Prologo: Amnesia ¿o locura?

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"esa voz ¿A quien pertenece?"
Pensó un joven tirado en el suelo, haciendo un esfuerzo por abrir los ojos y despertar, cuando lo logró se encontró en medio de la nada, un gran campo hasta donde alcanzaba la vista con una playa frente a él, la arena llegaba hasta su cintura cuando estaba recostado, una brisa recorrió su cuerpo agitando su cabello desde el flequillo que le cubría un ojo hasta la nuca y dejando expuesto ambos con el movimiento, vestía una camisa negra y unos pantalones del mismo color, sus zapatos por supuesto no se salvaban, parecía llevar un especie de uniforme en o algo similar.
"Veo que al fin despiertas"

-¡ahí está de nuevo!

Pensó de inmediato al oír una voz resonar en su cabeza, se levantó exaltado buscando a la persona que emitía esas palabras pero se encontró de nuevo solo en la nada.

"no te alarmes, soy un aliado, o más bien un amigo, si eso soy, tu mejor amigo"

-...

El joven guardó silencio unos segundos, estaba asustado y a la vez extraño, pero había tantas cosas que no podía enfocar su atención lo suficiente como para hacer que entrara en pánico.

"Puedo saber que estás pensando 'debo estar enloqueciendo' pero no, soy algo tan real como la hierba bajo tus pies, como la ropa que traes puesta, como el aire que está respirando, como todas y cada una de las partículas de polvo que se lleva el viento"

-¿Que eres? ¿Como llegué aqui?

"Sin duda tienes unas buenas preguntas y un motivo para preguntar, pero todo a su tiempo será revelado, primero que nada enfoquemonos en irnos de aquí, sigue mis indicaciones y deberíamos llegar en un par de días al pueblo más cercano"

-...

"Vamos, vamos ¿Quieres morir de hipotermia o devorado por los osos?"

-No... De acuerdo, dime por dónde ir y luego hablaremos.

"Así se habla, primero sigue la playa por la derecha, deberíamos llegar a un bosque y eventualmente saliendo habrá un camino"

Siguiendo sus indicaciones tardaron dos días en llegar al camino, ahí le dijo que lo siguiera recto sin desviaciones, 3 días más le tomó, en sus límites el joven siguió caminando hasta llegar a ver un pueblo al salir de un pequeño bosque, un río corría por su lado izquierdo y una entrada estaba cuidada por guardias, las murallas de un tono amarillento adornadas con tejas hacían que recordaras las arquitecturas japonesas de la era Sengoku, pero antes de llegar sus piernas cedieron y cayó al suelo, tal vez por caminar todos esos kilómetros sin agua ni comida, tal vez estaba débil desde antes de despertar, pero poco importó cuando se desplomó. 

-asi que este es el final, me gustaría al menos tener recuerdos valiosos.

Pensó para si mismo.

-hey ¿Aún estás ahí?

"Lo estoy, pero chico, no te des por vencido aún, parece que alguien se acerca"

Un hombre joven bajó de una carreta que venia de un camino anexo, acercándose al muchacho lo vio un par de segundos, sus ojos se deformaron en una expresión indescriptible, tomandole el pulso se dió cuenta de que estaba vivo, levantandolo en su hombro lo llevó hasta la carreta y lo recostó boca arriba, le dió de beber y se metió al pueblo, antes de saber más el joven despertó en un cuarto, recostado sobre una pila de heno con una sábana por encima para simular un colchón, vió al hombre sentado en una silla talando algo en madera.

-veo que al fin despertaste.

-...

-no eres de hablar mucho ¿Verdad?

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