Día seis.

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Día 6.

Vistiendo la ropa del otro. 


La chaqueta de aviador resbaló por el hombro derecho de Barry, el interior suave de la prenda generó sobre su piel, una caricia que le causó una sensación de ahogo.

Era una chaqueta de corte varonil, de cierre recto al frente, en el lado izquierdo llevaba el emblema de unas alas doradas, y en el derecho se puede leer bordado el apellido Jordan. Es la chaqueta favorita de Hal y huele a él. Pero Barry la lleva sobre los hombros y no viste nada más que eso mientras monta sin descanso el miembro duro de su novio.

Hal lo mira desde abajo, descansa cómodamente tendido sobre la cama, tiene los talones clavados en el colchón y usa el apoyo de sus piernas para alzar la cadera y penetrar de forma firme a Barry cada vez que este se mueve hacia abajo en su cabalgata. Adora mirarlo con la chaqueta, le sienta bien. Y, ver al rubio vistiendo algo de su ropa, le hace sentir una febril ansiedad posesiva.

— Oh Hal... —A Barry se le descose la voz en un gemido de puro place, cuando Hal, mete las manos dentro de la chaqueta y le pellizca suavemente los pezones.

El velocista suspira, se relame, cierra los ojos y jadea, intentando no acabar muy pronto. Se toma un momento, así, con Hal dentro de él, estáticos. Sus ojos se encuentran y descubre en la mirada de Jordan, un deseo tan ardiente, que lo siente quemarle. Quisiera decir que se puso la chaqueta por error, que no había nada más que ponerse encima, pero lo cierto es que  lo hizo a propósito, porque sabe que siempre que lo hace, terminan así.


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30 Días de HalBarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora