diecisiete.

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No puedo dormir,
ya que sigo teniendo aún tus cuchillos en mi espalda, yo ya no siento nada que venga de ti.

Estoy en urgencias
quitandome todos los cristales rotos de esa vez que te fuiste,
lo digo por si quieres venir,
aunque a estas alturas lo dudo mucho.

También están empezando a salir moratones por todo mi cuerpo,
de aquella vez que te vi compartiendo cama con una chica.

Ahora tengo que ir todos los días a visitar al médico,
dice que corro peligro,
que ya no me cuído,

¿para qué?

Si ya no hay nadie por la que se preocupe de mi.

Antes cuando estabamos juntos estaba más sana,
no nos hacía falta recurrir a nadie para curarnos,

pero nuestra medicina empezó a fallar,
no era suficiente la dosis para ti,
por lo que recurriste a otra.

Nuestro viaje al futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora