The way that I love you [Irouma/Oumiu]

Capítulo I

Ya casi llegaba el horario nocturno cuando Kokichi caminaba por el pasillo, varios de sus compañeros lo vieron y pudieron notar su sonrisa traviesa, de esas que colocaban nervioso a cualquiera y te hacía preguntarte: "¿qué está planeando Ouma?" En realidad, estaba tan animado por lo que logró obtener que no les dio tiempo a las personas que lo vieron, de preguntarle que hacía; aunque de haberlo hecho, les hubiera dicho cualquier tipo de mentira que tanto lo caracterizaba.

Su destino no era nada más que el laboratorio de Iruma Miu, su novia.

A muchos les sorprendía el hecho de que ambos terminaran juntos, aunque si se analizaba cuidadosamente, era demasiado obvio; porque si bien es cierto, la manera en la que se insultaban no era normal, como si fuesen a matarse entre ellos en cualquier momento, pero no es menos cierto que Miu nunca demostró que le molestase ser insultada por Kokichi, más bien, sus reacciones eran de satisfacción, como si realmente lo disfrutase; mientras que, por su parte, Kokichi era consciente de ello, y llegó a un punto de insultarla por mera diversión, porque le encantaba verla caer por él de esa manera.

Él se dio cuenta, de buenas a primeras, que le gustaba Miu, y si sus análisis sobre ella no fallaban, incluso se había dado cuenta de lo que ella sentía por él, antes que ella misma. Pero no lo dijo apenas se dio cuenta, no, nada de eso. Kokichi disfrutaba del momento, y ver como Iruma tenía aquéllas confusiones sobre lo que sentía, le era divertido. A él le gustaba jugar con su débil mente, acercarse a ella y susurrarle al oído, hacerla temblar y confundir más.

Hasta que un día por fin se lo dijo.

—Iruma-chan, yo te gusto, ¿no es así? —Le preguntó Kokichi, quien habilidosamente ya se encontraba muy cerca de Miu.

—¿T-tú... gus-gustarme? —Tartamudeó Miu mientras temblaba con su mejillas totalmente rojas, justo como a Ouma le gustaba tenerla—, ¡¿c-cómo podría gustarme un enano como tú?! —Ella intentó alzar más la voz, pero seguía sonando nerviosa y poco convincente, Kokichi sonrió por eso, después de todo, era fácil para él saber que estaba mintiendo.

—Oh, ¿entonces estoy equivocado? —Kokichi simuló estar desilusionado mientras tomaba uno de los mechones del cabello rubio de Miu, provocando que la misma se estremeciera más, Ouma admiraba esa cara, esa manera en la que respiraba y en la que estaba seguro su corazón se encontraba latiendo rápidamente por la serie de emociones que él la hacía sentir.

—Y-yo... —A Iruma le costaba hablar por todo lo que sentía en aquél momento. Desde molestia por ser sometida por aquél enano, y que aun así le gustase tanto eso. Le costó mucho admitir o darse cuenta de que era más el deseo que se quedase a que se fuese. La manera en que jugaba con su cabello en ese momento, su sonrisa maliciosa, aquélla mirada profunda, la hacían sentir tan vulnerable. Sin embargo, ella no tenía una respuesta clara en ese preciso momento.

Al principio, Miu solía sentirse frustrada por la forma de ser de Kokichi, pero nunca tuvo nada en su contra, admitía que le gustaba ser insultada, y nadie lo hacía tan constantemente como él; y mientras más tiempo pasaba con él, más le agradaba; pero nunca pensó en la posibilidad de que realmente le gustase de una forma romántica hasta que él se lo preguntó. En ese momento, se dio cuenta que su corazón sólo palpitaba sin control cuando se trataba de él, era algo muy diferente a cuando se emocionaba por su inventos o por hacerle modificaciones a Kiibo; y el hecho de pensar que cabía la posibilidad de que ella le gustase, la llenaba de emoción.

Ella supo, en ese momento, que quería ser de Kokichi, y nada más que de él, Miu no quería a otro hombre en su vida, él de alguna forma la hacía sentir tantas cosas, siendo la primera persona que se atreve a pasar más tiempo con ella de lo normal, porque no todos podían soportar su petulancia, a Miu le gustaba como Kokichi sabía manejarla, e incluso sostener una conversación normal.