El primer día de clases puede ser horrible o encantador para algunas personas, dependiendo de ésta.
Todo esto transcurre a principios de abril, una nueva escuela, nuevos estudios complicados, nuevas voces para las cuales ignorar y rostros que nunca serán reconocidos.
Handa Takahashi no estaba muy emocionado por esto, no se preguntaba como será su escuela, no estaba nervioso por caerle bien a nadie, ni ansioso por hacer amigos, simplemente tenía una mirada en blanco observando a quien sabe que, prácticamente la nada. Pero de algo estaba seguro, se encontraba muy lejos de donde estaba el.
El tren se agitaba raudamente. Muchas personas recién despiertas y muy cansadas perdían el equilibrio si estaban de pie. Pero no era de preocuparse, siendo de mañana y el primer día de clases, los vagones se llenaban rápidamente, si resbalabas caerías sobre alguien mas.
A muchas personas esa situación les parecería incómodo y dejarían salir un "perdón" como respuesta, a diferencia de Handa, quién simplemente se quedaría callado y volvería a su lugar sin molestar.
Todavía era muy temprano. Por las ventanas de los vagones se veía el cielo rosado amaneciente y las nubes anaranjadas.
-Es más conveniente si vas a una escuela lejana, así puedes estudiar en el viaje, hijo mío- dijo la madre de Handa horas antes de que este se fuera a la escuela.
-Tsk, gracias, mamá... Esta muy lejos de casa, no se como llegar - pensó algo molesto Handa tomando con fuerza el barandal del tren para no caer ante los fuertes movimientos del transporte.
Ya pasado un tiempo eran las 8:01 am. El tren se acercó a las estaciones dónde más estudiantes de secundaria vivían, almenos la mayoría. Éste se detuvo moviendo todo en su interior y las puertas se abrieron soltando un fuerte sonido. Handa, aún bajando la mirada y cubriendo sus ojos con su cabello negro -para así evitar contacto visual- pudo notar varios chicos de su edad subiendo al vagón, chicos solitarios de apariencia débil, chicas lindas acompañadas de guapos idiotas, y una que otra chica aislada del resto escuchando música.
Honestamente no le importaba, el estaba más preocupado por que tendría que encontrar el camino a su escuela solo, ya que se encontraba en otro barrio.
-¿A que escuela dices que te inscribieron tus padres?- dijo una voz impostada no distante, llamando la atención de nuestro protagonista.
-Se ve que me inscribieron al... Ariasu Academy- la voz en respuesta a la anterior, era extremadamente dulce y melodiosa.
Handa sin pensarlo ni una vez, levantó la vista y tras quitarse el cabello de la cara, noto unos ojos brillantes, sonrisa honesta, cabellos rosados que aparentan suaves, era la chica más linda que había visto.
La miraba fijamente entre la multitud de pasajeros, solo a ella. Apenas notaba que ella tenía compañía, aún si estaba hablando a alguien mas en ese momento. Handa se quedó mirando el movimiento de sus labios.
Aquella chica se sintió observada, giró la vista un poco y entre gente noto a aquellos ojos de rubí precenciandola. El contacto visual lo impactó mas, no tuvo reacción alguna. La joven le sonrió levemente, extrañada, haciendo que el se de cuenta de que la sonrisa estaba dirigida hacia el. Rápidamente reaccionó y giro la vista de manera veloz.
Sintió sus mejillas arder, su corazón correr y sus piernas temblar. Estaba tan avergonzado de que ella lo haya notado. Por primera vez el se sentía incómodo sobre un accidente con otra persona, pero no dudaba en que estaba internamente eufórico por el contacto con ella, aún si fuera el más mínimo.
Pasado un rato de mirarla de reojo, presenció que ella es estaba acercando a la puerta, no le gustó la idea de alejarse de ella, faltaba un poco para la siguiente estación, tomando todo su confianza y valor se acercó a ella para hablarle, más conforme se aproximaba a ella, se quedó más impresionado, su cabello era aún más hermoso, su mochila rosa era tierna, la luz que radiaba al abrir la puerta hacia un celestial contacto con su piel, su postura al caminar era perfecta y llena de vida.
Cuando menos lo espero el estaba a pocos centimetros de su espalda, y hace un metro se bajó del tren inconscientemente, las puertas se cerraron apenas notarlo y siguió avanzando.
-¡Mierda! ¿Ahora como voy a llegar a la escuela? - pensó angustiado y nervioso, hasta que recordó que el destino de aquella chica se encontraba en Ariasu Academy, la misma escuela que el chico tendría que buscar solo, por el egoísmo de su madre.
Se mantuvo a distancia para no levantar sospechas de seguirla -aún si muchos caminaban a la misma dirección- y le seguía los pasos, por detrás y estaba seguro que no será la última vez que la estará siguiendo.
ESTÁS LEYENDO
~Hysteria~ Yandere Love
RomanceUna historia de amor, obsesión y deseo entre jóvenes inexpertos en amor.