Set Me Free

[Oneshot] Set Me Free

Volví a escuchar la música del piano… repetidas veces, sonando cada vez más fuerte en mi cabeza e intenté cerrar mis ojos, intenté bloquearme y no escucharlo pero las palabras que yo dije en aquella canción… se estaban haciendo realidad. “Lo que pronto recordé fue tu sonrisa…”

Abrí mis ojos, en la oscuridad de mi habitación, la música ya no retumbaba en mis oídos y por un momento sentí que mi pecho se oprimía, me levanté hasta quedar sentada sobre la cama y observé los números rojos del reloj. – 3:40 de la mañana y yo estaba de ésta manera, respirando agitada y mi cuerpo sudando por completo. Deslicé una de mis manos por mi cuero cabelludo y por un momento supe que esto empeoraría. 

Salí de mi cama para buscar un vaso de soju, era lo único que podía hacerme volver a dormir sin tener que pensar en aquello que había aparecido entre mis sueños. No podía y no quería pensar en ello; pero al salir de mi habitación escuché unas risas que se acercaban a la entrada y me detuve en seco, observé por la pantalla del CCTV de quién se trataba y mi corazón comenzó a doler, bajé rápidamente la vista, pero los sonidos no podía borrarlos de mi mente. “No lo beses.” Y aquellos sonoros sonidos emitidos por sus bocas me desesperaron, corrí hasta la cocina y solo saqué la botella de soju llevándomela a la boca, sin importar el ardor producido en mi garganta, quería olvidarlo todo, como lo había hecho desde un principio, desde que supe la verdad. – “Taeyeon… hoy he empezado a salir con alguien.” – Fueron como dagas, cientos de ellas enterrándose en mi corazón, pero no quería demostrar que era débil, que mi alegría había sido inducida a un estado de coma solo porque tuve que guardar nuevamente en mi caja de secretos todo lo que muchas veces practiqué.

Me recosté en mi cama, escondiendo mi rostro bajo las sabanas, dejando que mis lágrimas corrieran libremente, no quería que nadie me viese tan débil. Ese es mi maldito problema, esconder mis sentimientos de los demás, no querer ser capaz de demostrarle a las otras personas lo indefensa que estoy y mucho menos ahora que la cuerda floja en la que me mantenía estable creyendo que atrás de mí había alguien apoyándome, era cortada por esa misma persona y me dejaba caer al vacío. 

Su risa volvió a hacerse más fuerte en mi cabeza y no pude evitar sonreír, la miré detenidamente, ella ¿volvía a sonreírme solo a mí? – Intenté avanzar hasta ella pero no pude, mis pies estaban clavados al suelo y solo volví a observarla cuando apareció de la nada aquel chico, atrapándola entre sus brazos mientras ella le dedicaba miradas de amor. Grité pero mi voz no salía y ella jamás volvería a mirarme. - ¡TIFFANY! 

¡AH! – Grité desesperada, nuevamente había despertado de esa manera y Sunny había entrado corriendo a mi habitación, observándome preocupada, sosteniendo mi cara entre sus manos, apretando mis mejillas y preguntándome que me sucedía. No era la segunda vez que sucedía… quizás estaba cumpliendo el cuarto mes desde que despertaba gritando y ahogándome en lágrimas pero nadie entendía la razón de mis gritos o de mis lágrimas. Nadie podría comprender, que me estaba desmoronando por dentro. Y aquella que podría aliviar con una simple mirada mi dolor, se había vuelto la productora de todos ellos. 

“¿Me prometes que siempre que llore me abrazarás y calmarás mi dolor?” “Claro, es una promesa de esposas.” - ¿Qué promesas podías cumplir ahora? Sí ya no me veías, tus ojos cada vez que se cruzaban con los míos solo reflejaban una cierta lastima. ¿Es lo que te produzco ahora? ¿Solo eso? – Mojé mi rostro más de una vez intentando que las demás creyeran que era solo a causa del agua que mis ojos estaban enrojecidos y no era porque la había vuelto a imaginar sentada mirándolo, sonriéndole como solo me sonreía a mí hace mucho tiempo.