La chica linda del bar

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Martes 13 de marzo, te vi en ese bar, desde la barra te notaba parada en la entrada segura de lo que venias a buscar. Me llama la atención como te veías, una pollerita corta escocesa que no deja verlo todo, pero lo justo y necesario para no quitarte la mirada de encima. Pelo suelto y largo, que da la sensación de estar apreciando una cascada con un tono rubio ceniza. Medias de red que dejan mucho a la imaginación, como si quisieras que todos te vean. Como si tu misión del día fuera llamar la atención. Una camisa atada por encima del ombligo y con los botones de la parte superior desprendidos, donde puedo observar tu piel broceada, y donde puedo deleitarme al ver el camino desde tu boca hasta el escote, una delicia. Ahh! Que buena estas. Un par de botitas Converse negras, creo que el calzado indicado para combinar con tu vestimenta de "inocente". Tu mirada coqueta que está acompañada con dos piedras muy azules, casi tan azules como la tinta que utilizo para escribirte esta carta. Unos labios bastantes... no sé!! Adoro como te queda ese labial en tu boca, no puedo dejarte de mirar. Mientras se ralentiza el tiempo cuando comenzas a caminar hasta la barra, creo que notaste mi mirada fija en vos, me ves con una sonrisa casi seductora, es esa mirada que me rebela algo de vos, que sos una loca desquiciada, y me provoca. Tu forma de caminar, demostrando seguridad y sensualidad, una combinación perfecta y letal, es apreciada por toda la gente del bar, hasta el más viejo se levanta de su silla para verte caminar. Tenes un acento que deja en evidencia que no sos de acá, tu castellano no es muy fluido pero se entiende lo que buscas. Llegaste al bar pidiendo un trago no muy particular, "El beso de Ángel", demostrando que a pesar de tu sensualidad, tenes una idea romántica, pero con una actitud que demuestra tu rebeldía total. Muchos de los pajeros se te acercan para hablar, pero tu carácter con los idiotas es ruda, tu violencia para ellos es fatal, y no es para menos, ¡Le rompiste la nariz al pobre Juan! Tras terminar tu trago, te levantas de tu lugar. Caminabas directo hacia mí, ¿qué hago? Le debería hablar. Estabas cada vez más cerca y yo estaba empezando a sudar, hasta que note que seguiste de largo, no había visto que estaba sentado junto al baño. Me avergoncé, le di un fondo blanco a mi whisky y me voy del bar. Afuera llovía muy fuerte, que martes 13 de mierda. Y cuando meto la mano en mi bolsillo de la campera para sacar mi celular, cae un papel doblado por la mitad. Al tomarlo, lo abro, tenía tu número, tu nombre, y un corazón dibujado en la esquina del papel. Y desde ese entonces hasta hoy en día no puedo creer que me allá casado con la chica linda del bar.

Heber Gimenez 07/12/17    

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⏰ Last updated: Dec 07, 2017 ⏰

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