[Capítulo II]

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—¿Quieres continuar?—dijo por último, para luego dejar caer su cabeza en el hombro del otro.

—YoonGi...—HoSeok no sabía que hacer o decir, realmente esa declaración lo había dejado en un total shock. El menor siempre había pensado que su jefe era bastante atractivo, y le gustaba; (incluso llegó a tener pensamientos no tan puros sobre su superior), pero nunca pensó que simples pensamientos llegaran a cumplirse en unos minutos.

HoSeok se acercó más al cuerpo de YoonGi, hasta el punto de que se frotaran ambos cuerpos, cosa que hizo estremecerlos. Fue suficiente para que el mayor entendiera que su confesión había sido correspondida.

El bajito tomó la mano del sol, llevándolo hasta la habitación de éste último. El jefe Min, recostó a su empleado sobre la cama mientras empezaba a tocar su cuerpo de una manera lenta y estimulante, y él que se encontraba abajo disfruta de la vista que YoonGi le proporcionaba al ver como se quitaba su ropa.

—Cariño, ¿te gusta?—dijo, y muy lentamente se acercaba nuevamente al menor, para unir sus labios en un beso. Pero a éste contacto de labios se les unió la hábil legua de YoonGi, que se movía de una manera lenta pero aun así la velocidad era bastante buena. Los dos intercambiaban sus salivas, tal vez suene sucio aun así lo disfrutaban.

Sin embargo, gracias a la palabra respirar  tuvieron que separarse. YoonGi bajó sus labios y lengua en un largo camino de saliva, llegando hasta su cuello en donde chupaba, lamia e incluso mordía su delicada piel. Para luego dirigirse a sus bonitos pezones rosados, que al parecer ya se encontraban rígidos, y sin pensarlo dos veces procedió a morder uno de ellos un tanto fuerte. HoSeok no pudo evitar jadear por muy bajo.

YoonGi al terminar su trabajo en el pecho del menor, continuo con dirigir ambas manos al pantalón de HoSeok bajando ésta prenda dejándolo solo en ropa interior.

—Esto es vergonzoso...—el rostro rojo de HoSeok lo delató por completo.

YoonGi solo rió—Vamos, quiero que me toques—dejó de acariciar al de rostro rojo—. No quiero hacer el trabajo solo yo.

Jung no sabía que hacer así que se sentó sobre la cama, empujando suavemente el cuerpo del mayor haciéndolo caer sobre la cama. Como el cuerpo de éste ya no tenía ropa mas que su bóxer, HoSeok decidió sentarse sobre él y empezar a mover sus caderas lentamente.

—Mmm... Hobi, esto me gusta, no pares—sonrió tomando las caderas del de arriba, ayudándolo a moverse. YoonGi se levantó haciendo que el pecho de HoSeok y el suyo se pegaran, y sin esperar más el mayor le arrancó la última prenda—. Lamelos—le enseñó tres de sus dedos a Hobi, y él lo hizo sin protestar.

—Listo—sacó los tres dedos de su boca, notando como habían sido bañados por su saliva.

—Si te duele, me avisas—introdujo el primer dedo en la entrada de HoSeok, escuchando como él ésta vez si gimió de verdad. Luego el segundo y para terminar el tercer dedo, haciendo pequeñas embestidas. YoonGi estaba bastante duro, y no quería esperar más, pero lo haría por HoSeok.

Sin separarse de su posición actual, YoonGi preguntó con su mirada si estaba listo para ser penetrado y un Hobi algo asustado simplemente asintió. El miembro fue introducido rápidamente, pues el mayor pensó que así no le dolería más.

—Ho-HoSeok... Eres tan caliente—mordió su labio, viendo la hermosa facción que el mencionado hizo.

—Es muy grande—susurró con dificultad enrollando sus brazos en el cuello de Min.

—Lo sé.

Jung comenzó a moverse dando cortos saltitos sobre YoonGi, escuchando los eróticos sonidos de como ambas pieles chocaban entre si, junto a los bellísimos jadeos del pequeño. YoonGi se aburrió de esa velocidad y rápidamente tomó a Hobi de las muñecas empujándolo para atrás volviendo a tomar las riendas de la velocidad. Deseoso comenzó a moverse como se le antojaba sacándole tremendos gritos de placer al otro.

Metía y sacaba su pene, haciendo que las cosas dentro la habitación sea un concierto total de ruidos asombrosamente cautivadores para los dos. Unas cuantas estocadas bastaron para que el menor se corriera sobre su propio abdomen y el mayor dentro del otro.

Ambos cuerpos sudados se encontraban a una palpitación bastante veloz.

—Fue...

—Shh—interrumpió con un tierno beso en sus labios—. Aún no termina cariño, aún no es suficiente—sonrió con picardía y volvió a moverse en un vaivén mucho más rápido que el anterior.

Fin.

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