendo que se quedó dormida y que mañana la envíanos después del desayuno.

-Eso es....puede funcionar, envía el mensaje cuando termine la fiesta.

-hazlo tú, es probable que para ese entonces esté inconsciente.- antes de que Boruto pudiera replicar su amigo ya había abandonado el lugar.

-rayos!!- y el resto de la noche se la pasó vigilando el salón, no quería que nadie se acercara a su cuarto. Por ello limitó su consumo de alcohol; pero lo más fastidioso fue pasar la velada evitando a la fastidiosa sobrina del señor feudal.

Que fastidio, el dolor punzante en la cabeza....el palpitar constante y las náuseas....esta no era la primera vez que le pasaba. Esta sensación, hay dios, se sentía morir, mientras se removía se percataba de la suavidad de las mantas sobre su cuerpo y el aroma irresistible en la almohada, tan masculino... masculino?...qué rayos!!!
Aspiró una vez más la almohada, ese olor familiar y tentador... dónde estaba? Se removió y sintió las mantas en contacto directo con su cuerpo. De un golpe se sentó en la cama- el movimiento brusco hizo que su cabeza y cuerpo protestaran- para ver alrededor.
Al inicio se sintió desorientada, sin embargo se percató de una serie de fotos en una la repisa provocando que parte de la noche anterior regresara a su mente. De inmediata se destapó para encontrarse con su cuerpo casi desnudo, sólo llevaba su ropa interior y el pánico se apoderó de ella.