1-Despertar

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Existen mitos, cuentos y leyendas sobre vampiros, se dice que no existen, pero ¿es verdad? ¿Quién dice? ¿Quién nos asegura que no existen o que jamás han existido?

Durante siglos se le a dicho y se le a echo creer a la humanidad que que no existe, que son solo leyendas... Pero eso no es verdad, a través de los años con la tecnología, ciencia, y lo más importante la realidad, se han podido ver cosas, y con ello consiguen entrar en dudas a la humanidad.

¿Preparado para entrar en un mundo en cual no podrás salir?
De ahora en adelante no sabrás que es verdad oh mentira...
¿Dispuesto? ¿Crees conocer todo acerca de los vampiros?, Eso lo veremos...


[...]

Me sentía en una especie de sueño, aquel de uno que no quieres despertar, en donde te sientes tan tranquila, tan en paz que jamás quieres que termine, salvo que de haber estado tanto en paz ahora todo a mi alrededor estaba negro, no podía distinguir entre tantas sombras, sentía mucho dolor, me quemaba, quería gritar pero no podía mis labios estaban sellados, necesitaba tener mi visión clara pero algo me lo impedía era como si una enorme mano me tapara la vista, como si una completa oscuridad se apoderara de mi vista.

Alrededor de mi sentía que me observaban, sentía sus ojos sobe mi, sentía temor, pero no sabia exactamente a lo que le tenia miedo, solo se que tenia muchísimo miedo quería correr, pero mis piernas no se movían.


La oscuridad, las sombras, lo que sentía alrededor de mí, todo acumulado hacían que entrara en pánico, necesitaba ayuda.

Entonces pude reconocer algo, alguien entre las sombras, una figura alta a pesar de estar entre llamas, el calor que emanaba me hacia sentir segura de ir hacia el, sus ojos tenían un vacío enorme pero no me inspiraba miedo.

—Tranquila...—susurro con una voz que me hizo tranquilizar apenas la escuche, de nuevo me sentí en paz, su voz, toda la presencia de el me alivio.

Al instante todo rastro de miedo se esfumó, y no entendía el como y el por que, solo que lo había echó de alguna forma me sentía en paz de nuevo. 

El tomo mi mano su calor ayudo a que despertara del sueño que tenía, lo escuche susurrar un: "Te veré en cuanto despiertes, solo no me temas.", no quería soltarlo, pero el se esfumo entre llamas.

Todo el cuerpo me dolía, al fin cuando pude abrir mis ojos parpadeé varias veces para poder acostumbrarme a la luz, paredes azules era lo que me rodeaba ¿Dónde estoy?, la cama era grande con sabanas blancas, un librero, a mi izquierda una mesita de noche con una lampara.


Logre ponerme de pie con un gran dolor en todo el cuerpo ¿Qué me paso? A través de las ventanas se podía apreciar el cielo gris, un sonido de pasos acercándose me distrajo, volteé enseguida para ver quien entraba por la gran puerta, pero se tardo más de lo que creí.

Una silueta de mujer apareció por aquella puerta, alta cabello negro de unos 35, 40 años aproximadamente, se ve bastante bien y muy joven, bella a pesar de la edad aparentada.

—Hola querida. —aquella bella mujer se sentó en la gran cama con una bandeja y lo que parece platos con comida, pero lo único que mi visión capta es el filete de carne.— ¿Tienes hambre?

—¿Quién eres? ¿Dónde estoy? ¿Quién soy?—no recordaba ni quien era yo, mi cabeza comenzó a dolor fuertemente tras intentar recordar algo, comenzaba a entrar en pánico.

 
—Querida. —la mujer se levanto y por instinto retrocedo un paso, ella al ver mi acto también retrocede.—No me tengas miedo, no te hare daño.—lo que ella no sabia era que no podía confiar en ella, ni en mi misma hasta para mi yo era una desconocida.—Come por favor, luego te llevare con quien te dará respuestas.


—No tengo hambre.—hable rápido, necesitaba respuesta ahora.
—Bien, sígueme.

Salimos de aquella habitación para dirigirnos a un largo pasillo, bajamos las escaleras y pasamos por otro pasillo esta vez no tan largo esto parecía un laberinto, entramos por una gran puerta.

 —Amor.—la bella mujer hablo, estábamos en una biblioteca enfrente de un gran escritorio esta un silla de lo que parece cuero, esta silla se gira y deja ver a un hombre de la misma edad que la mujer, lo extraño es que también estaba muy joven y bello, alto con algo de músculos su piel algo bronceada.


—Veo que has despertado.—aquel hombre se levanta viene hacia mi.—Hola.—¿en serio era lo único que va a decir?

 
—¿Quién eres? ¿Quién soy?— al escuchar mis preguntas se tenso.
—¿Ya comiste?—maldita sea quiero respuestas la mujer dijo que el me las daría.
—No y no tengo hambre, lo que quiero es que me digan que demonios pasa, no recuerdo nada, por favor ayúdeme.—hable temerosa tenía miedo demasiado miedo, no sabia de que pero lo tenia.

 
—¿De verdad que no recuerdas nada?—iba a contestar cuando algo rasposo en mi garganta me distrajo, un olor bastante apetecible fue lo que mis fosas nasales captaron, me moví tan rápido que me sorprendí, enfrente de mi estaba un venado, lo mire atenta a cada uno de sus movimientos me lance hacia el clavando mis colmillos en el, ¿Qué mierda estoy haciendo?


Alguien me toma de los brazos y tira de mi para alejarme del atroz acto que estoy haciendo.


—Vamos.—pude reconocer la voz de aquel hombre, me sienta en un sofá y el se sienta enfrente de mi.


—¿Qué me esta pasando?— pregunto desesperada.— ¿Qué soy?
—Escucha lo que estoy apunto de decir es algo fuerte para ti. —hablo indeciso, temeroso, su vista se clavo en mi.
—No importa quiero respuestas.

Producto De Un ExperimentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora