Travesía Marina

1.5K 84 9
                                    

Capítulo 13.

Caminaba junto con Nanda en el mundo 49 el mundo de agua. Íbamos cerca de uno de los canales de agua más grandes, nos dirigíamos a la torre más alta de la ciudad, la cual se ubicaba en la plaza hexagonal.

-Karou, ¿estas asustada?- preguntó Nanda un tanto asustada.

-Si, realmente si- dije mientras la volteaba a ver, pero ella estaba perdida, tenía la mirada clavada en el edificio,  y movía las manos nerviosamente-. Estaremos bien, somos de los mejores jugadores los que iremos, no vamos a morir.

-Tienes razón, pero tengo una ilusión…- dijo y me volteo a ver.

-¿Cuál?- pregunte arqueando una ceja.

-Que exista una salida- dijo bajando la cabeza como si estuviera apenada.

-Debe de existir- dije y puse mi mano en su hombro para intentar calmarla-, no puede ser un mito.

-Piénsalo un momento- dijo más nerviosa-, quiero volver a salir, a sentir el sol, el frio, el aire, todo, he olvidado inclusive como eran mis padres, como eran mis hermanos, como era el mundo…

En ese momento me detuve a pensarlo un poco; tenía razón, no recordaba como eran mis padres, mi casa, mis amigos, mi escuela, mi mundo.

-Vamos Nanda, saldremos de este mundo, ahora debemos adoptar una expresión sería- dije y le dedique una sonrisa.

Ella se limitó a asentir. Llegamos a la plaza y había mínimo 20 personas esperando, entre ellas estaba Mordred y su gremio, los jugadores solitarios y los que estaban con sus amigos, todo tipo de jugadores estaba reunidos alrededor del edificio, y bueno, en la plaza había más de mil jugadores con la esperanza de que realmente exista una salida del juego, sin embargo éramos pocos los que íbamos a entrar y luchar en una batalla de vida o muerte, donde también habría desilusión, estaba casi segura de que la salida no existiría, pero también estaba segura de que el que nos mantiene atrapados aquí, se aparecerá por segunda vez. Avanzamos entre la multitud, y como íbamos armadas sabían que íbamos a entrar, portábamos rifles de asalto. Al avanzar no logramos ver a Max y su gremio, entonces Nanda y yo intercambiamos miradas un tanto preocupadas, pero al ver a Mordred vimos que su asqueroso rostro estaba con una expresión de triunfo y satisfacción.

-Al parecer tu hermanito no ha venido- dijo con una gran sonrisa en el rostro-, parece que le ha dado miedo y prefirió salir corriendo como marica.

-¿Siempre eres tan asqueroso?- pregunté con sarcasmo.

-Vamos nena…- comenzó y se acerco.

-Yo no haría eso si fuera tu- dijo una voz masculina entre la multitud.

La multitud de jugadores se abrió en dos y dejo al descubierto a diez adolescentes con expresión sería pero triunfante; en el centro estaba mi hermano, con su usual gabardina negra y su espada amarrada a la espalda, después estaba una chica que medía como 1.70, con una cabellera larga y castaña, una tez bronceada y sus ojos de color miel, después estaba Green, después estaba una chica de la misma estatura que la de cabellera castaña, solo que ella tenía una larga cabellera dorada, con piel clara, ojos de color  miel, y los rasgos marcados, después estaba un chico más alto que Max, con unos ojos azules, y un cabello amarillo, lacio, con una tez blanca, y una complexión robusta, después había un chico de cabello azul como el agua, de la misma estatura que Max, pero con unos ojos azul oscuro, a su lado estaba otra chica con cabellera rojiza, y ondulada, con pecas en su rostro y unos ojos verdes, demasiado alta, como de 1.78, a los lados se encontraban dos mellizos, el medía 1.75, con tez blanca, cabellera azabache y unos ojos esmeralda, la chica medía lo mismo o quizás un poco menos, ella tenía su larga cabellera oscura como la noche, con un par de ojos esmeralda iguales a los de su hermana, ambos eran extremadamente delgados, y finalmente estaba un chico parado al lado izquierdo de Max, el era más pequeño que mi hermano, tenía la piel morena clara, con unos ojos cafés, y un cabello azabache, de complexión robusta, y con una expresión sería. Era parte del gremio de los oscuros; todos portaban sus gabardinas negras que les llegaban a los tobillos, sus espadas con filos negros, o plateados, sus botas negras y su expresión sería, todos imponían respeto y quizás miedo ante los demás, pero Mordred se quedo completamente sin palabras.

Proyecto legacy: Una Pesadilla Virtual.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora