Ya es noche estoy en el balcón fumando, la música soul suena a bajo volumen. Tomo asiento en el sillón frente a mi, un espejo marrón muestra mi figura de 30 años al lado derecho un rojo sillón. El cual me trae recuerdos bastante agradables.
La puerta se abre y entra mi pequeño niño de seis años – Papi, ¿Cuándo viene mamá?- me pregunta con los ojos tan abiertos pero sin su distinguida sonrisa. – No debe tardar…- el me mira molesto, aunque se que no lo esta, es igual de serio que yo. -Papi ya te estás haciendo mas viejo ¿sabes?- me besa y acaricia mi barba.
“Mas viejo”, si que lo soy.- Me parezco demasiado a ti papi, incluso las ojeras…- Por eso eres mi hijo, estas hecho de lo mismo que yo y tu madre.- Sonó el timbre y el fue a abrir la puerta.
Un aroma dulce tan característico en el, llegó a mi nariz, deje que mi pequeño lo recibiera yo subí al cuarto. Me siento cansado y estoy a punto de quedarme dormido, cuando entró y quiso iniciar una conversación. No preste atención, la cama se elevó al sentir otro peso como pude, estire mi mano y tome su cintura. Lo jale hacia mi, no pesaba nada.
Comencé a besarlo, esos labios carnosos… comienzo a morderlos, lo cargo. Y lo llevo al balcón, sus piernas se enredan en mi, sus manos quitan mi camisa y como puede, logra desabrochar mi pantalón. -Nos verán.- me dice algo sonrojado, al darse cuenta de que seguimos en el balcón. -Quiero que todos vean que eres mío, quiero hacértelo en la cama, en el piso, frente al espejo o en el balcón…- muerdo su cuello, el se baja. Lo sigo con la vista, comienza a desnudarse frente a mi y se arrodilla en el sillón rojo. Quito mi boxer y me siento frente a el. Su boca envuelve mi miembro…tan cálida tan húmeda, su lengua se enrosca en la punta y comienza el ritmo marcado por mis manos.
Aún no puedo creer como un Omega de 23 años se fijo en mi, es tan joven a mi lado. Pero ya me conoce tan bien…sabe lo que me gusta y como.
No cabe duda, cada hembra conoce a su varón.
Y aunque mi Luffy sea varón, eso no le quita importancia. Alzó la mirada y aquel espejo marrón nuestra la figura de Luffy, con la boca llena… si ese espejo pudiese hablar, nos preocuparíamos.
El es nuestro confidente- Law tu eres mío ¿Verdad?- la imagen de Luffy con mi miembro erecto a lado de su cara tierna solo me pone aun más. – Claro que si, mi alma le pertenece a la tuya.- continuó chupando hasta que no aguante, lo arroje al piso y gracias a ese aroma dulzón que indicaba su celo pude entrar en el sin problema.Los gemidos ahogados con la boca, el sonido al entrar en el, todos y cada uno de los suspiros… hacían que el cuarto se pusiera caliente, terminamos y lo cargue a la cama. -Torao, ¿conoces la mitología griega cierto?
-Claro.-sonrío de lado. -Tu y yo somos Kali y Poseidon, shishishi…- con mi mano puesta en su mejilla- Por supuesto mi Luffy ya… ahora sonríe sólo para mi y regálame tu mejor presente hoy.Ya es de día, Luffy decidió salir a pasear al parque, nos encontrábamos sentados, viendo como nuestro niño jugaba con otros, cuando una pareja tan conocida por todo el vecindario llegó. Se encontraban discutiendo como de costumbre.
-¡Zoro, Sanji, hola!- Luffy los detuvo y ellos sonrieron.- Que tal Luffy y torao- se sentaron a nuestro lado y no pude evitar notar el amor que aun exhalaban inclusive por los poros.
-¿Cómo es que siguen juntos aún?- Luffy me gano la pregunta, y ellos sólo rieron, fue Zoro quien contesto.- Hay algo llamado detalles, son esas pequeñas cosas las que cambian todo.- Sanji asintió y continuó.- Con el pasar del tiempo recuerdas mejor las cosas insignificantes o que uno pensaría no valen la pena. Pero cada detalle y momento en tu día a día logra modificar tu futuro.-
No pude evitar mirar a Luffy con esa expresión de asombro, quería hacerlo mío de nuevo. -¡No puedo creer que hayan viajado tanto, conocen el mar y la guerra!- Zoro y Sanji sólo sonreían, eran una pareja tierna a pesar de no tener hijos eran amables y su casa estaba llena de aves, no porque las comprarán, estas solo llegaban y la hacían su nido.Tuvimos que regresar a la casa y nuestro niño quiso ir con ellos a conocer a las nuevas aves que habían llegado. Ya era noche, Luffy y yo veíamos las estrellas en el patio, un Grillo se dejaba oír. – Torao, te amo.- Y yo a ti.-Torao, quiero llegar a ser como Sanji y Zoro…¡míralos! Ya tienen 70 años y casi toda su vida han estado juntos.- Mi pequeño Luffy, lo abrace y no logre evitar comparar nuestras edades… el con 23 y yo 30, cuando tenga 50 el apenas tendrá 43 años…moriré primero.
-Torao..-
-Quédate con estos detalles, no los olvides. Porque a pesar del tiempo y la edad, yo te amaré. Amaré tus ganas y arrugas, sobre todo tu sonrisa. No olvidaré las dificultades que tuvimos para estar juntos. Te amo Luffy. – y dicho esto lo bese.
-Torao, te volviste un vicio necesario a mi vida, no puedo pensar bien si tu estas cerca, y solo puedo pensar en cuanto te tardarás en besarme.- Volví a besarlo una y otra vez, amo a este pequeño.
-Vamos yo te esperare, contigo en el horizonte… yo te esperaré..- ¿Qué dices torao?.- Nada, sólo una vieja canción. Tan vieja como yo.-
Me besó. -Vamos, el espejo marrón deberá guardar un secreto más mi tierno poseídon.-
Encendí la radio y esa vieja canción comenzó a sonar, y con esa canción comencé de nuevo a hacerle el amor.Gracias por leer ♡ la canción es de donde nació este one shot y es para ti mi
@s Te extrañaba!
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Regala tu mejor presente
FanfictionSolo no me olvides mugiwara ya. Si tienes a alguien para ti, asegúrate de darle tu mejor presente, porque no sabes cuando volverás a verle. Completo.