Parte única

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Un delgado moreno atraviesa la puerta de cristal de la tienda, su presencia no pasando desapercibida gracias al tintineo de la pequeña campanilla arriba de esta. Nadie presta demasiada atención cuando se acerca al largo mesón sosteniendo un par de muletas en sus manos. El castaño detrás del mesón ―quién no había notado la presencia del pelinegro― deja lo que estaba haciendo para fijar su mirada en las muletas recién puestas encima de la madera, sus ojos subiendo por el cuerpo del recién llegado, observando unas vans, jeans ajustados y una simple camiseta negra. Lo mira a los ojos y sabe que lo puso nervioso cuando el lindo chico se remueve un poco en su lugar. Tiene barba de algunas semanas, ojos color ámbar y voluminosas largas pestañas. Se fija en los aretes en cada oreja y el piercing en la nariz y no puede evitar pensar que junto con sus tatuajes el moreno es la perfecta representación del "chico malo" por el que todas las mujeres se mojarían, sonríe divertido ante su pensamiento. El castaño mira al pelinegro con diversión pintada en sus ojos avellana y levanta sus cejas interrogante.

― ¿En qué puedo ayudarte?

―Hum, estoy tratando de deshacerme de estas muletas. Mi novia salió herida hace un tiempo y ya no las necesitamos.

Unos bastones no eran precisamente un objeto que entrara y saliera de la tienda como pan caliente, el ojiavellana quiso reír, sin embargo el inocente chico llamaba su atención.

―Okey, te diré algo. Hum, veamos cómo funcionan.

Le hace un gesto con la mano y el moreno rápidamente toma los aparatos y comienza a caminar alrededor del lugar. El castaño lo observa en su lugar y se da el atrevimiento de inspeccionar su cuerpo desde atrás. No tiene culo y es bastante delgado en comparación con el cuerpo fornido y marcado de él.

―Está bien. ¿Cuánto quieres obtener por ellas?―Dice cuando el chico vuelve al mesón.

―No lo sé, lo mejor que pueda obtener.

― ¿Lo mejor que puedas obtener? Podría darte probablemente unos $10.

El moreno ríe y pasa sus manos por su cara en signo de frustración. El castaño no puede evitar sonreír divertido, ¿realmente el chico pensaba que podía obtener una buena cantidad por un par de muletas?

― ¿Qué?―Pregunta riendo el castaño ― ¿Es divertido no?

―No, no. Estaba pensando en $400 quizás.

― ¿¡$400!? ―Suelta una carcajada y observa al pelinegro― Eso si es gracioso.

El chico frota su barba y el ojiavellana puede notar la frustración en su rostro.

―$400... Bueno, no puedo darte nada cercano a eso. ¿Quizás $12?

La frustración en su rostro no desaparece y suspira pesadamente, y el castaño sólo se dedica a observarlo curioso.

―No, no, no puedo aceptar eso.

― ¿No? Lo siento, hombre. Es lo mejor que puedo hacer.

―Necesito más dinero.

El chico lo mira a los ojos y puede notar la desesperación en ellos. Una perversa idea cruza su cabeza.

― ¿Necesitas dinero?

―Sí...

― ¿Así de mal?

El moreno sólo asiente y el castaño lo piensa bien durante unos segundos antes de decir lo que estaba pensando.

―Mira, te diré algo. Normalmente no hago esto. Tengo dinero, puedo ayudarte con este asunto.

― ¿Es algo malo?

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⏰ Last updated: Dec 09, 2017 ⏰

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