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Narra Peter

Estuvimos todo lo que quedó de la noche investigando, el café era nuestro aliado. Empezamos a ordenar todas las pistas y con la inteligencia de mí amor todo lo resolviamos más fácil.

- No querés ir a acostarte mi amor? -le dije- tenes una carita de cansada que no podes más -la acaricié.

- Vos también estas muerto Pitt -se sentó en mis piernas y apoyó su cabeza en mí pecho- ¿qué hora es?

- 4 am. -miré el reloj- se nos hizo tardisimo, y aún nos faltan estas dos carpetas -suspiré.

- Voy a preparar más café y seguimos -me dejó un beso y a los quince minutos volvió. Seguimos con todas las cosas y por suerte logramos terminar, si la suerte estaba de nuestro lado, mañana mismo la mafia de Mariano iba a caer.

- Mi amor -me miró y ya no podía mas, me daba penita el cansancio que tenía, la agarré en mis brazos y la llevé hasta la habitación- mañana va a ser un día largo, y solo tenemos una hora para dormir.

- Por suerte ya todo va a terminar -apenas abría los ojos- me duele la cabeza, seguro es porque estoy cansada

- Vení -le abrí mis brazos y se recostó en mí pecho. Aferrados uno del otro nos dormimos hasta que la alarma avisando que eran las 6 am. nos despertó. Prepararé el desayuno, mientras ella se bañaba, comimos y fuimos rápido a la agencia antes de que Mariano llegue. Todos ya estaban en la sala, así que empezamos a contar todo, desde el día uno, muchos se notaron sorprendidos y otros decían que siempre vieron una actitud extraña. Fernando también estaba presente, era necesario que supiera que teníamos un infiltrado adentro. Organizamos un plan, la mayoría de los agentes irían al centro de la mafia, mientras que el Chino, Nicolas, Lali y yo íbamos donde Mariano, Paula y Farias. Pero para esto, había que esperar hasta mañana a primera hora.

- Que estás mirando? -me acerqué a La y era la primer ecografía.

- Qué pensas que hubiese pasado? -me pregunto- si no tomaba esa misión quizás...

- Basta Lali -la miré- ya hablamos de esto, no pienses en que hubiese pasado si... porque nunca lo vamos a saber

- Ahora que los tenemos, me hizo acordar un montón -me miró con los ojos llenos de lágrimas- yo se que no es mí culpa, pero no sé, aveces me pongo a pensar, si yo no iba todo sería distinto

- No lo sabemos -dije- no te enredes con eso, yo también lo pensaba y mucho, pero me di cuenta que no vale la pena, y vos también lo habías aceptado -suspire- pensé muchas veces en ese día, con toda la información que tenemos ahora, pero no vale la pena

- A vos te gustaría tener otro hijo conmigo?

- Claro que sí mi amor -me sonrió con los ojos brillando- me gustaría tener 12 hijos con vos, una casa enorme con patio para que puedan jugar, dos perros también me gustaría...

- Yo también quiero todo eso con vos -se colgó de mí cuello y me llenó de besos- me parece mentira que por fin vamos a terminar con todo

- Después de todo esto, podemos irnos no? Tomarnos unas vacaciones... nuestro fin de semana en Cariló tuvimos que suspenderlo -le hice un puchero y me beso- yo creo que nos lo merecemos

- Obvio mi amor. -se sento en mis piernas y repartió besos por todos lados, desde que habíamos vuelto no estábamos juntos, y todo era por el trabajo que teníamos. Cuando me estaba sacando mí remera sonó el timbre- Es joooooda?

- El delivery mi amor -reí- vos tenes hambre? -negó- yo si, pero de otra cosa -le deje un beso y fui rápido a pagarle y deje la comida en la heladera, cuando volví Lali estaba acostada en la cama.

Estrella FugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora