Capítulo 12: Hijo de un jardinero.

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6 años antes...

– ¿Hola? –el pequeño adolescente de 14 años golpeaba la puerta de la habitación del rey– ¿Rey Thomas? –el joven castaño continúo golpeando la puerta hasta que esta fue abierta.

– ¿Qué quieres? –el rey preguntó molesto, la puerta no estaba del todo abierta y solo podía apreciar su rostro asomándose por la rendija abierta.

–La reina solicita su presencia en el jardín. –murmuró nervioso.

–Carajo. –dijo molesto–Dile que voy en seguida. –miro al niño ante sus ojos– ¿Por qué no vas a hacerle compañía a Brenda...? –miró al niño esperando a que dijera su nombre.

–Ah, Tristán, su majestad. –respondió rápidamente.

– ¿Trabajas aquí? –preguntó el rey haciendo una mueca confusa.

Abrió un poco más la puerta y el joven pudo apreciar que el rey estaba solo en ropa interior, tal vez estaba dormido y él lo había despertado, por eso estaba molesto.

–Si, majestad, bueno, mmm–murmuró nervioso.

–Sabes, creo que llamare a los guardias.

El rey estaba a punto de gritar cuando la reina iba caminando por el pasillo, instintivamente salió de la habitación y cerró la puerta detrás de él.

– ¡Thomas!, te he mandado hablar. –pronunció la reina–Tristán, te he pedido solamente una cosa.

–Lo siento reina Isabella, le di su recado al rey más me puse nervioso ante sus preguntas y....–el joven murmuro sumamente nervioso y apenado.

–Está bien Tristán. –la reina le acaricio la mejilla tiernamente–Thomas quiero verte en el jardín así que cámbiate rápido. –miro al rey y después miro al castaño–Vamos Tristán, tu padre y yo necesitamos ayuda con las rosas.

La reina se encamino a las escaleras y comenzó a descender, la puerta de la habitación se abrió y una pelinegra, que para el parecer de Tristán era una de las sirvientas, salió del cuarto con el cabello algo revuelto.

– ¿Te veré en la noche Tom? –pregunto la pelinegra con una sonrisa coqueta.

–Cuenta con ello. –le dedico una sonrisa.

La pelinegra se acercó al rubio, beso sus labios rápidamente y le dedico una mirada rápida al castaño, lo saludo y continuo su camino.

–Tristán, ¿cierto? –el castaño solo asintió– ¿No le comentaras esto a nadie está bien? –el castaño mordió su labio y asintió–Eres bellísimo, te pareces a tu madre.

–¿Conoció a mi madre? –pregunto en un titubeo.

–Si, es una lástima que haya muerto, cocinaba de maravilla.

–¿Ella era bonita?

–Se parece a ti.

"¿Eso era algún un tipo de halago?" pensó el menor.

–Yo no me considero "bonito".

–Deberías.

El rey lo observaba intimidante ante sus ojos, no sabía que decir ni hacer, estaba muy intimidado ante él, ante esos hermosos ojos cafés.

–Creo que deberías irte, tu padre te está buscando. –el chico asintió–Espero verte más seguido Tristán y recuerda este es nuestro secreto.

"Bastardo Dylan O'Brien." [Dylmas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora