recuerdame | minsung

Único

He escuchado a diario que siempre hay un final feliz, tu propio final, en donde por fín después de luchas eres tú mismo.

Pero ¿Qué hay de los finales tristes? De esos que duelen en todo momento, que te queman por dentro.

En mi caso no tengo un final, solo soy un punto en medio del camino, así me siento. Me he quedado estancado en un tiempo y no sé como continuar.

No he tenido tiempo de analizar el momento en que todo se fue por la borda, siempre pensé que las cosas se solucionarían, es ese tipo de esperanza que guardas en tu pecho con anhelo.

Supongo que la destrucción empezó con Minho, aquél niño con sonrisa de ángel, uno suele equivocarse respecto a las personas y lo supe con él. Me enamoré, caí como un imbécil a sus pies y ahora que lo pienso no fue difícil porque yo quería caer ante él. Quería que me notara.

—Me gustas, Jisung. Siempre me has gustado.

No le tenía espectativas al amor, siempre pensé que solo era falsedad, una persona no puede amar por tanto tiempo a otra, el tiempo pasa, llega la rutina, los miedos y luego la infidelidad. Es simple, es como si estuviera escrito.

—No he tenido tiempo, deberíamos dejar las salidas para luego, además ya somos adultos para esas cosas, ¿Puedes madurar y ponerte en mi lugar? Por cierto llegaré tarde a tu recital. A JeongIn se le cruzó un problema.

¿JeongIn? Sí, lo recuerdo. Ese niño que siempre sonreía, lo veía mirarlo embobado. Él fue más importante que mi recital, ese que le platiqué desde el primer día y juró estar presente. Por cierto, nunca llegó.

Me había acostumbrado a sus sonrisas, un error porque no pensé en el momento que no estuviese. Me imaginé un futuro con él que olvidé cuidar mi corazón.

—No tuve tiempo. Y no me pasa nada, por favor deja de insistir, estoy cansado y no deseo tus manos en mí. Ve a descansar.

Minho no sé si estás leyendo esto pero necesitaba que sintieras dolor, el mismo que provocaste en mí.

Durante un tiempo fuiste mi luz y aunque lo nigues también fuiste mi oscuridad.

Me enamoraste fácilmente y me quebraste de igual manera. Tus sonrisas eran veneno, tu mirada era fuego y yo fuí el hielo que se derritió ante tí.

Éramos jóvenes que querían ser libres, ¿Cuándo fue que no me dí cuenta que tú eras mi cárcel?

Estoy divagando porque duele volver a pensar en ese momento. Cuando decidiste que debía ser el final. ¿Fue facil? ¿Fue fácil el aceptar que ya habías jugado lo suficiente? Explícame porque no lo entiendo.

Te amé Minho, te amé aún cuando me odiaba, te amé más a ti que a mí. ¿Por qué no lo valoraste? Mi amor fue fugaz, realmente no sentí el trayecto hasta que choqué cruelmente.

Empecemos a ser sinceros, nunca me quisiste, mucho menos me apreciabas, era una molestia. Recuerdo tus palabras, como si fuera fácil olvidarlo.

—¿Creés que todo es tan fácil, Jisung? Ves todo simple, solo piensas en tí y tu estúpido enamoramiento hacía mí. Termina ya con este tema por Dios, déjame en paz, no te dí esperanzas, no busqué tu amor y mucho menos tu amistad. Jugar, necesitaba diversión. Déjalo ir, déjame ir de una maldita vez. No soy tu ancla, no soy tu motivo de vivir, no soy absolutamente nada de tí.

Lo gritaste, no me lo dijiste en privado, ojalá hubiese sido por una red social, el dolor sería menos. Lo gritaste en frente de todos, en mi cumpleaños.

Estuvimos juntos por ocho meses ¿Por qué seguías conmigo ¿No que no éramos nada? ¡Oh! ¿Inventé el momento que me pediste ser tu novio?

—Me tienes hipnotizado, me atrapaste en tus brazos y no puedo dejarte ir, ¿Quieres ser mi novio?

¿Lo hice, Minho?

No acepté aquélla beca por ti porque dolía imaginarme lejos de tu cuerpo y tu esencia. Fuiste tú el motivo por lo tanto tú lo arruinaste.

—Lo arruinaste, ¿Eres conciente de eso? Arruinaste la única oportunidad de triunfar y ser algo en tu patética vida.

Mi ángel se había convertido en mi demonio y nunca lo sentí.

—Vete, molestas. Deja de ser tan débil y crece. Odio sentir tus lágrimas, deja de llorar, no te he dado motivos.

Minho, eras especial, eras todo aquello que siempre soñé y que por primera vez podía tener. Pero cambiaste, te volviste cruel, insensible, destilabas odio y rencor. ¿Alguna vez te conocí?

Cuando te fuiste lloré, lloré por los dos, por aquellas lágrimas que no derramaste.

Te habías convertido en todo lo que siempre odié. Fuiste mi cura, mi perdición y finalmente mi destrucción.

Me prometiste un para siempre y mentiste, ¿Fue esa la primera vez que pensaste que era fácil engañarme? Te lo dí todo, busqué el amor que no creía tener en mí y te lo entregué.

Conociste mi pasado, te confesé mis miedos, me sostuviste en mis peores momentos. Sin embargo, tiempo después fuiste tú el causante de mis miedos y no fuiste el que me sostuvo. Eras como una droga y lo sabías, me lastimabas y cuando te alejaba decidias volver a mí.

Juegos, juegos y más juegos.

Es triste cuando el juguete fuí yo.

Sabía que no era una de las mejores opciones, lo tenia claro. No soy lo que nadie busca pero te quería, debía haber sido suficiente. Pero no lo fue.

Ahí fue cuando entendí que los hombres cambian, engañan y por último te rompen en mil pedazos.

Por quererte me olvidé de mí y de lo que en verdad valía.

¿Como una persona puede hacerte feliz y triste al mísmo tiempo?

Es algo que no logro entender, porque tú eras la razón de mis risas pero también la razón de mis lágrimas, esas que desbordan de mis ojos a las 3AM cuando logro entender que nunca fuiste sincero.

Por último, he leído que los finales felices no existen. Y le doy la razón. Porque tú fuiste mi final, un final que me costó cerrar.

Minho, si lees esto te deseo suerte. Ruego para que nadie te haga sentir menos, para que nadie te sea infiel, para que nadie borre tu sonrisa y para que nadie te lastime a tal punto de llegar querer dejar de vivir.

Así que, por favor, no te presentes en mi funeral.

No te doy permiso ni de que llores, porque tú me mataste primero.

Han Jisung.