Parte 4: Regresos & grandes cambios

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1 año después

Hace unos días había vuelto y era todo nuevo para mí, sentía tantas emociones que no sabía cómo describirlo, por una parte, estaba feliz de volver a mi país, pero otra sentía que había dejado una nueva vida que me estaba haciendo feliz en Italia.

Debo reconocer que había extrañado estas tierras, su comida, su cultura y su gente. Aunque Italia me encantó y la consideraba un lugar hermoso lleno de cultura y paisajes hermosos, lo cierto es que uno siempre amara y adorara la tierra que lo vio nacer.

Muchas cosas pasaron en mi vida en este último año, fue sorprendente, mágico y fue tan radical que se notaban a simple vista todos los cambios en mí, tanto físicos como mentales. Quien iba a imaginar que ese viaje a Italia me haría tan feliz y me enseñaría tantas cosas.

Conocí gente diferente que me dio otras perspectivas de la vida y fui capaz de empezar a entenderme más a mí y aquellos conflictos que aún me atormentan pero que ahora sé que debo y quiero sanar.

Estar lejos me ayudo a iniciar un proceso de sanación en donde estoy logrando apreciar más lo que soy y evitando compararme con los demás, logrando así dejar de tener tantas recaídas y problemas con mi alimentación. Fue un proceso complejo, pero lo logre y quería seguir así, me sentía fuerte y era como una nueva persona. Aunque una voz dentro de mí que aún no logro silenciar me hace dudar sobre si volveré a recaer ahora que volví.

Pero dejando de lado los malos pensamientos, quiero hablar un poco de lo que viví en Italia. Mis abuelos resultaron ser exigentes, pero eran maravillosos seres humanos, sabios y llenos de experiencia, me ayudaron mucho a encontrarme a mí misma, pero aún falta conocerme más. Pasamos mucho tiempo juntos y me contaron muchas cosas que no sabía de papa así que sentí que volvía a reencontrarme un poco con él, debo decir que cocinaban muy rico y cada día era un aprendizaje para mí.


Aunque siendo sincera me alegré un montón cuando mi madre fue por mí, la extrañaba mucho.

Su economía había sido muy buena en el último tiempo, entonces todo había vuelto a la normalidad y yo podía volver. Regrese con dolor en mi alma al dejar buenas personas, pero era bueno retomar mi vida acá y les prometí a mis abuelos que les enviaría cartas y los visitaría en mis vacaciones.

—¿Falta mucho para llegar a la nueva institución? —Pregunte mientras veía a través de la ventana del auto, tenía sueño y poca energía, ya estaba acostumbrada a estudiar desde casa y enviar todos los documentos a través del correo local, la escuela lo había aceptado y me había permitido terminar así mi último año escolar.

Ahora debía adaptarme a una nueva institución, estaba nerviosa hace mucho no estaba en encerrada en 4 paredes con tanta gente. Lo único bueno es que podía

seguir con Emma y tal vez encontraría a varios conocidos.

Resulta que en mi ciudad existen 4 instituciones, las cuales cada una tiene un enfoque en específico o incluso algunas se encargan de la mayor cantidad de ramas de la educación por si los jóvenes aún no saben a qué se quieren dedicar. Es normal que antes de ingresar a la universidad todos los estudiantes de la ciudad terminen estudiando un año en estos sitios para que estén seguros de la carrera que estudiaran.

Así que, siguiendo este proyecto, luego de recibir mi certificado de grado de la escuela mi madre decidió inscribirme en una institución de diversos enfoques académicos para que yo estuviera segura de que quería estudiar.

Y aunque no me lo consulto agradecí que al menos tuviera la consideración de inscribirme en el mismo sitio que Emma, lo malo es que sabía que no tendríamos clases en común ya que nuestros exámenes vocacionales eran totalmente diferentes.

LOVELESS: Una chica sin amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora