Crecer » y.m

Única parte

Me acuerdo cuando lo conocí, en ese tiempo tendría unos dieciséis años.

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Era una mañana muy fría, el invierno había invadido todo Seúl. El pequeño -no tan pequeño- Jimin había salido para caminar un rato, aunque se estuviera congelando.

Siempre caminaba por un parque, un poco lejos de su hogar, para descansar de todos; no es que tuviera un problema, todo estaba bien, nada más necesitaba un descanso del mundo.

Iba observando todo lo que se encontraba en ese lugar, aunque se lo supiera de memoria, le gustaba ver los pequeños detalles que tenía.

Seguía tranquilamente su camino hasta que algo ganó su atención. Un chico rubio sentando abajo de un árbol con una libreta, escribiendo en ella, o eso le parecía a Jimin.

No sabía la razón, pero se acercó al desconocido.

— Hey. –fue lo único que se le ocurrió soltar.

El rubio dejó de escribir para dirigir su atención al extraño pelirrojo.

—Hey. –le devolvió el saludo con una sonrisa sin mostrar los dientes.

— ¿Vienes mucho a este lugar? –preguntó Jimin para poder alargar la conversación.

— Algunas veces, cuando quiero componer algo.

—¿Escribes? ¡Eso es genial! – soltó emocionado el más joven. – Me gustaría aprender a componer, pero soy malo. Además, mi tiempo es dedicado completamente a la danza.

— No es tan difícil como parece, si quieres algún día te enseño.–ofreció YoonGi.– ¿Así que danza, eh? ¿Cuántos años tienes?

— ¡Oh, olvidé presentarme! ¡Soy Park Jimin y tengo dieciséis años!

— Un gusto, Jimin. –respondió el rubio con una risita.– Me llamo Min YoonGi y tengo dieciocho años, así que creo que soy tu hyung.

— ¡Mucho gusto, YoonGi hyung!

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Siendo sincero, nunca pensé que gracias a  esa conversación iba a terminar siendo amigo de un chico como Min. Pero agradezco eternamente haber ido al parque ese día.

Esa fecha es importante para mí, pude conocer a YoonGi y a base de eso tener muchas aventuras.

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Un Jimin más grande, de unos diecisiete años, se encontraba en la casa de su mejor amigo; Taehyung.

— ¡Es que Tae, ya no sé qué hacer! –exclamaba el mayor de ambos.

— Dile tus sentimientos, no es tan difícil, Jiminnie.

— Eso lo dices porque te funcionó con Kookie, pero él ya gustaba de ti. –se excusó.

— ¿Y cómo sabes lo que sien... –no pudo terminar de hablar porque Jimin se paró de repente, agarrando sus cosas.

— ¡Me tengo que ir, TaeTae! ¡YoonGi hyung me espera en su casa! –dijo finalmente para irse.

— Adiós, mejor amigo. Gracias por tus consejos gran Tae. –bufó el Kim.