Cap.6

463 43 7
                                    

En toda la noche no pude dormir nada. Tuve pesadillas a causa de la fiebre y pase frío, aunque me cubrí como un oso polar.
En vez de decir que cosas me duelen puedo hacer una lista mucho más corta de lo que no. Por hoy no iré a clases porque ni siquiera puedo ponerme en pie, y ni hablar de transbordar, estar en un salón tras otro prestando atención y tomar apuntes. El mojarme con la lluvia la vez pasada ya me causa factura. Y me lo gano por descuidada.
Toda la mañana me quedo en cama quejándome del dolor de cabeza y lamentándome que mama no estuviera aquí para atenderme. Ni siquiera sé qué pastillas tomar.
No tengo termómetro, no tengo medicina, no tengo ni comida.
Pienso en llamar a un doctor pero mi teléfono está descargado, y tampoco conozco el número de uno.
Las desventajas de vivir sola.
Yo lo quise y yo lo enfrentaré como una mujer madura y fuerte. Es solo una gripe normal, nada puede salir mal.
¿O si?




Mi clase con el salón de Colette empieza sin ella. Al inicio pienso que solo se retardo un poco en el baño o que quizás se le hizo tarde por cualquier razón estupida y mantengo la esperanza de verla entrar corriendo. Pero no es así.
La hora entera pasa sin tener rastro de ella, pero no me preocupo.
Solo quiero asegurarme...
Le pregunto al joven Davis si sabe el porqué ella no se presentó a mi clase. Pudiera ser que solo no haya querido entrar a la mía pero si vino al colegio.
-Tengo que serle sincero señor. No la he visto en todo el día. Le marque pero no contesta su teléfono. Mire.
Me muestra la pantalla de su móvil y corroboro que es así.
Un poco extraño.
-¿Será que puedes darme su numero? Quiero saber si se encuentra bien.
-Claro.
Anotó rápidamente los números que me dicta y guardo su contacto como Colette Elliots.
-Gracias señor Davis. Me ocuparé de esto más al rato.
-Dígame Antonne. Si se comunica con ella ¿podría decirle que me llame?
-Lo haré Antonne.
Nos despedimos y cada quien sigue su rumbo.
Por sorpresa mía no me preocupo como esperaba por Colette. Las clases pasan tranquilas y sin apuros, y para cuando terminó la jornada apenas y recuerdo que tengo su numero.
Subo al auto y me encierro. Marcó a su teléfono y la contestadora es lo único que escucho. Vuelvo hacer lo mismo y los resultados son por igual. Marcó otras 3 veces.
Me canso de no ser atendido y decido ir personalmente a verla.
Salgo del auto para subir mi abrigo y maletín a la cajuela.
-¿Que tal Andrew?
El profesor Ludwin saluda desde su camioneta estacionada al lado del mío.
-Hola Ludwin.
-A que no adivinas mi nuevo alumno.
-Déjame pensar...¿Harry Keaton?
Entorno los ojos.
-Él mismo. No te preocupes, para mi es igual de frustrante ese joven.- lanza un silbido- pero gracias a Dios no lo atendí hoy.
-¿Ah si?- cierro la cajuela.
-Si. No se presentó hoy, tiene su primer falta y no creo que sea la última...
-¿Dices que no vino? ¿O solo fue tu clase?- lo interrumpo.
-No vino a la escuela.
Ahora entiendo todo...
Ludwin continúa hablando pero no escucho realmente nada de lo que dice. Solo lo observó mover su boca.
No vino Colette. No vino Harry.
-Lo siento Ludwin, tengo que irme.
-¿Planes con tu esposa?
-Algo así.
Miento y me voy.
Esa es la razón por la que ninguno de los dos se presentó hoy.
Para ser verdad ayer Harry estaba ya noche en casa de Colette, es muy probable que haya quedadose allí.
Me molesta(de nuevo). Voy directo a su departamento.
Mi mente en todo el camino va maquinando cosas. Cosas viles.
Aprieto el volante antes de bajar y caminar a las escaleras. Las subo de dos en dos y me sorprendo al ver en la entrada a una mujer rubia joven. Esta sentada en el primer escalón, enfrente de la puerta.
-Oh que bien que alguien más vino.
-¿Tu eres?
-Jane. ¿ Y tú eres...- hace una larga pausa- ¿Su tío?
-No, soy un amigo. ¿Sabes si está Colette?
-Estoy segura que si. Pero ya he tocado desde hace media hora y no sale. La estoy esperando aquí afuera y no veo nada. Marque a su móvil y mucho menos.
-Creo que ha de estar ocupada.
Lo digo en tono molesto y ella lo nota.
-¿Hablas de... de el chico ese de ayer?
No contesto con palabras pero si con un movimiento de cejas. Las levanto y la miro afirmando.
-Te equivocas. Cuando el se fue anoche yo iba llegando a casa y los vi. Salude a Colette y se metió sola. Eso tenlo por seguro.
Mi expresión cambia un poco y lo pienso mejor.
-¿Crees que este bien?
-¡Eso es lo que no se!  Deberíamos hacer algo.
-¿Hablas de entrar a su casa?
-Tu eres el hombre. Tú dímelo.
-No puedo forzar una cerradura. Eso está mal....
-¿Y si la que está mal es Colette y nosotros perdemos el tiempo aquí parados admirando su puerta?
-Touché.
No la contradigo porque tiene razón.
-¿Como la abrimos? Tiene la cerradura puesta.
Miro por todos lados del departamento y no tengo la respuesta.
-¿Tienes una escalera?
-¿Piensas subir por su ventana?
-Lo haré.¿la tienes o no?
-Si, si tengo. Solo que es muy pequeña...
-No importa. Vamos por ella.- la corto.
Ambos bajamos hasta su puerta en el primer piso. Me quito el abrigo y el saco, los colocó en la baranda de las escaleras mientras me arremangó la camisa.
No es que sepa muy bien lo que estoy haciendo, pero Jane tiene razón. Puede que esté en problemas y, pensándolo bien, Colette es mi responsabilidad ahora, no puedo permitir que este ahí sola. Si es que está...
Cuando veo la escalera inmediatamente lo pienso.
¿Pero en que demonios piensas Andrew?
Es pequeña incluso para mi. Tendré que hacer acopio de toda mi altura, fuerza y estabilidad para poder entrar por la ventana.
Acomodamos la escalera en contra de la pared, justo por debajo de la ventana que da a la sala de estar. Tomo un respiro profundo y subo.
No está increíblemente baja pero, debo de apoyar las manos en el marco que me llega justo a los hombros. Recorro el vidrio para abrirla. Gracias a Dios a Colette no se le ocurrió cerrarla, si no...
-No creo que sea seguro. Debería bajar.
No la escucho y continuó con mi plan.
Me levanto con las manos y pasó sobre el hueco que he dejado. Caigo pesada y escandalosamente en la sala, la mesa está en suelo junto a mi, pero a pesar de hacer un estruendo no veo a Colette por ningún lado. Imaginaba que vendría a ver quién se había infiltrado en su hogar, pero no es así.
Me levanto justo en el momento en el que escucho un gemido. Corro a la única habitación asustado por el sonido que obviamente ella ha emitido y casi abro la puerta de una patada.
Oh Colette.
Una figura temblorosa se encuentra envuelta en dos cobijas, quejidos y gemidos es lo único que me da como respuesta.
-¿Que sucede?
Me acerco a ella, le doy vuelta para ver su rostro pero está casi por completo en su enredo. Aviento las cobijas sin importarme la condición en la que la encuentre.
Jane sigue gritándome desde afuera, pero la ignoro para poner toda mi atención en la chica obviamente enferma.
Retiro el cabello que tiene en el rostro, levanto su espalda y la recargo en el cabezal de la cama. Sus mejillas tienen un fuerte tinte rojizo, sus labios secos con cortaduras, sus ojos son cubiertos por párpados purpúreos y la frente húmeda por causa de la fiebre.
Me pasó la mano por el pelo, me esperaba todo menos verla así. Es un poco incómodo tomando en cuenta la poca relación que tenemos. Prácticamente una chica que apenas si conozco desde hace dos días está ardiendo en su cama enfrente de mi. Ardiendo de la forma buena. ¿Forma buena? ¿Como puede ser bueno estar tirado enfermo en una cama? Solo corregía mis palabras antes de que sonaran mal, pero he sonado mucho peor.
Antes de seguir con mis tontos pensamientos corro a la puerta y dejo entrar a Jane.
-¡Por poco y me quedo afónica!- susurra su reclamo.
-Lo siento es más importante Colette.
-¿Donde está? - me empuja y pasa de mi, ahora hablando a un volumen razonable.
-En su habitación. Está enferma.
Lo digo en voz alta para quien sea que me escuche, ya que ella entro casi corriendo al cuarto.
Voy detrás también.
La examina como su fuera un médico pero su cara delata inexperiencia en estos asuntos.
-Será mejor que llame a un médico. Jane ¿Podrías traerle un par de toallas húmedas y frías, por favor?
-Claro.
Saco mi teléfono y llamo a Will, mi médico personal.
-Hola Will.
-Hey, ¿Que tal Andrew? ¿Todo bien?
-Necesito que vengas a ver a alguien.
-¿Se trata de Maggi?
-No, alguien más. ¿Podrás?
-Por supuesto, dame la dirección.
Le explicó cómo dirigirse hasta acá y cuelgo.
-Tendremos que cambiarle la ropa...
Comenta Jane apenas entra por la puerta. Pone una toalla en su frente y Colette murmura palabras inteligibles. La tranquiliza y me dirije una mirada de petición
-Oh, ya. De eso encárgate tu. Esperare al doctor en la sala.
Salgo y cierro la puerta detrás mi.
Jane al parecer se preocupa por Colette lo suficiente para estar media hora en su puerta. No es cualquier vecina y me agrada que alguien se interese de esa forma en ella, por el tiempo que llego. Indudablemente está en buenas manos.
Mi teléfono vibra por el mensaje recién llegado de Maggi.
<<Andrew, llegare a casa hasta las 12. Anne me dejara a esa hora... si es que terminamos de organizar.>>
Respondo un rápido <<Ok>> y lo envío.
A veces me complace qué Margarette trabaje en lo que le gusta. En primera por qué es buena en ello. En segunda, me deja el tiempo suficiente para trabajar a solas y pasar tiempo conmigo mismo, tampoco me presiona para la hora de llegada y el lugar de mis salidas. No es que salga a divertirme con frecuencia.
15 minutos después Will arriba junto a la cama de Colette.
Hace su rutina de chequeo y da el veredicto final.
-Está chica tiene una gran gripe. Está a tiempo de tratarla y que no sé complique demasiado. Solo denle este medicamento y para pasado mañana estará como nueva.
Nos da la receta y me toca el hombro.
-¿Puedo hablar contigo?
Ambos nos encaminamos a la entrada y rápidamente pregunta.
-No me digas que está chica es tu...
Su semblante lo dice todo.
-¡Oh no no no! - intervengo antes de que piense algo erróneo. - es una amiga nuestra. Necesitaba nuestra ayuda y vine. Gracias por todo Will.
Enfatizo nuestra, para dejar todo claro.
-Si, no es nada Andrew. Lo siento por pensar mal de ti, es solo que... me dio esta impresión. Pero todo está bien ¿ok?
Nos despedimos con un apretón de manos y sube a su auto.
De regreso a la cama de Colette Jane analiza la receta.
-¿Conoces una farmacia cerca?
-No, nunca había venido hasta que ella se mudó.- contesto
-Lo suponía. Tranquilo, iré yo.
-¿Segura?
-Claro.
Busca su suéter en medio de mi lío de saco y abrigo. Me apresuro a la bolsa de este último y saco mi billetera.
-Yo me hago cargo de los gastos.- extiendo varios billetes.
Me mira durante un par de segundos y los toma. Sale del departamento y me deja a solas con Colette.
Al parecer está más tranquila y duerme sin quejidos ni murmuros. Jane le ha puesto un pantalón de chandal y una blusa de tirantes. Reviso el paño ahora seco, que tiene en la frente y lo cambio por otro más húmedo.
Supongo que esto sería como tener una hija...








Despierto aturdida y confundida.
El dolor de cabeza me mata, el cuerpo lo siento pesado, pero a comparación de hace un par de horas me siento mejor. Abro los ojos para examinar mi entorno. Mi habitación está a oscuras y mi ropa es otra.
Miro a un rincón del cuarto, en una silla apenas visible se encuentra alguien cruzado de brazos. Supongo que está durmiendo por qué no se ha percatado de mi mirada.
Me remuevo en la cama y prendo la lámpara de mesa.
La luz que emite hace que parpadee un par de veces antes de que mi vista se acostumbre.
El hombre se levanta de golpe y se acerca a mi.
Andrew.
-¿Como te sientes?
Afirmativo, estaba dormido. Su rostro se nota ligeramente sonrojado y sus párpados aún le pesan.
-Mejor que antes.
Hago una mueca.
-¿Que hace usted aquí?
Lo miro con extrañeza.
-Jane, tu vecina, me dijo que no te había visto salir y llamó a tu puerta por media hora. Se preocupo y entramos por tu ventana.
-¿Entraron por mi ventana? ¿Como?
-Creo que deberías cuidar más la seguridad de tu departamento. Solo recorrimos el vidrio y entre con la ayuda de una escalera.
¿Que? ¿Jane y el?
-¿Y cómo consiguió Jane su numero?
-No lo hizo. Por coincidencia venía a verte y al verla en la entrada me platicó todo.
-Ah... Gracias. ¿Y donde está ella?
-En su casa.- lanza un bostezo- me ofrecí a cuidarte.
-Agradezco su ayuda pero no hace falta que se quede. Puedo quedarme sola.
-¿Y que te pase lo mismo de la tarde?
¿Tarde? ¿Pues cuál es la hora?
Andrew nota mi ceño fruncido y me muestra el reloj que trae en su muñeca.
-Son las 8. Dormiste toda la tarde.
-¡Oh! Es tarde para usted, vaya a casa, estoy bien por el momento. Su esposa se molestará.
-Tranquila, Margarette no llegará si no hasta media noche.
No contesto nada y el solo estira sus brazos. Se ha quitado el saco, el abrigo y la corbata, y los ha dejado en la misma silla en la que descansaba. No lo había visto así. Sin todas esas cosas y con las mangas de la camisa enroscadas , junto con los dos primeros botones de arriba sueltos, luce más desgarbado. Incluso le quita años de encima.
Se pone en pie y sale de la habitación. En menos de 3 minutos está de nuevo en el mismo lugar, ahora con un tazón de sopa humeante.
Pone la cuchara dentro de él y me lo ofrece.
-Anda, come algo.
-¿Usted lo hizo?- tomo el tazón con desconfianza.
-No, pedí un poco de comida a domicilio. Está buena, pruébala.
Lo hago y tiene razón. Me limpio los labios descuidadamente con el dorso de mi mano. Me observa comer.
-¿Usted ya comió?
-Lo he hecho.
-¿No está cansado?
Rueda los ojos.
-¿Nos comunicaremos a base de preguntas y respuestas?
-No lo sé ¿así lo quiere?
Ríe débilmente. Lo imito.
-Lo siento, estoy un poco confundida. Hace 12 horas estaba adolorida, con otra ropa y sola. Ahora despierto con mi profesor regalándome comida y sintiéndome mejor.
-Lo entiendo.
-¿Puedo hacerle otra pregunta más?
-Suelta.
-¿Porque venía a buscarme?
Lo piensa unos segundos. Su cara me da risa.
- Vamos a ver... faltaste a mi clase.- enumera con sus dedos- faltaste a la escuela. No avisaste. Y considerando que era tu 3 día como alumna nueva, me tome la libertad de preocuparme por ti.
Sonrío con sinceridad.
-Gracias, otra vez.
Termino la sopa en silencio y en un tiempo récord. Andrew se lleva el tazón de donde procedió.
Regresa al cuarto pero ahora recoge sus cosas.
-Debo de irme, Colette. ¿Crees estar bien si te dejo sola?
-Por supuesto, profesor.
-Dime Andrew.- repite.
-Si, Andrew.
Cuando creo que va salir por completo regresa rápidamente .
-Tengo que decirte algo importante.
Su rostro se vuelve serio.
-Suéltelo.- hago honor a sus palabras.
-Es... sobre...- hace largas pausas- es sobre el joven Keaton.
-¿Harry? ¿Que sucede con el?
-Solo me tomo el atrevimiento de advertirte que su persona no es como la imaginas. No es el chico amable que se presentó contigo, si es que así lo hizo. No es buena compañía para alguien como tú, Colette.
¿Pero qué demonios? La ira me sube a la cabeza en dos por tres. ¿Acaso se cree mi madre?
-No hace falta que me advierta nada sobre nadie señor Bowman. Estoy lo suficientemente mayor para decidir mis amistades.- me vienen a la cabeza las palabras sobre la relación que dijo Harry que lleva con el profesor- Si su juicio hacia cualquier persona nubla sus modales, como para estar advirtiendo de la conducta que usted y solo usted cree que tiene, hágame el favor de guardar sus comentarios, que por parte mía no serán bien recibidos. Tengo mi propio juicio, señor, y créame que fue bien educado. Yo misma puedo seleccionar a personas que creo convenientes.
Me mira perplejo. Creo adivinar que no esperaba este gesto de parte mía. Pero me enfurece que tomen desiciones por mi, o me traten como mi madre cuando no son nada mío.
-No era mi intención molestarte...
-Supongo que no lo era. Y agradezco la preocupación que ha demostrado por mi, si quiere puede retirarse. Nos vemos mañana, profesor.
Me mira seriamente y los colores tiñen su rostro. Se muestra sorprendido, avergonzado y creo que molesto pero no me dice nada. Solo se limita a tomar fuerte sus cosas, asentir a modo de despedida hacia mi dirección e irse inmediatamente.
Aggg.
¿Porque hay personas que se creen con el derecho de formarse criterios y difundirlos como si fueran una verdad absoluta?

Sobre todas las cosas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora