En la piel de lauren

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*Zayn pov*

Cierro la puerta cuando se van y me quedo solo con ella. Me acerco a su cama y pongo mis labios casi en si oído.

—Lauren, necesito que vuelvas conmigo. Tienes que hacer todo lo posible por regresar con nosotros —no suelto su mano. Desde que noté su movimiento tengo la esperanza de que vuelva a hacerlo.

Tras varias horas en la misma postura y con el cuerpo dolorido, empiezo a perder la esperanza de que vuelva a ocurrir. Quizás la doctora Cyrus tenga razón y solo haya sido un movimiento casual. Me acomodo en la pequeña cama junto a ella y me quedo dormido.

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Ha pasado otra semana más y Lauren no ha vuelto a dar señales de ningún tipo. Diariamente, he practicado en su cuerpo todo tipo de terapias. Olfativa, visual, auditiva, gustativa, táctil. Pero no sirve con ella. Mi cabeza no para de dar vueltas, estoy desesperado. La puerta se abre y veo asomar la cabeza de Justin.

—Buenas tardes, Zayn —dice mientras camina despacio hacia nosotros. Ha llegado la hora de visitas y no me he dado cuenta—. ¿Cómo está hoy?

—Igual —respondo negando con la cabeza. Estoy en un momento de bajón.

—No me puedo creer que esto vaya a ser así siempre —dice Justin al borde de las lágrimas. Se acerca a Lauren y besa su cabeza—. Hermanita, sé que estás muy a gusto en esta cama, pero ya está bien. ¿No cree? Llevas cuarenta nueve días durmiendo. Eres un poco vaga —sonríe amargamente y limpia disimuladamente una lágrima de su ojo.

Me acerco a él y pongo una mano sobre su hombro. Ha llegado el momento.

—Cuando acabe la visita necesito reunirme con tu familia. ¿Han venido los demás?

—Sí, están ahí afuera con Dinah. ¿Ocurre algo? —dice preocupado.

—Hay algo importante que deben saber.

—Me estás asustando —dice confuso.

—No es nada malo, no te preocupes. Ojalá todos los males fueran como esto —digo casi sonriente.

—Está bien, se lo comentaré cuando salga —me mira extrañado, pero algo más tranquilo.

Como habíamos acordado, la visita termina y todos caminamos a una pequeña sala de espera qué hay en el mismo pasillo.

—Hijo, habla ya, nos tienes en ascuas —dice Mike.

No puedo evitar sentir un nudo en el estómago, no sé cómo se lo tomarán. Es demasiado pronto. Pero mi conciencia me dice que su familia debe saberlo.

—Bien. No sé cómo explicar esto —rasco mi cabeza. Todos me miran atentos—. He dado algunas noticias a familiares, en esta misma sala. Unas veces buenas, otras menos buenas... pero es la primera vez que me afecta de esta manera.

—¡Por Dios! —dice Dinah—. ¿Quieres joderle el corazón a Mike? —todos ríen—. ¡Suéltalo ya, hombre, que al final nos infartarás a todos!

—No es fácil —le digo—. Sé cómo lo van a tomar. Tengo miedo de que no me miren igual a parir de ahora.

—¡Zayn! —vuelve a decir. Trago saliva.

—De acuerdo —meto mis manos en la gabacha médica para que no vean cómo me tiemblan, y encuentro en ella mi figurita. Tomo aire y continuó—. El día de la agresión, Lauren se dirigía al hospital. Teníamos una cita con su doctora. Le habían realizado algunas pruebas porque últimamente no se encontraba muy bien. No quiso contar nada para no preocuparnos. Tenía el azúcar y la tensión bajas, lo que le provocaba mareo y continuas náuseas —Dinah asiente—. Ese día estaba esperando a que llegara Jeremy para ir a recoger los resultados —trago saliva con esfuerzo—. Y para repetir otra prueba, que creía errónea.

Don't Say You Love Me  |Terminada| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora