Anonimo

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Septiembre 16

Recuerdo que ayer me sentía la persona más feliz de la tierra, de la galaxia, de todo lo creado por Dios. ¿Fue ayer o lo sentí hace muchos años? Me parecía que la hierba que nunca había tenido tanto aroma, que el firmamento nunca había estado tan alto. Ahora, todo se derrumba sobre mi cabeza, quisiera fundirme en la atmósfera y dejar de vivir.
¡Oh! ¿Por qué no me evaporo?¿Como podré mirar frente a frente a Sharon, a Debbie y a los demás chicos y chicas?¿Cómo? A estas horas la noticia debe de haberse extendido por toda la escuela. Estoy segura. Ayer compré este diario por que creí tener, por fin, algo digno de contarse, grande y maravilloso, tan íntimo que no podría compartirlo con ninguna otra persona, sólo conmigo. Y ahora, como todo lo demás en mi existencia, resulta que no es absolutamente nada.
Ayer, cuando Roger me pidió que saliéramos juntos, pensé que me iba a morir de felicidad. Y así fue. Ahora el mundo es frío, gris e insensible. No sé como me hizo esto precisamente a mí, que lo que he amado desde que tengo uso de razón, que esperé toda mi vida a que se designará a mirarme.

Mi madre anda refunfuñando para que limpie mi cuarto.
¿Cómo puede regañarme así, ordenarme que arreglé la habitación cuando me siento morir?¿No podre estar nunca a solas con mi alma?
Diario: tendrás que esperar hasta mañana, si no me echarán otra vez el rollo sobre mi actitud, mi falta de madurez, y etcétera. ¡Hasta luego!

Septiembre 19

Fue el cumpleaños de papá. Nada especial.

Septiembre 20

Hoy es mi cumpleaños. Tengo quince años. Nada.

Septiembre 25

Querido Diario:
Hace casi una semana que no escribo por que no me ha pasado nada interesante. Los viejos y necios maestros de siempre, enseñando las viejas necedades de siempre de la vieja y necia escuela de siempre. Tengo la impresión de que estoy perdiéndo interés por todo. Al principio crei que la escuela de bachillerato sería divertida, pero todo es aburrido. Tal vez se deba a que estoy creciendo, a que la vida se va volviendo más asquerosa. Julie Brown celebró una fiesta, pero no fui. He engordado más de tres kilos; tres feos, grasientos, torpes, babosos kilos, y sin nada que ponerme. Empiezo a tener un aspecto tan blando como mi estado de ánimo.

Pregúntale A AliciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora