Capítulo 1

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El sitio de encuentro se llamaba Cookie Bar. Una restaurante al norte de la ciudad donde vendían las mejores galletas del mundo. El interior tenía una decoración vintage que me encantaba. En una sofá de rayas rojas y blancas, nos encontrábamos comiendo galletas.

—Esa chica me encanta—me dijo Andrés, con la voz de idiota enamorado que ponía cada que vez que hablaba de Daennerys, su novia.

—Ya te perdimos- le dije mientras bebía mi malteada de caramelo.

—Es que ella es perfecta, la amo—

 —No seas estúpido —rodé los ojos—no llevan ni un mes de novios y ya la amas, eso es más falso que el trasero de Nicki Minaj y el de Kim Kardashian juntos.

Andrés me lanzó una mirada de odio. El era mi mejor amigo desde que me habían cambiado de instituto; era genial cuando no estaba botando la baba por Daennerys. El era alto y delgado, tenía un tono de piel claro y el cabello rojo y ondulado. Su cabello era lo que más me gustaba de él, eso y que me ayudaba a stalkear a mi crush.

—Deberías conocerla, en serio. No es tan mala como tu piensas, Luna —me dice Andrés enfáticamente—creo que deberíamos salir alguna vez en una cita grupal, ¿no crees?-me preguntó mientras se apartaba un rizo de la frente.

 —Primero que todo, prefiero evitar tener contacto con ella. Segundo, ¿eres estúpido o qué? ¿Cómo vamos a salir en una cita grupal si ni siquiera tengo novio?—respondí enarcando una ceja.

 —¿Y qué hay de Romeo? —me pregunta con un tono de diversión en su voz mientras alzaba sus cejas.

—Sabes que solo es mi crush —resoplé—además, ni siquiera somos amigos. ¡Nunca he hablado con el amor de mi vida!—exclamé con dramatismo y fingiendo desmayarme sobre él.

—Algún día estarán juntos. Se casarán, y tendrán ocho hermosos hijos —dijo en tono de broma.

 —¿Solo ocho?—le dije haciendo un mohín.

Y estallamos en carcajadas.

Después de un rato de bromas, Andrés me miro con una expresión seria en su rostro.

—Oye, ¿por qué te cae tan mal mi novia? ¿Estás celosa?— me pregunta enarcando la ceja.

—Ya quisieras tu que estuviera celosa.  —bufo— no es que me caiga mal, simplemente creo que no es completamente honesta.

—¿Por qué lo dices?—me pregunta con curiosidad.

—No lo sé, llámalo intuición, creo que no es tan honesta con todas las cosas que dice sentir hacia ti—respondí encogiéndome de hombros.

—No creo que sea el caso. Es hora de irnos, si te vas muy tarde a casa podrían robarte—dijo cortantemente, al parecer lo había molestado con lo que dije.

—Lo siento Andy, sabes que estoy feliz por ti. Solo que... te quiero mucho y no quiero que salgas lastimado—le dije con honestidad, mientras sentía como un rubor se extendía por mi rostro. Demonios, odiaba sonrojarme.

—Awwwww, la enana criatura satánica tiene sentimientos... ¡Ay! No me pegues estúpida que pegas como boxeadora profesional—dice mientras se quita una lágrima invisible del rostro. Andrés y sus dramas, el nombre le queda perfecto y daba la casualidad de que tenía el cabello rojo. De hecho, hice una canción especial para el: Andrés, Andrés, el que llega cada mes...

De repente siento unos brazos alrededor de mi, Andrés me esta abrazando.

—Yo también te quiero mucho—dice dándome un beso en la frente—Y no te preocupes, no me va a pasar nada malo. Ya lo verás—con esas últimas palabras se fue, dejándome con un sentimiento de culpabilidad que llegaba cada vez que hablábamos de Daennerys.    

YellowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora